Un seleccionado grupo de sicólogos al servicio de la dictadura del general (r) Augusto Pinochet elaboró un plan cuidadosamente preparado para enfrentar la muerte del presidente Salvador Allende, reveló hoy un medio local. Según el diario La Nación, el proyecto tenía como fin manipular sicológicamente a la opinión pública para desprestigiar la figura del ex […]
Un seleccionado grupo de sicólogos al servicio de la dictadura del general (r) Augusto Pinochet elaboró un plan cuidadosamente preparado para enfrentar la muerte del presidente Salvador Allende, reveló hoy un medio local.
Según el diario La Nación, el proyecto tenía como fin manipular sicológicamente a la opinión pública para desprestigiar la figura del ex mandatario constitucional, muerto en el Palacio de La Moneda durante el salvaje bombardeo de la aviación golpista el 11 de septiembre de 1973.
El plan está contenido en una serie denominada ‘Documentos del Miedo’ que elaboró el Departamento de Psicología de la Dirección de Relaciones Humanas del régimen militar, que lideró el psicólogo Hernán Tuane, dados a conocer por el rotativo.
La intención era introducir en la mente de los chilenos, ‘de manera perversa’, que tanto los que apoyaron a Allende, como aquellos que se le opusieron, pero después criticaron la asonada, ‘eran simples delincuentes y traidores a la patria, a los que había que exterminar’.
Además, se revisa la intromisión psicológica en ámbitos de fuerte incidencia social, como la necesidad de que no hubiera más alzas en el precio del pan y otros que fueron abordados profusamente por la prensa de esa época: el Plan Zeta y el genocidio frustrado.
Entre las ‘piezas’ desclasificadas figura además un memorando en que se revisa la relación del país con América Latina, la justificación para la existencia de la junta militar y la necesidad de contar con una figura presidencial como máximo representante del país.
Una mención especial entre los documentos se encuentra en el caso del escrito bajo el titulo ‘Hacia la comprensión psicológica-existencial de Salvador Allende y su suicidio’.
En el se indica que su muerte podría significar ‘la toma de conciencia del fracaso de su acción gubernamental; además sus frustradas intenciones de implantar un régimen marxista que sirviera de ejemplo para otros países del mundo’.
En el estudio se afirma que Allende no sólo era ‘narcisista, sino también ególatra que deseaba pasar a la historia como un héroe o líder, y siente esto como algo trascendental o vital en su afán de perpetuarse como un personaje histórico’.
Pero el documento elaborado por la unidad de Tuane va más allá, pues sostiene que ‘con su muerte, la izquierda queda sin líder’, ya que ‘la Unidad Popular no tiene otra figura de relevancia semejante’. Añade que en el plano latinoamericano era ‘el símbolo del movimiento subversivo’.
‘Felizmente para el bien de Chile, Allende decidió quitarse la vida. Si hubiese salido vivo de La Moneda, habría significado una lucha cruenta, tanto a nivel de frentes bélicos como de sabotajes’, subraya.
‘Sus huestes y seguidores se hubiesen sentido respaldados y esperanzados de su retorno y tendrían por qué luchar’, sentencia el análisis que enarbola como tesis reforzar la idea de que la muerte del mandatario dejó sin apoyo a sus seguidores’.