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La Constitución neoliberal europea

Los partidos y la evolución política española ante el Referéndum

Fuentes: Rebelión

La izquierda marxista española debería profundizar más sobre los últimos acontecimientos, especialmente la pérdida del gobierno por el PP y la vuelta del PSOE. En marzo del 2000, al conseguir la mayoría absoluta, el PP habló de haber cerrado el ciclo de la Transición. Todo el Estado retornó a manos del partido político que representaba […]

La izquierda marxista española debería profundizar más sobre los últimos acontecimientos, especialmente la pérdida del gobierno por el PP y la vuelta del PSOE. En marzo del 2000, al conseguir la mayoría absoluta, el PP habló de haber cerrado el ciclo de la Transición. Todo el Estado retornó a manos del partido político que representaba los intereses directos de la derecha más franquista y rancia y de todos los sectores económicos ligados a ella. En esa segunda legislatura fue cuando el PP abandonó la cara más amable de la derecha española y se instaló en una involución ideológica, política y económica que rompió el Consenso de Estado. Consenso que fue objetivo principal de la Transición franquista pues sirvió como sistema de convivencia entre los herederos franquistas (UCD+AP=PP), la Monarquía de Juan Carlos I y, por otro lado, las fuerzas de izquierda y nacionalistas, enterrando la Guerra Civil. Aznar implantó un régimen casi policial, ayudado por la mayoría de los mass-media españoles, y con la excusa del Pacto Antiterrorista(también firmado por el PSOE) avanzó en la destrucción del MLN vasco y puso a las fuerzas de izquierda bajo la vigilancia de los servicios de seguridad del Estado (caso Carod). Dio la espalda a la Europa política del euro y nos embarcó en el proyecto imperial de Bush y Blair de invadir Irak.

No se trataba de una vuelta al castizo «Bienvenido Mr. Marshall» que sacó a Franco de su aislamiento internacional y convirtió a la oligarquía española en fiel aliado de EE.UU. El apoyo a la primera potencia mundial permitió a Aznar plantar cara al eje Berlín-Paris en las negociaciones de la integración europea. La derecha española pretendía aliarse con quién podía asegurarle los negocios imperialistas españoles en Latinoamérica y algún bocado en Irak en base a la coincidencia retórica sobre el peligro terrorista entre las Administraciones española y yanqui. Las clases dominantes españolas que apoyaban esa dirección del PP querían un acuerdo subordinado a EE.UU. en los sectores económicos comunes a las empresas de los halcones yanquis. Sectores y empresas estrellas del IBEX 35 como la construcción, los bancos, el militar, las telecomunicaciones y la energía: BBVA, Santander, FCC, ACS, Repsol-YPF, Endesa, Telefónica, Indra… (1). Esto se refleja en los grandes bancos españoles  posicionados en el negocio europeo siempre en la periferia del eje París-Berlín (2), en Italia y Inglaterra aliados de EE.UU. (como la reciente compra por el Santander del Abbey en tierras inglesas).

El PSOE de Felipe González desarrolló el Consenso de la Transición franquista para situarnos en la Europa capitalista y de la OTAN y con un matiz social-demócrata aplicó las políticas neoliberales del último cuarto de siglo. En este periodo el sector español industrial tuvo un peso económico importante gracias a la exportación hacía Europa tras la venta de las perlas industriales españolas a las multinacionales en las reconversiones salvajes de los 80.

En cambio, el PP situó las fuerzas parlamentarias al borde de la ruptura del consenso en temas de Estado como las alianzas internacionales, los derechos nacionales, la política antiterrorista o de inmigración, en lo que el sr. Zapatero, llamó «el clima de crispación social». El milagro económico de estos ocho años de PP se basó en parámetros similares a los de EE.UU. e Inglaterra, o sea, a favor de los más ricos y negocios más parasitarios. La industria española sufre ahora las primeras deslocalizaciones debido a la ampliación al Este y a la nula política industrial de I+D. Las organizaciones políticas obreras y sindicales se deshacen ante las embestidas de las políticas neoliberales que nuclean a la clase obrera.

La victoria electoral de la izquierda es la victoria de la movilización social

La noche del 13 de marzo el clamor popular delante de las sedes del PP de todo el país da el empujón a un vuelco a la situación política iniciado en Catalunya con el tripartito. El 14 de marzo miles de ciudadanos normalmente abstencionistas van a votar contra la guerra y las mentiras asegurando el voto protesta en el PSOE para echar a Aznar. En el terreno electoral, la mayoría absoluta del PP en el 2000 fue el resultado de la abstención (la izquierda perdió 3 millones de votos) y no el producto de un ensanchamiento cualitativo de su base social. El 14-M la participación masiva produjo la debacle electoral del PP y una mayoría holgada de las fuerzas de izquierda y nacionalistas en el Parlamento. Y en las siguientes elecciones europeas de junio lo más significativo no fue el recorte de la distancia PP-PSOE sino que con un 54% de abstención ganará de nuevo la izquierda.

El factor que ha desencadenado ese vuelco electoral no podía ser otro que las grandes movilizaciones de estos años(comparables a las de la OTAN del 85) junto al agravamiento de los conflictos interimperialistas, y que han tenido su equivalente en la mayoría de países de Europa durante la década. Grandes movilizaciones que durante estos años han golpeado al PP: chapapote, trasvase, estudiantes, huelga general y las imponentes movilizaciones contra la guerra y la Europa del capital que lanzan al ruedo político a una nueva camada de activistas. Jóvenes de izquierda y de las organizaciones sociales han entrado en la lucha política, y aunque de forma espontánea, han ayudado de manera decisiva en la jornada de reflexión electoral a la movilización de miles de ciudadanos en las citas «espontáneas».

El giro electoral a la izquierda fruto de esas luchas y de los graves errores geoestratégicos y tácticos del PP obligan a todas las facciones de la burguesía y la oligarquía española a resituarse. También el 14 de marzo libramos en el terreno electoral una batalla determinada por la división imperialista entre EE.UU. y Europa de resultas de la ocupación de Irak. Las elecciones demostraron que los pueblos del Estado español rechazan el militarismo en las relaciones internacionales, que sus ciudadanos se sienten sobre todo europeos y que después de muchos años aún subsiste una conciencia antiimperialista con respecto a EE.UU.

El Estado español dentro de las contradicciones interimperialistas

La victoria del PSOE vuelve a colocar en la escena política y económica al sector de las clases dominantes partidarias de la Europa del capital y del euro donde el PSOE tiene grandes responsabilidades y del que participan las burguesías nacionales vasca PNV y catalana de CiU. El 80% de las exportaciones españolas van a Europa.

La retirada de las tropas de Irak ordenada por Zapatero es un golpe a la política imperialista de Bush. El fracaso americano en Irak está reforzando el eje de Francia y Alemania, motores de la construcción europea y aumentando las diferencias con EE.UU. Y también la victoria electoral del PSOE sitúa a nuestro país reforzando ese eje Berlín-París-Madrid y abre una etapa decisiva para la Europa capitalista.

La socialdemocracia española transformará la victoria de la movilización contra la guerra y la derecha en España, en un reforzamiento de la Europa del capital en su pugna geoestratégica con los EE.UU. Europa se prepara para una nueva época de integración con la Constitución neoliberal y la ampliación al Este para acometer mejor la competencia interimperialista, que se ha agravado desde la crisis económica del 2001. Por tanto, hay un acuerdo estratégico entre la socialdemocracia y la derecha europea, en cuanto al papel que deberá cumplir Europa en el mundo. El mismo hecho que compartan la presidencia del Parlamento europeo demuestra el grado de integración, más cuando el PSOE ha votado por el conservador Barroso para la Comisión europea, mientras la derecha europea, con el PP, votaba a Borrell como Presidente de la Cámara continental. España y Portugal, que mostraron veleidades yanquis, están ahora dirigiendo Parlamento y Comisión, cerrando el flanco sur europeo a la influenci  a de los neocons americanos.

La posición económica española dentro del contexto internacional

La política exterior de Aznar provocó una profunda división en el país e incluso entre las clases dominantes. Eso no quiere decir que haya existido dentro de estas un serio enfrentamiento respecto del modelo neoliberal a aplicar a los trabajadores y de las responsabilidades internacionales y de orden que de ese modelo se derivan. Sí, tienen una clara divergencia geoestratégica y de los negocios por el papel subordinado que históricamente ha jugado España respecto de Europa y los USA y ahora toca elegir entre la «nueva» Europa pro-Atlantista y la «vieja» Europa del eje franco-alemán. Además esa divergencia sucede porque el modelo económico español basado en salarios baratos y turismo está llegando a su fin. Los sectores económicos ligados a la derecha española del PP buscaron una salida en el milagro económico de la era Aznar mediante: los negocios (léase robos) de las multinacionales españolas en Latinoamérica y aquí, que se vivía del crecimiento meteórico del endeudamiento f  amiliar, del boom inmobiliario, de los chanchullos financieros, la usura bancaria y monopolística, privatizaciones y deterioro grave de los servicios públicos, trabajo precario etc…

Ahora la creciente integración latinoamericana alrededor de Brasil y Argentina juega contra los negocios imperialistas de las multinacionales españolas en sus antiguas colonias. Además la ampliación hacía el Este europeo viene acompañado del declive industrial español y del modelo económico y medioambiental que viven la mayoría de zonas turísticas del país. Dentro de la nueva Constitución neoliberal europea el Estado español pierde peso económico, de población y por tanto político. El sombrío futuro económico español necesita urgentes reformas lógicamente neoliberales que deberá acometer el gobierno en minoría del PSOE. Y así veremos la solidez de los acuerdos parlamentarios que tiene la mayoría de izquierda y nacionalista entorno al PSOE. O sea, qué partidos se pliegan a los dictados de Bruselas, de los capitalistas y la agenda de Lisboa. O bien, cuales exigen un claro giro a la izquierda que acumule fuerzas y tejido social contra el neoliberalismo.

La nueva situación del PP

Aznar ha sido y es el único proyecto unitario de la burguesía y la oligarquía españolas en 25 años. La derrota del 14-M ha dejado al PP con dirección formal pero sin proyecto nacional ni estrategia internacional. Hace poco un periodista se preguntaba que clase de partido era el PP, ¿ si una derecha centrada europea o una derecha ultraconservadora como los neocons de Bush? (3). La respuesta dependía de la victoria electoral de Bush. Si los republicanos la logran, los vientos huracanados del entorno de Aznar volverán a ese partido dando sentido y cabeza a ese proyecto. Si Bush pierde, el PP aún con su tardío apoyo a la Constitución europea, pero con un proyecto hostil al eje franco-alemán difícilmente recuperará la mayoría parlamentaria en nuestro país (como ha pasado en las elecciones europeas) y la capacidad de oposición social. El PSOE, su adversario electoral, le quiere arrebatar el electorado de centro, como ha declarado el mismo Maragall en el congreso del PSC. Y los escán  dalos en torno al 11-M y Aznar no hacen más que avalar las enormes dificultades que va a tener el equipo de Rajoy y la derecha para recuperar el poder del Estado.

Los últimos tiempos de Aznar radicalizaron las posiciones más divergentes principalmente en el nacionalismo catalán y vasco. Excepto en cuestiones centrales de Estado en las que el PP ha mantenido la pinza sobre el PSOE, el legado de Aznar deja roturas muy importantes en temas centrales de Estado, el llamado consenso, donde impuso su mayoría y los malos modos. La creciente radicalización de las nacionalidades históricas y sus Parlamentos para soltar lastre centralista advierten que la herida profunda del período Aznar solamente la curarán con una gran Reforma Constitucional. Radicalización que tiene sus bases materiales en la pérdida de peso de los antiguos estados y en la viabilidad económica independiente de Catalunya o Euzkadi y la amplia aceptación de representarse directamente ante las instituciones europeas. Ese es el gran peligro que acecha a la oligarquía centralista española. Precisamente el talante conciliador, dialogante del PSOE de Zapatero está estudiado para hac  er volver al redil del Consenso de Estado entorno a la Constitución franquista de la Transición a las ovejas descarriadas, léase PNV, EA y ERC.

El gobierno PSOE y «la mayoría parlamentaria» de izquierdas y nacionalista

El PSOE ha sido presa estos años de pactos de Estado con el PP, como la inmigración y el Pacto Antiterrorista y tras su victoria electoral no ha renegado de ninguno ellos. El PSOE es un partido de Estado, monárquico, social-liberal, imperialista, fiel a sus compromisos con las clases dominantes, empresas y instituciones nacionales e internacionales de la que forman parte muchos de sus dirigentes. Si Bush pierde las elecciones y se confirma la tesis aquí defendida que el PP se ha quedado con dirección pero sin proyecto, las responsabilidades de gobernabilidad nacional e internacional van a recaer totalmente en el PSOE. Y debe hacerlo en un momento especialmente delicado: agravamiento del conflicto interimperialista, crisis de la construcción neoliberal europea, conflicto con las nacionalidades históricas, enfrentamiento con los partidos burgueses del PNV y CiU(que dieron estabilidad a gobiernos de F.González) y un gobierno en minoría apoyado en su izquierda. Por ello, el PSOE  intentará arrastrar a la responsabilidad institucional burguesa a la mayoría de las izquierdas periféricas, izquierdas nacionalistas y a IU (4) que le dan apoyo.

Aunque tras el ciclo electoral aún no hay oposición social de izquierdas al Gobierno del PSOE y sus primeras medidas le dan un período de gracia, con la mano de Pedro SOLBES al timón del Ministerio de Economía, los limitadísimos márgenes de las políticas neoliberales pondrán rápidamente a prueba esa mayoría parlamentaria de izquierda.

Precisamente ahora cuando la minoría parlamentaria del PSOE permitiría un giro a la izquierda a favor de los trabajadores y los pueblos del Estado español empezará a funcionar el talante dialogante de Zapatero a favor de la gobernabilidad. IU-ICV-EUiA y la izquierda periférica y nacionalista tienen ahora una oportunidad histórica aprovechando ese ciclo de grandes movilizaciones y la desconfianza que genera el social-liberalismo. Pero estas fuerzas están empezando a lamer las mieles de las responsabilidades institucionales y/o de gobierno por lo que hay que recordar que en la calle y en la firmeza de la movilización de millones de personas están los cimientos y el motor de «Ese otro mundo posible».

El PSOE enviará más tropas a Afganistán y Haití (IU-V ha aceptado el segundo no el primero). Todos los partidos parlamentarios, incluso IU-ICV han aceptado la estabilidad presupuestaria neoliberal. A los más ricos se les va a bajar los impuestos. A los especuladores inmobiliarios se les van a regalar miles de millones para alquilar. Joan Saura, Conseller de Relacions Institucionals, quiere aprovechar el camino desmovilizador del traspaso de competencias por el artículo 150.2 de la Constitución, en lugar de la movilización social por un nuevo Estatuto que culmine en la soberanía del pueblo de Catalunya. El Ministro de Exteriores, Moratinos, en su viaje a la ONU y Latinoamérica se hace acompañar de un séquito de diputados, novedad de esta legislatura para que en sus propias palabras: «implicar a las fuerzas parlamentarias en reconstruir el consenso en política de Estado, que es acuciante debido a la proximidad del Referéndum sobre la Constitución europea» (5). En la delegación s  e encuentra Joan HERRERA, de la coalición IU-IC-EUiA, negociando en Washington la nueva composición del denostado Consejo de Seguridad, en el que el PSOE quiere dejar fuera a Brasil, India y China. El PNV ha declinado la invitación del viaje. La misma delegación en Brasilia ha negociado con el gobierno Lula la participación de España en la «pacificación» de Haití. La delegación acompaña a Moratinos a dar apoyo gubernamental al ultraderechista Ángel URIBE de Colombia, al tiempo, se exigía la presencia de observadores internacionales en el referéndum sobre Chávez en Venezuela, que es tratado por TVE como un dictador comunista a día de hoy, 15-8-2004 (6).

Si creíamos en otra política hacía los pueblos latinoamericanos que viven en una pobreza extrema y  estrangulados por deudas usureras estamos equivocados. La connivencia y responsabilidad de los altos dirigentes socialistas con las multinacionales españolas que explotan y roban los recursos de esos pueblos queda patente en el nombramiento de Narcís SERRA como vicepresidente de Telefónica-Chile (7). En estos momentos existe un fuerte enfrentamiento con ese país por los abusivos aumentos de precios por parte de Telefónica-CTC participada por Telefónica-España y Citibank.

Pero uno de los objetivos centrales, del movimiento envolvente del talante dialogante de Zapatero, del gobierno PSOE, se encuentra en cambiar o si no neutralizar la oposición de IU-V, PNV, ERC a la Constitución europea. Se quiere que España sea uno de los primeros países en ratificar el nuevo Tratado constitucional europeo, para dejar clara la implicación en ese proyecto de Europa neoliberal, en un estado donde el sentimiento europeo siempre mayoritario ha estado ligado a la izquierda desde la dictadura franquista.

La situación de IU y EUiA

Mientras dure el período de gracia del PSOE, IU-ICV-EUiA sólo podrá hacer una crítica de izquierdas explotando las contradicciones de los socialistas. La crisis de IU le impide ejercer como alternativa al social-liberalismo del PSOE, aunque la minoría parlamentaria del PSOE le da un arma inestimable de presión. Aquí el problema está en saber a cambio de qué el PSOE va a tener el apoyo parlamentario de la dirección Llamazares-Herrera, o dicho de otra manera, a qué renuncia esta dirección a cambio de ventajas parlamentarias, etc.

De todas maneras, hay causas políticas (luchas internas) y sociales objetivas en la crisis que vive IU-EUiA: su crítica alternativa no se asienta sobre una fuerza social real porqué la ha perdido en estos años de neoliberalismo y la generación que luchó contra el franquismo está llegando a su fin sin haber establecido aún un puente con la nueva clase obrera, hija del empleo precario, y los movimientos antiglobalización. Pero el período de gracia del PSOE acabará cuando aparezca una oposición social de izquierdas en el nuevo ciclo de movilizaciones sociales que no tardarán en llegar, como lo demuestra Izar. Para IU-ICV-EUiA será el momento de reconstruir esa fuerza social sin exclusiones porque la otra opción es la subordinación de estas fuerzas al PSOE y la imposibilidad de construir una alternativa al socio-liberalismo. Debemos poner toda la energía en ser co-organizadores, co-dirigentes de las luchas para articular  las organizaciones sociales, obreras y políticas de izquie  rda y así presionar al gobierno PSOE y a los de las nacionalidades históricas para dar un giro político a favor de las clases trabajadoras y populares. En otras palabras, la victoria de la izquierda hace más fácil que la movilización y la organización de los trabajadores y clases populares tenga influencia sobre el poder, para desplazarlo lo más posible a la izquierda.

Hay una ocasión de oro con el Referéndum europeo sobre la Constitución para empezar a ejercer ese papel. Además va a ser uno de los ejes centrales del próximo Foro Social europeo en Londres. EUiA que defiende el voto contra esa Constitución, en cambio no se ha preparado para ser eje vertebrador del tejido social catalán por el NO. La reciente Conferencia Política no recogió la propuesta de hacer campaña por el NO a la Constitución y quedó fuera de las campañas centrales del próximo período. Grave error táctico que ya no está ayudando a ICV y IU a situarse ya en campaña contra la Constitución neoliberal. ICV y IU quieren ahora realizar un referéndum entre las bases para decidir su postura, pero Saura ha dicho que no harán campaña con otras organizaciones salga lo que salga (8). De esta manera el NO se convierte en una opción personal, cuando debería ser una herramienta política para la movilización que es lo que no quieren los partidarios de la Europa del capital y del euro. La   entrada en el juego parlamentario que quiere el PSOE y los partidos de las clases dominantes puede dejar a la Coalición IU-IC-EUiA fuera de ese enorme espacio social que se movilizará por el No a la Europa de los capitalistas. Errores que aún podemos subsanar para decir el «SI a otra EUROPA POSIBLE» de los trabajadores y los pueblos QUE RECLAMAN LOS FOROS SOCIALES Y EL MOVIMIENTO ANTIGLOBALIZACIÓN EUROPEO, los partidos de la izquierda europea y la Conferencia europea de la izquierda anticapitalista. La primera prueba de fuego para esa Constitución será en Barcelona y Catalunya. Las pequeñas naciones sin estado rechazan esa Constitución centralista. Zapatero quiere convertir la ciudad condal en la capital del euro y las multinacionales en un mitin con Chirac y Schroeder. Convirtamos Barcelona en la fosa de esa Constitución. Convirtamos Barcelona en el llamamiento a los pueblos europeos por un verdadero proceso constituyente y participativo. Barcelona puede ser el nacimiento  de otra Europa de los derechos, de los ciudadanos y los pueblos. Europa si pero no así!!

Salvador TORRES, 31 de agosto 2004

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BIBLIOGRAFIA

(1) 9 de Mayo de 2003 www.expansion.com/documentos
(2) 28-7-2004, El SCH ignora la eurozona, Financial Times.
(3) Los neocons castizos, Joaquín Estefanía, EL PAIS Domingo, 11-07-2004.
(4) Integrismo político en EE.UU./La versión española, José Vidal-Beneyto www.elpais.es
(5) pág. 17, sección España, El País, miércoles 21 julio 2004.
(6) TVE Canal 24 horas información, telediario de la mañana, 15-4-2004.
(7) pág. 45, sección Economía, El País, miércoles 21 julio 2004.
(8) 2-8-2004, sección Catalunya, EL PAÍS.