Unos 30.000 indígenas del Cauca, departamento del suroeste de Colombia, emprendieron ayer una marcha de tres días por la vía Panamericana desde la localidad de Santander de Quilichao hacia Cali (departamento del Valle), para exigir que les sean respetados sus derechos a la vida, la libertad, la autonomía y la justicia, según la emisora local […]
Unos 30.000 indígenas del Cauca, departamento del suroeste de Colombia, emprendieron ayer una marcha de tres días por la vía Panamericana desde la localidad de Santander de Quilichao hacia Cali (departamento del Valle), para exigir que les sean respetados sus derechos a la vida, la libertad, la autonomía y la justicia, según la emisora local ‘RCN Radio’.
La marcha, que comenzó con un acto inaugural celebrado en el denominado ‘territorio de paz’ de La María, recorrerá unos 120 kilómetros, distancia que separa a esa población de Cali. «La ‘minga’ (marcha indígena) será pacífica», insistió ayer el consejero mayor de los cabildos del Cauca, Clímaco Alvarez, para disipar nuevamente los temores del Gobierno del presidente Alvaro Uribe de que en ella se infiltren grupos armados ilegales.
«Nos estamos manifestando en contra de la guerra y las acciones violatorias de los Derechos Humanos hacia nuestros pueblos», dijo el presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Luis Evelis Andrade, quien añadió que los indígenas quieren expresar también su rechazo a la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos, que estiman empobrecerá al país y afectará su soberanía.
El Gobierno Nacional no ha excluido la posibilidad de que se interrumpa el tránsito por la carretera, caso en el que, como advirtió el propio Uribe, la fuerza pública intervenga para restablecerlo. Centenares de efectivos militares y policiales fueron desplazados para garantizar la seguridad en el tramo que recorrerán los aborígenes, mayoritariamente de los pueblos Paez y Guambiano, que ocupan una gran parte del territorio caucano.
La movilización empezó el pasado fin de semana con marchas previas hacia el centro de concentración en Santander de Quilichao, sede de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), que reúne a los paeces.
Ese pueblo se rige desde hace más de 20 años por el Proyecto Nasa (‘Proyecto de Vida’), iniciativa con fundamento en conocimientos ancestrales que el pasado mes de febrero recibió el premio Ecuatorial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Las más diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) del país, en particular las de defensa de los Derechos Humanos, se han hecho eco de la ‘minga», que en el fondo es una protesta contra la guerra y las políticas económicas que amenazan a la minoría, con menos de un millón de población distribuida en poco más de 80 pueblos.
Más de 15.000 aborígenes han sido víctimas del desplazamiento forzado en el último decenio, según informes de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) mencionados por Planeta Paz, ONG de Bogotá.
En su informe de 2003 sobre Colombia, la oficina nacional de la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció que unos 100 líderes y autoridades indígenas fueron asesinados durante ese año.
A pesar de que la Constitución promulgada en 1991 establece la autonomía de los pueblos indígenas y el reconocimiento de sus territorios como instituciones políticas y administrativas, Planeta Paz advirtió que los derechos consagrados corren riesgo.
La marcha confluirá en un congreso indígena y popular organizado en la ciudad de Cali, y se unirá a una jornada nacional de protesta contra el Gobierno prevista para el próximo jueves.