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Después de APEC; un Balance Necesario

Fuentes:

Recién ha concluido el encuentro de los representantes y administradores del gran capital que controlan territorios, economías, gobiernos y por tanto millones de vidas en los países que se encuentran de cara al Océano Pacífico. La APEC, no solo vimos llegar a nuestro país a los administradores políticos de estas naciones, sino también a los […]

Recién ha concluido el encuentro de los representantes y administradores del gran capital que controlan territorios, economías, gobiernos y por tanto millones de vidas en los países que se encuentran de cara al Océano Pacífico.

La APEC, no solo vimos llegar a nuestro país a los administradores políticos de estas naciones, sino también a los representantes del empresariado, reunidos en CEO Summit (principales empresarios de las 21 economías miembros de APEC) y del ABAC (consejo consultivo empresarial), que son los que toman las «verdaderas» resoluciones, que los llamados «líderes» están obligados a obedecer y por lo tanto a definir los lineamientos políticos y militares para someter a los pueblos de estas naciones, que tienen muy poco y casi nada que opinar.

A juicio del MIR, ningún análisis serio, del encuentro de los representantes del capital, puede abstraerse de la realidad económica, política y militar que atraviesa el capitalismo, como modo de producción, y del imperialismo como fase de éste.

En efecto, la APEC obedece a la necesidad imperialista de establecer las mejores condiciones para proseguir con el intento de hegemonizar el control planetario. Para ello necesita ciertos acuerdos de los representantes políticos y empresariales, para impulsar las políticas de control (llámese neoliberales u otras) y aumentar la dependencia de los mercados locales, a las potencias imperialistas y a las grandes transnacionales, que gobiernan el mundo.

En ese contexto, no podemos pasar por alto algunos antecedentes, que quedan de manifiesto y que destruyen el discurso «de economía emprendedora» que intentan vender los representantes imperialistas locales; no es un misterio que las potencias y los monopolios imperialistas, solo buscan los recursos naturales y humanos de nuestros territorios indoamericanos.

De hecho, el objetivo de las transnacionales en esta área del continente, es traer sus capitales, donde encontrarán una mano de obra a muy bajo costo y con legislaciones laborales «muy favorables», con lo cual ven reducidos sus costos de producción, viendo acrecentar sus ganancias o plusvalía.

El otro elemento es el carácter primario de la producción local; de hecho los dos países sudamericanos integrantes del APEC, Chile y Perú, solo exportan artículos primarios (sus materias primas), con nulo valor agregado, – a lo más que pueden acceder los burgueses locales, es competir en el área de servicios, construyendo supermercados y tiendas.

Otro factor es la característica poco atrayente de los mercados internos, que no es por «poseer poca población», como dicen algunos economistas burgueses, sino que es simplemente por que nuestra población, es pobre.

Así, queda demostrado, que es completamente falso el discurso burgués, de que estos encuentros del gran capital «sea un beneficio para todos»: los únicos beneficiados son los monopolios imperialistas y sus representantes locales, quienes plantearon abiertamente que «el APEC sirvió para ventilar Chile», todo a costa, por supuesto, de la explotación y marginación de nuestros pueblos.

El Rol del Reformismo en la Política Imperial

Para el MIR, existe un elemento que los revolucionarios debemos analizar detenidamente. Este es el papel que algunos sectores que se llaman de izquierda, (pero que representan el ala reformista y electoralista), juegan en el ordenamiento de las políticas imperialistas.

Este no es un fenómeno nuevo, de hecho debemos remitirnos a las históricas luchas emprendidas por Marx y Engels y posteriormente Lenin, en contra de estos sectores.

Estos son los mismos que se dedicaron a desprestigiar la lucha latinoamericanista de los Comandantes Fidel Castro y Che Guevara, que eran tratados de «jóvenes idealistas, impetuosos e irresponsables», que no se atenían a la línea burocrática venida del Este europeo.

Son los mismos que ahora se cuelgan de estas figuras, para parecer «revolucionarios y consecuentes», ante el pueblo.

Pero la historia, aunque traten, no se olvida: Los revolucionarios no olvidamos el asesinato de León Trotsky en México, no olvidamos las causas del asesinato del Comandante Che Guevara en Bolivia, ni del Comandante Carlos Fonseca en Nicaragua.

La historia recordará el triste papel del reformismo en el periodo de la unidad popular en nuestro país, quienes por su intrínsico carácter de colaboración de clases, olvidó que el enemigo era la burguesía y no el pueblo, a quienes dieron la espalda transando el poder que los trabajadores habían alcanzado a este ese momento.

Traemos a la memoria estos hechos para no parcializar la historia, para buscar la explicación real del comportamiento claudicante de este sector, que tiene en los eurocomunismos el ejemplo de reconversión hacia la clase dominante, después del fracaso de los llamados socialismos reales que ellos mismos impulsaron.

Llama poderosamente la atención la similitud de los planteamientos de estos sectores, con lo expresado por los empresarios capitalistas reunidos en la APEC, coincidiendo en la necesidad de «humanizar el capitalismo», por ejemplo. La posición «más revolucionaria» planteada por estos sectores, es la que levanta Attac, la llamada quinta columna del capitalismo, que debe su nombre a la propuesta de sacar un impuesto a la circulación del capital – la denominada tasa Tobin-, el cual se destinaría a combatir la pobreza en el mundo. Lo que hacen en el fondo es resaltar «el problema de una distribución equitativa» y se olvidan que lo que genera la pobreza, es su antagónica, la riqueza. Lo que buscan es la forma de cómo el capital actúa, a través de ONGs, presentando «una cara mas humana», ante tanta injusticia que el mismo capital ha generado. Por ello, no es casual que la Fundación Ford o Rockefeller, se encuentren dentro de los financistas, de los llamados Foros Sociales, realizados con gran despliegue en todo el mundo.

A la luz de los hechos, queda claro que este sector de la izquierda, es parte útil del andamiaje imperialista en la región, de hecho ha permitido el desarrollo capitalista en el continente por intermedio de la desvirtuación de la organización y la lucha social, presentando alternativas electoralistas, reforzando las estructuras políticas y económicas de los estados pro imperialistas.

Los acuerdos cupulares, sirven a estos grupos para potenciar cambios reformistas, sin considerar a sus bases, potenciar el culto al personalismo, que lleva inevitablemente al individualismo, tan apreciado por la filosofía capitalista. El ejemplo mas claro de este planteamiento es la posición de vanguardia que presentan en este instante, los gobiernos que fueron elegidos con votos de sectores reformistas y electoralistas; Lula de Brasil y Lagos de Chile, son los que dirigen la asonada militar, el golpe de estado y la represión del pueblo en Haití, estos mismos personajes fueron electos y contaron con el beneplácito de los partidos de la izquierda electoralista brasileña y del Partido Comunista chileno, respectivamente, y no nos cabe duda, que lo volverán hacer nuevamente, aunque sepan que el circo electoral, solo sea respaldado por el 25% de la población, en el caso chileno, como quedó demostrado en la última elección municipal.

F,S,Ch, y P.C la Doble Cara de una Misma Moneda

Paralelamente a la APEC, se realizó el encuentro del Foro Social Chileno, versión local de los Foros Sociales ya mencionados. Era la oportunidad para que los sectores reformistas y electoralistas realizaran el papel que vienen desarrollando «con extraordinario éxito», en todo el continente.

Aprovechando que hoy el pueblo explotado y marginado no posee una conducción clasista, y está ansioso de expresarse contra las injusticias que el imperialismo acrecienta en el mundo día a día, coincidiendo con llegada al país, de la cara visible del monstruo imperial -Bush-, pero que puede ser cualquiera «de los llamados líderes», que avalan los crímenes contra la humanidad.

Estos grupos llamaron a «manifestarse pacíficamente, cantando y prendiendo velas, sin provocaciones de ningún tipo», mientras ellos se reunían para ver como «le lavan la cara al capitalismo para hacerlo más humano». Ante esto, y con la misma lógica, sectores del reformismo aprovechan para acercarse a los sectores que están planteando una propuesta más radical de lucha, a los que utilizan para poner la cara, recibir la agresión policial, mientras ellos siguen su predicamento y compromiso pactado con el imperialismo de «la no – violencia activa», lo que les sirve para mantenerse dentro de los marcos institucionales.

Sin duda que los administradores del sistema, tienen un extraordinario interés, en que sectores como el P.C, utilizando algunos grupos que se dicen llamar de «izquierda revolucionaria», penetren en sectores autónomos, para así acabar con el creciente desarrollo que estos grupos han alcanzado, lograr hegemonizar y controlar la lucha social de estas organizaciones, que por lo demás representan, para el P.C, un valioso capital para transar pequeñas cuotas de poder con los representantes del imperialismo.

A Sacarse las Máscaras

Como era de esperar las movilizaciones no se dieron con las características esperadas por el F.S.Ch., o quizás sí se dieron, y ahí está lo grave que debemos analizar, con responsabilidad revolucionaria:

1.- No debemos pasar por alto que el Estado, es un Estado de clase y representa los intereses de la clase que lo sostiene y desarrolla una dictadura de clase, en este caso civil – militar.

A partir de 1973, se desarrolló una dictadura militar, cuyos objetivos principales, para el imperialismo, era detener el avance político social del pueblo, originado en el periodo de la unidad popular, para ello definió la eliminación, desaparición, presidio y exilio de los principales cuadros y luchadores sociales de la izquierda, aquellos capaces de dar una verdadera conducción revolucionaria a la clase organizada. El otro objetivo era realizar los cambios necesarios al aparato jurídico – político, para desarrollar el modelo económico social capitalista y potenciar las políticas neoliberales en Chile.

A principios de la década de los noventa, asume la dictadura de clase con características cívico -militares, donde priman los procesos civil – electorales, que son los sostenedores de la «democracia burguesa», que junto a «la ley», son el soporte ideológico que sustentan esta dictadura de clase.

2.- Todo el recambio de administraciones o el paso de dictaduras militares a civiles, se enmarca dentro del análisis que realiza el imperialismo, a través de una estrategia militar, donde define sus intereses políticos y económicos, aliados de clase, sectores instrumentales y enemigos de clases.

Todos estos son movimientos cuidadosamente calculados, donde cada sector cumple su rol en el organigrama imperial. Y es acá donde se equivocan los sectores reformistas electoralistas, al pensar que disputando pequeñas cuotas de poder con la clase dominante no van a ser tocados por la asonada del poder imperial. Piensan que compartiendo algunos intereses de clase con la burguesía, están llegando a acuerdos estratégicos con ellos. Olvidan la historia, no se dan cuenta que solo son «aliados desechables», circunstanciales.

Cuando al imperialismo crea que han cumplido su rol, los dejará de lado nuevamente. El capital definitivamente ya optó, y definió que quienes mejor desarrollan el papel de control social es la Concertación Socialdemócrata, y el reformismo sólo es útil para torpedear los avances de las organizaciones autónomas, que tienen una construcción por la base y se plantean el poder popular como vía de autoorganización.

3.- Después de esto queda más que claro que la izquierda, tal como lo plantea James Petras, «tiene que estudiar política imperialista para re-aprender política de tipo marxista, esta vez sólo en interés de los obreros urbanos, desempleados, indios, campesinos y mujeres trabajadoras».

Ya que el diagnostico superficial y mal informado, que están realizando los académicos, ideólogos, periodistas y líderes nos va a llevar a encontrarnos con el mismo enemigo de clase de siempre.

Si nos atenemos a los acontecimientos producidos durante la APEC, nos daremos cuenta que «sospechosamente», la marcha anunciada por el F.S.Ch., fue aprobada y legitimada por el gobierno pro imperial chileno.

Hasta el mismo Lagos vio con beneplácito el despliegue de personas en la marcha, planteando que «así es como se convive en democracia» y que los que provocaron los desordenes «pertenecían a otro Chile». Queda muy claro el mensaje de Lagos, los que se someten a la democracia burguesa, potencian y participan de sus instituciones, están dentro del «blindaje» de acuerdos, que contemplan no tocar el modo de producción, a lo sumo «establecer algunas reformas, humanizarlo, etc.».

El resto del pueblo que se expresó con radicalidad y que dieron demostraciones de fuerza y capacidad de diferenciarse de la izquierda electoral, estos que se manifestaban en las principales calles del país, mientras los representantes imperialistas y la izquierda electoralista se deshacían en halagos mutuamente, corresponden a otro país, a otra realidad, que según los planes del imperio, tienen «otro tratamiento», que el estado pro – imperial chileno ya está desarrollando.

Como muestra indesmentible, es que bajo los lineamientos de la CIA, el gobierno chileno, desplegó todas las medidas de seguridad para que el encuentro de «capitalistas y progresistas» se realizara con toda tranquilidad.

Las medidas de seguridad iban desde cartillas entregadas por carabineros a estudiantes y pobladores, donde incitaban a la población a espiar y delatar a vecinos, que presumieran actitudes «abiertamente terroristas»; el toque de queda decretado, encubierto como feriado; la ampliación de las facultades de la policía para detener «preventivamente» y que permita reprimir «bajo el marco de la ley»; la escandalosa actitud de la prensa burguesa en cubrir detalles sin importancia, para así desvirtuar el verdadero sentido del encuentro y las reales medidas de seguridad implementadas por los agentes externos, que en pos de la defensa de sus «lideres», ingresaron al país una gran cantidad armamento y recursos tecnológicos, con el beneplácito del estado chileno.

El servilismo del estado pro imperial chileno quedó demostrado en la actitud que tuvo su policía, al encontrarse con los agentes de seguridad de Bush; quedó en claro quien es el que manda realmente.

4.- Ante esta realidad, el MIR quiere hacer un llamado, a todas las fuerzas que definieron hacer una construcción de cara al pueblo, con auto organización, a no dejarse arrastrar por los planteamientos reformistas, no podemos seguir siendo su «para choques»; los presos, los apaleados y los muertos no los puede seguir colocando la izquierda revolucionaria y consciente, como dijera el Che «… sobre la experiencia valiosa y desgraciada de los muertos queridos, hacernos la firme resolución de no repetir errores, de cobrar la muerte de cada uno con batallas victoriosas y de alcanzar la liberación definitiva». El llamado es que las alianzas se realicen con base y en función de avances estratégicos, con visión de clase, y no sólo con acuerdos tácticos.

El llamado es que, si vamos a construir poder popular, este debe darse sobre elementos estratégicos claros, como la conciencia de clase y los tipos de combate a realizar, así como el terreno favorable.

Si estos elementos no están claros, no podemos cometer la irresponsabilidad de sacar lo mejor del pueblo a enfrentarse con lo peor del enemigo.

Los llamados que hacen algunos dirigentes a salir a enfrentarse con la policía imperial, es por lo menos sospechosa e irresponsable; no estamos en contra de que el pueblo se exprese con fuerza y radicalidad, siempre que exista una vanguardia que dirija el accionar militar, en la defensa y en la planificación organizada del accionar popular.

Por ello debemos ser cuidadosos con los «discursos encendidos», si no estamos en condiciones de dar una conducción político militar responsable, de dirigir y conducir el escalonamiento previsible por parte del enemigo contra quienes decimos representar y luchar junto a ellos.

5.- La izquierda revolucionaria debe diferenciarse de las posturas reformistas y electoralistas. La izquierda revolucionaria debe retomar los principios y valores éticos que la diferencian de otras posiciones. No puede seguir renegando de los principios que históricamente ha representado: nuestra lucha es contra la explotación y la marginación humana, y hoy día es por la recuperación del planeta de manos del imperialismo, que cada día lo destruye más.

Por ello la única alternativa de la izquierda revolucionaria es ser antiimperialista y anticapitalista. Nuestra lucha es por derribar concepciones erráticas y reaccionarias que llevan a la cooperación de clases y a desvirtuar el verdadero y lógico camino: luchar para que otro mundo mejor sea posible… pero sin capitalismo.

SOLO PODEMOS LA VIA REVOLUCIONARIA

DIRECCION NACIONAL MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA  ()