El día mundial del refugiado será conmemorado el próximo 20 de junio con el menor número de personas necesitando de cuidados de la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en una década: 17,1 millones de personas en la condición de refugiadas, desplazados internos o retornantes en fase de asentamiento en el país de […]
El día mundial del refugiado será conmemorado el próximo 20 de junio con el menor número de personas necesitando de cuidados de la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en una década: 17,1 millones de personas en la condición de refugiadas, desplazados internos o retornantes en fase de asentamiento en el país de origen o Estados que han aceptado acoger a los migrantes forzados.
En 2001, 21,8 millones de personas estaban bajo los cuidados de Acnur, y la reducción para los 17,1 millones a principios de este año representa la disminución en conjunto de casi 22%. Esta mejoría acentuada en el problema de las poblaciones obligadas a abandonar las localidades de origen principalmente debido a guerras (Afganistán posee el mayor número de refugiados en el mundo, 1,1 millón de personas) ha ocurrido principalmente en virtud de los esfuerzos exitosos de órganos como la Acnur en atender a las demandas de estos grupos a través del retorno a la tierra natal o el asentamiento definitivo en los países de acogida.
Estos esfuerzos han resultado en que 5 millones de personas a lo largo de los últimos años pudieron regresar a sus hogares, o encontrar un nuevo lugar donde reconstruir sus vidas. «Para ellos, estas impersonales estadísticas reflejan una realidad especial: el fin de largos años de exilio y el comienzo de una nueva vida con esperanza renovada para el futuro», celebra el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Ruud Lubbers.
Pakistán es el país del globo que más acoge refugiados. En el continente americano, este papel es desempeñado por Estados Unidos. La acción de estos países ha contribuido grandemente para que la población mundial refugiada llegara al nivel de 9,7 millones al final de 2003, lo que constituye una disminución neta de 920.000 (ó 10%) en comparación con la cifra de años previos de 10,6 millones de refugiados, según «Las Tendencias Globales de Refugiados 2003», publicado por el organismo internacional.
El caso de Colombia
En América, esta reducción del número de refugiados ha sido del orden de 5%, por causa de situaciones como la de Colombia, en donde un total de 36 mil 910 personas han tenido que exilarse en 14 países del continente y 10 de otras regiones del globo debido a la violencia que afecta al país, de acuerdo a Acnur. Esta cifra representa cerca del 1% de la población colombiana, estimada actualmente como estando alrededor de 36 millones de habitantes.
El problema de la dispersión internacional de colombianos camina para cumplir medio siglo sin perspectivas de solución, por causa de la situación de conflicto interno que ha recrudecido bajo el gobierno del actual presidente Álvaro Uribe Vélez. Según Francisco Galindo, representante en Colombia de la Acnur, 200 mil colombianos tuvieron que abandonar su patria sólo entre 1999 y 2003 por el conflicto armado que vive el país desde hace poco más de 40 años.
El número de refugiados citado arriba corresponde a solamente un tercio de los 99 mil 511 habitantes de esta nación andina que hasta diciembre de 2003 solicitaron asilo en países como Estados Unidos, Costa Rica, Canadá, Ecuador, Reino Unido, Suecia, España y Francia. Los dos primeros países, EE.UU. y Costa Rica, son los Estados que más acogen colombianos, contando con una población de 11.140 y 8.270 refugiados provenientes del países sudamericano, respectivamente.
Sin embargo, la cuestión del pedido de asilo formal a otras naciones del globo es sólo un único aspecto de la diáspora de colombianos. Según datos oficiales, 2 millones de personas han sido sometidas a desplazamiento forzado desde 1985, representando el intenso flujo interno de personas que huyen de los embates y masacres promovidos por el ejército nacional, grupos paramilitares y organizaciones guerrilleras. Ni todo este contingente puede ser atendido por los empeños internacionales, restando a expectativa de que el propio país encuentre vías para acceder a la paz y conceder estabilidad a sus ciudadanos.