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En Universidad del Quindío sigue paro estudiantil y docente

Fuentes: Rebelión

Nota introductoria Llegando la noche del viernes 26 de octubre, en la Casa de Nariño, 32 rectores de las Instituciones de Educación Superior, firmaron un fraudulento acuerdo con el Presidente de la Republica desconociendo el Pliego de 10 puntos de los estudiantes representados por la Unees. Los dineros conseguidos mediante la manipulación de la huelga […]

Nota introductoria

Llegando la noche del viernes 26 de octubre, en la Casa de Nariño, 32 rectores de las Instituciones de Educación Superior, firmaron un fraudulento acuerdo con el Presidente de la Republica desconociendo el Pliego de 10 puntos de los estudiantes representados por la Unees. Los dineros conseguidos mediante la manipulación de la huelga estudiantil y docente serán utilizados para el corrupto contratismo de ladrillo, cemento y cuotas clientelares de las directivas universitarias, fichas de los gamonales de la politiquería.

Los rectores son parte del poder estratégico molar de las elites ultraderechistas prevalentes en el gobierno. Se impone la táctica estudiantil para avanzar en la democratización de la universidad, en el rechazo de la universidad empresa neoliberal, para profundizar la lucha por la ciencia, el pensamiento crítico y la academia comprometida con los derechos populares y con la construcción de una paz con justicia social.

En la Universidad del Quindío (como en las demás IES), localizada en Armenia, capital departamental, el movimiento y paro estudiantil/docente se sostiene con el uso de diversos repertorios e instrumentos de presión para respaldar sus derechos y peticiones.

Recientemente y con la mediación del Ministerio público (Procuraduría, Defensoría y personería) ha cristalizado un acuerdo para levantar el bloqueo (una contingencia que se debe asumir con plasticidad) al ingreso de los estudiantes, profesores y personal administrativo y de esa manera generar otros escenarios de protesta y denuncia de la crisis de la educación superior oficial.

Las directivas universitarias han accedido a dar su apoyo logístico a las organizaciones estudiantiles en su protesta y a realizar una intensa actividad académica para adelantar la labor pedagógica sobre los pliegos de peticiones de los universitarios, y lograr de esa manera una mayor politización del movimiento social universitario.

Levantar el Pliego y las demandas estudiantiles es crucial para impedir la estigmatización que estaba promoviendo Echeverri el Rector de la Universidad quindiana.

Como bien es conocido ese pliego se refiere a los siguientes puntos:

1. El incremento presupuestal de 4,5 billones de pesos a las Instituciones de Educación Superior Públicas del país.

2. La reliquidación de las deudas de los estudiantes con el ICETEX con tasa real de interés en 0%, condonación para los estudiantes de programa Ser Pilo Paga, incluyendo a quienes hayan desertado del programa y garantías de permanencia y graduación a los estudiantes que accedieron a dichos créditos.

3. El cobro de matrículas en las IES privadas no se puede sustentar en un modelo mercantil y usurero, por lo anterior exigimos congelamiento inmediato de las matrículas en las IES de carácter privado.

4. El aumento del presupuesto para Colciencias en un 100% con base al presupuesto asignado a Colciencias para el año 2018. Exigimos el cambio en los criterios de medición y asignación de recursos de Colciencias, que fortalezca todas las agendas investigativas incluyendo las Humanidades, el Arte y las Ciencias.

5. La generación de un plan de pago de la deuda histórica que tiene el estado con las Universidades Públicas en el marco del Plan Nacional de Desarrollo que hoy asciende a más de 16 billones de pesos, el déficit deberá saldarse en un plazo no mayor a 10 años.

6. En rechazo a la actual forma como se constituye y aplica el Sistema Nacional de Educación Terciaria SNET, exigimos el mantenimiento de los recursos del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, el respeto por su visión y misión y la conformación de una mesa que agrupe varios sectores para la construcción de un modelo de integración del sistema nacional de Educación Superior.

7. Derogación de la Ley 1911 de Financiación Contingente al Ingreso bajo la lógica de la construcción de una nueva regla fiscal que asigne los recursos para las IES públicas y que ajuste el costo de matrículas de IES privadas.

8. No se debe condicionar a las IES a realizar procesos de acreditación de alta calidad de los programas de manera obligatoria, ésta debe ser voluntaria. Por lo cual, exigimos la derogatoria de la resolución 18583 (que obliga a las licenciaturas a acreditarse), también exigimos la participación en las reformas a los estatutos internos y planes académicos que cuente con la participación de carácter multiestamentario y vinculante en los procesos de acreditación y autoevaluación de las IES.

9. Exigimos la derogatoria de la ley 1740 (inspección y vigilancia) y del Decreto 1280 en tanto normativas que cercenan la autonomía universitaria.

10. Respeto y garantías para la movilización sin represalias en IES públicas y privadas, demandamos la inconstitucionalidad de las prohibiciones de las movilizaciones en algunas IES del país y exigimos el no ingreso ni intervención del ESMAD y fuerza pública en general en los campus universitarios.

El anterior pliego junto a las reivindicaciones específicas regionales indican el contenido de la gigantesca movilización en curso contra las políticas del gobierno de Duque en este renglón.

Los estudiantes siguen en paro, no sucumben a la maniobra engañosa de la Ministra de Educación y del jefe de la Casa de Nariño, lo que ha obligado a convocar a otra gran movilización para el próximo 31 de octubre, después del fracaso de varias Mesas de dialogo con los funcionarios del alto gobierno.

Este movimiento estudiantil es importante entenderlo en su proyección política, tanto desde los marcos de interpretación y cognitivos, los repertorios de acción, los contextos políticos, la coyuntura critica, la contienda política y las estructuras de movilización.

Sin embargo, hay que ampliar el calado del análisis para observar el fenómeno y la revuelta estudiantil en curso desde un ángulo menos convencional y ortodoxo como aquel que sugiere las teorías de cierre de los paradigmas clásicos recurridos por la sociología de los movimientos sociales.

Hay que admitir con Fernández (Ver https://bit.ly/2AuA6hn), que lo social se manifiesta como un continuo proceso de renegociación, desviación y rechazo de los significados y las praxis esperadas.

Las distintas teorías del consumidor/espectador creativo de Mary Douglas [1], Hall [2] y Fiske [3], han contribuido a visibilizar estas prácticas dinámicas y paradójicas.

Michel De Certau [4], siguiendo el análisis foucaultiano, intenta repensar la potencia del antagonismo dentro de este micro-mundo de las tácticas cotidianas, irreductibles al movimiento social visible o latente, otorgándole la voz por tanto al otro subalternizado por el pensamiento político clásico (en este caso, el pueblo impolítico al que aludía Agamben).

Tácticas y estrategias del Movimiento social

Michel De Certau diferencia entre tácticas y estrategias en los movimientos sociales.

La estrategia y lo molar

La estrategia se definen como un cálculo de relaciones de fuerza que sólo es posible una vez que un sujeto es capaz de construirse y aislarse en un ambiente propio, un lugar que controla y definen los dispositivos del poder (la escuela, los mass media, el ejército, la cárcel, la universidad, la fábrica, el estado, etc.). Desde tal lugar propio gestiona las relaciones con una exterioricidad de metas o de amenazas (los competidores, clientes, enemigos, los objetos de la investigación científica, etc.). Supone un dominio de la visibilidad de los espacios y los tiempos que en ellos transcurre, de forma que permite capitalizar las ventajas adquiridas y planificar las expansiones futuras. Las estrategias se realizan desde lo nodos de efectuación del poder (instituciones representativas) y los nodos estratégicos de resistencia (instituciones expresivas). Las tácticas, por el contrario, carecen de lugar propio. Se desarrollan en el lugar de las estrategias del poder.

Resisten desde dentro, en un espacio ajeno. Crean nuevos usos para las cosas, constituyen nuevas semánticas sociales, esquivan las capturas, provocan crisis y propician la creación de mundos otros. En definitiva, transforman las instituciones, también las organizaciones movimentistas.

En su libro La invención de lo cotidiano Michel De Certeau estudia un sin fin de tácticas distintas que, utilizando el léxico que Foucault elaboró en Vigilar y Castigar [5], define como anti-disciplinarias. Un ejemplo sería el llamado «rechazo al trabajo» que se da en los espacios de la fábrica y la empresa; otro ejemplo de táctica antagonista sería la (ciber) piratería actual. Ahora bien, con lo dicho en los epígrafes precedentes, nos dice Fernández en su magnífico ensayo, será fácil comprender que lo que bulle por debajo de las tácticas y las contra-estrategias no pueden ser reducidas únicamente a lo racial (cálculos de probabilidades, y tácticas para subvertir dichos cálculos). Los microcosmos moleculares que implican, y las variaciones en la distribución/composición del deseo y las creencias que provocan, no pueden definirse dentro del esquema de la i/racionalidad. Sin tener en cuenta todos estos movimientos moleculares, que continuamente ponen en crisis a las instituciones, no sería posible explicar el cambio social; tampoco su heterogénea complejidad ni la potencia del movimiento antagonista. La crisis del fordismo y el auge del postfordismo, por ejemplo, no podrían ser explicados sin tener en cuenta los antagonismos estratégicos de los movimientos estudiantiles, negros, anti-coloniales y las huelgas salvajes. Tampoco podría explicarse sin tener en cuenta el antagonismo táctico, el efecto del rechazo al trabajo, por ejemplo; los elevadísimos niveles de absentismo laboral, escaqueos, ralentización de la producción y boicots que tuvieron lugar en muy diversos países durante las décadas de los años sesenta y setenta, como lo afirman Negri [6] y Hardt [7]. Pero, del mismo modo, no son incomprensibles si no se tiene en cuenta el efecto en la transformación los flujos moleculares, sus desplazamientos de las representaciones culturales, su creación de nuevas distribuciones y composiciones sociales del deseo, en el análisis de Deleuze y Guattari [8].

En síntesis

En fin, las invisibilidades movimentistas en latencia de Melucci y Diani comienzan a problematizar la noción de «movimiento social», pero lo hacen de forma insuficiente. La visualización de las tácticas antidisciplinarias politiza lo social más allá de lo que suele delimitarse bajo el concepto habitual de «movimiento social». Sin embargo, ninguna de las dos aportaciones logra aprehender los agenciamientos de enunciación colectiva que anteceden a los sujetos y sus prácticas.

Los antagonismos moleculares terminan por abandonar cualquier postura centrada en el sujeto y en los objetos sólidos.

La producción de una línea de fuga o una revolución molecular ya no remite a sujeto alguno. Muy por el contrario, dispone planos donde los sujetos se forman. Y en este sentido, podemos concluir con Mendiola que, «la especificidad de los movimientos no deberá fundamentarse, consecuentemente, en la búsqueda de rasgos propios que no se encuentran en el tejido social, una idiosincrasia que es posteriormente llevada a la sociedad, sino que por el contrario, sus peculiaridades habrán de buscarse en los espacios y tiempos que derivan de la tensión ontológica que da lugar a trayectos sociológicos que son irremediablemente colectivos: la especificidad de los movimientos emerge en un cronotropos, en el despliegue performativo de una multipliciadad cambiante.

La «invisibilidad» de los antagonismos sólo podrá ser aprehendida si se trasciende el movimiento y su latencia, si se atiende a las tácticas tanto como se ha atendido a las contra-estrategias (movilización de recursos, etc.), si se responde a los problemas que plantea la distinción entre expresión y representación institucional, y si se incorpora en el análisis la perspectiva molecular de una ciencia nómada. Al permanecer invisibles los flujos y las multiplicidades, al permanecer incuestionado el sujeto, de los movimientos sólo se estudia uno de sus ejes espacial-temporales: los de la reterritorialización, concluye Fernández, en una provocadora narrativa que resulta pertinente debatir al interior del actual movimiento universitario.

Hay que dar el salto en el análisis para determinar los potenciales del movimiento social universitario en camino.

Notas

[1] Ver Douglas, Mary (1998). Estilos de pensar. Barcelona: Gedisa

[2] Ver Hall, Stuart (1973). Encoding and Decoding in the Television Discourse. Birmingham: University of Birmingham.

[3] Ver Fiske, John (2004). Reading Television. Londres: Routledge.

[4] Ver De Certau, Michel (1999). La invención de lo cotidiano. México D,F.: Universidad Iberoamericana.

[5] Ver Foucault, Michel (1984). Vigilar y castigar. Madrid: Siglo XXI.

[6] Ver Negri, Antonio (1994). El poder constituyente. Madrid: Libertarias/Prodhufi.

[7] Ver Negri, Antonio y Hardt, Michael (2005). Imperio. Barcelona: Paidós.

[8] Ver Ver Deleuze, Gilles (2003). Foucault. Barcelona: Paidós.

Deleuze, Gilles (2005a). Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia. Buenos Aires: Cactus.

Deleuze, Gilles (2005b). En medio de Spinoza. Buenos Aires: Cactus.

Deleuze, Gilles; Guattari, Félix (2004a). El Anti Edipo. Barcelona: Paidós.

Deleuze, Gilles; Guattari, Félix (2004b). Mil Mesetas. Valencia: Pre-textos.

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