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Lagos peregrina a Washington

Fuentes: Especial de Paralelo 21

Radio Universidad de Guadalajara, México / www.radio.udg.mx

El presidente chileno Ricardo Lagos espera acudir el l9 de julio a Washington para entrevistarse con su homólogo George Bush junior y cumplir así con una invitación que este último le hizo durante la llamada Cumbre de las Américas efectuada en Monterrey, México en enero pasado.

Para Lagos, que se ha encontrado en varias ocasiones con Bush durante reuniones internacionales, ésta será la segunda visita formal y en la Casa Blanca donde habló con Bush el l6 de enero del 2001 para pedirle que agilizara el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países. «Hoy las relaciones entre Chile y Estados Unidos están en un excelente nivel» apuntaba el pasado 20 de junio el diario «El Mercurio» (Santiago de Chile) conocido como vocero empresarial y por su marcado pro yanquismo. Y si lo dijo es porque Washington frunció el ceño cuando Chile votó en contra de la invasión de Iraq en su calidad de miembro no permanente del Consejo de Seguridad y muchos pensaron que el TLC se había ido a la papelera.

Aquello no ocurrió y, además, Lagos- quien constitucionalmente maneja las relaciones exteriores- prohijó varias carantoñas políticas gratas para la Roma de estos tiempos. En el año en curso, repitió su voto en contra de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y luego con desprecio absoluto hacia los 16 países caribeños del Caricom (Comunidad del Caribe) envió soldados y policías a Haití cuando era público y notorio que el presidente legítimo había sido secuestrado y derrocado por Estados Unidos.

Ha colaborado también en la renovación de los amores Santiago-Washington, la actuación de Heraldo Muñoz, embajador de Chile en la ONU y presidente del Comité de Sanciones a Al Qaeda y Taliban nombrado por el Consejo de Seguridad. En ese cargo, Muñoz, quien se dice amigo personal de Condolezza Rice, utiliza los mismos esquemas estadounidenses acerca del terrorismo y de un Islam deformado por la propaganda negra del Pentágono en los niveles del «eje del mal» plagiado por Bush a Reagan. Sobre actuado, Muñoz declaró a dos semanas de su designación que «Chile es un socio y un aliado natural de Estados Unidos». Al intervenir en un seminario opinó que las políticas de EE.UU. hacia América Latina se basan en la democracia y el libre comercio y que, en ese contexto «Chile es parte de un eje de estabilidad y es un país confiable».

Según el antes citado El Mercurio (15-5-04) las afirmaciones de Muñoz provocaron la indignación del senador democristiano Gabriel Valdés, ex canciller y actual miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Valdés, un político muy prestigiado, dijo que estaba «sorprendido y perplejo», porque «Las declaraciones de Heraldo Muñoz no se avienen con la política tradicional chilena que se puso de manifiesto en el conflicto de Iraq». Una amistad esquiva Lo singular es que el propio Muñoz sostuvo en un documentado estudio que «Las relaciones entre Estados Unidos y Chile han estado marcadas preferentemente por signos divergentes» (1)

En el libro del caso y del cual es coautor, anota con razón que la coincidencia entre ambos países ha sido más bien excepcional y que Chile no ha constituido un punto de apoyo para las políticas latinoamericanas de Estados Unidos. Publicado en 1987, el texto de Muñoz explica las razones de tan áspera relación:

– La existencia de intereses económicos de EE.UU. en Chile con mayor fuerza después de la segunda década del siglo XX y que chocaron con el desarrollo nacional chileno.

– La aparición en Chile de una fuerte corriente político-cultural anti norteamericana que abarcó un amplio espectro desde la derecha hasta la izquierda.

– Una notoria injerencia de EE.UU. en Chile dirigida a intervenir en los procesos internos chilenos.(2)

No es posible detallar aquí aquella permanente acción de corte imperial de EE-.UU. que se remonta a la edad de la independencia cuando arribó a Santiago en 1817 el diplomático gringo Theodorick Bland , quien se opuso a la independencia de Chile y rechazó las peticiones de ayuda de los patriotas. Chile declaró la independencia en 1818 y el reconocimiento de Washington se produjo sólo en 1832. En los tiempos contemporáneos está documentada la descarada postura de boicot en contra del presidente Salvador Allende y el fomento por EE.UU. del golpe militar de 1973.

Y en los años que corren la ridícula posición de Ricardo Lagos al respaldar el fracasado golpe de estado en contra de Hugo Chávez en Venezuela con argumentos que eran idénticos a los manejados por el Departamento de Estado y el Pentágono. Peligroso aislamiento Aquella actitud de obsecuencia ante el poderoso que llega al nivel de erigirse en «aliado natural» en contradicción grosera con los hechos, es percibida en otras naciones latinoamericanas, y en el propio Chile, como una tendencia grave hacia el aislamiento con las naciones hermanas.

¿Qué puede esperar Chile del pueblo venezolano si apoyó el derrocamiento de su presidente elegido en las urnas? ¿Qué amistad se puede suponer de las naciones del Caribe que rechazaron el envío de tropas a Haití si Chile fue el primero del subcontinente en mandarlas? ¿Qué se puede asumir sobre Chile si olvidándose de la integración, del Mercosur, de las prédicas anti Alca de Lula, Chávez y de los pueblos, es el primero en firmar un TLC con EE.UU.? ¿Qué reacción sino negativa puede tener Cuba frente a continuas agresiones del gobierno chileno?

Agreguemos lo sabido: que históricamente Chile ha tenido- y tiene- serios conflictos con sus vecinos, Argentina, Bolivia, Perú y concluiremos en que la soledad de Chile en la región es seria y grave. Mas, lo peor en ese cuadro consiste en que las capas dominantes y gobernantes carecen de auto crítica y, por el contrario, francamente o de soslayo, culpan del ingente aislamiento a los otros. Argumentan: nos odian porque nosotros estamos bien, tenemos una economía sólida y firmamos un TLC con el país más poderoso de la Tierra. ¡Soberbia indigna que puede conducir al desastre!

He aquí opiniones de algunos expertos chilenos:

Guillermo Holzman, cientista político de la Universidad de Chile: La percepción de aislamiento se relaciona con la diferencia de Chile con los demás países en cuanto a desarrollo político, institucional y económico. A eso se agrega una cierta arrogancia de nuestro país. En Chile nos sentimos desarrollados y eso genera cierta soberbia que no ayuda a mejorar las relaciones.

Germán Riesco, académico: Otro elemento que influye en el aislamiento proviene de que en América Latina en general está tomando fuerza una postura bastante crítica respecto del modelo neoliberal. Chile incomoda en ese entorno.

Ricardo Israel, cientista político: El aspecto esencial en la relación de Chile con sus vecinos es que «carecemos de una política exterior hacia América Latina». (sic) Por ello, estamos con problemas en toda la región; nos ven mal, en una mezcla de envidia por parte de ellos y de arrogancia por nuestra parte».(3)

El falaz argumento, impregnado de un colosal subjetivismo, de que Chile es un país desarrollado, hace recordar la afirmación de Carlos Saúl Menen en el sentido de que , bajo su mandato, Argentina había ingresado al «primer mundo». Transcurrido un breve lapso, el país había retrocedido a un cuarto mundo con la mitad de la población hambrienta.

¿Qué busca Lagos? La agenda de Lagos en la entrevista con Bush y al tenor de cómo la reseña la prensa chilena, no variaría la problemática que afronta Chile en el campo de las relaciones exteriores en la región. Tampoco incidiría en cambio alguno sobre la administración del modelo neoliberal heredado de Pinochet y que han venido aplicando sucesivos gobiernos pos dictadura.

Se afirma que pedirá el término de los subsidios estadounidenses a los productos agrícolas, práctica muy usada en EE.UU. y que convierte al libre comercio en una parodia. Se anuncia que también planteará reforzar la Organización de Estados Americanos (OEA) Coinciden varias fuentes que. en lo sustantivo, Lagos propiciará reformar instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional como una manera de terminar con las desigualdades para acceder a las finanzas del desarrollo.

Los críticos interpretan tal pretensión como un intento de perfeccionar el funcionamiento del sistema de la globalización económica con el vano propósito de que los países ricos aporten algo para los pobres. Salvador Allende proclamó alguna vez: «Existe el imperialismo porque hay subdesarrollo y existe el subdesarrollo porque hay imperialismo». ¡Un axioma!

(l) Muñoz, Heraldo y Portales, Carlos Una amistad esquiva. Las relaciones de Estados Unidos y Chile, Santiago, Pehuén, 1987.

(2) Op.cit.

(3) Ver, diario «La Segunda», Santiago de Chile, 18-11-03