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India:

Histórica biblioteca en riesgo

Fuentes: IPS

La Biblioteca Sarasvati Mahal, en el meridional estado indio de Tamil Nadu, es considerada una de las más antiguas y más ricas en documentos del país y del mundo, pero corre el riesgo de desaparecer por la falta de recursos. La biblioteca, en la localidad de Thanjavur, se fue nutriendo de libros y de manuscritos […]

La Biblioteca Sarasvati Mahal, en el meridional estado indio de Tamil Nadu, es considerada una de las más antiguas y más ricas en documentos del país y del mundo, pero corre el riesgo de desaparecer por la falta de recursos.

La biblioteca, en la localidad de Thanjavur, se fue nutriendo de libros y de manuscritos durante el reinado de la dinastía Maratha en el sur de India, entre 1676 y 1832. Pero fue el rajá Serfoji II, al final de ese período, quien más ayudó a su ampliación. Este gobernante era un gran aficionado a la lectura.

Fue declarada de uso público en 1918 por la justicia de Tamil Nadu, luego de un litigio por su posesión entre las 14 viudas de Serfoji y sus respectivos hijos. Hoy sobrevive como una de las pocas bibliotecas antiguas que no fueron destruidas por las guerras.

Es además uno de los pocos lugares en donde se encuentran textos de la Edad Media india. Allí hay 46.000 manuscritos y otros 60.000 libros, mapas, atlas, dibujos y pinturas de la época.

También hay unos 5.000 libros modernos en griego, italiano, francés, alemán, español, danés, holandés e inglés.

Sin embargo, este tesoro del conocimiento, considerado por la Enciclopedia Británica «uno de los más importantes de India y del mundo», se ha deteriorado a lo largo de los años.

El clima tropical ha afectado a su colección, en especial al material orgánico como los manuscritos hechos de hoja de palma, y las autoridades locales no tienen fondos ni experiencia para revertir esta situación

La biblioteca también sufre la carencia de expertos y traductores que descifren y clasifiquen los manuscritos más antiguos, algunos de ellos escritos en lenguas muy poco usadas hoy en India, como el telugu, el tamil, el marathi y el sánscrito.

La infraestructura se ve afectada por los casi 500 visitantes que tiene al día, entre ellos muchos turistas.

Thanjavur es un museo vivo. En cada esquina se respira la historia. Una de sus principales atracciones es el Gran Templo al dios Shiva, edificado por el rajá Chola entre el 985 y el 1012. Es una belleza arquitectónica declarada patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

El santuario es visitado cada año por unos 50.000 turistas, que pueden ingresar a todos sus salones, a diferencia de la mayoría de los templos hindúes, en donde hay sectores prohibidos al público.

El Departamento de Turismo de India compara con orgullo a Thanjavur con Roma o El Cairo.

La Biblioteca Sarasvati Mahal está ubicada a un kilómetro del Gran Templo, en una esquina de lo que era antiguamente el palacio del rajá. En ella trabajan tan sólo 14 funcionarios que, aunque orgullosos de estar a cargo de ese tesoro, se quejan por la falta de recursos.

El director de la biblioteca, P. Perumal, explicó a IPS que los libros están a merced del calor, la luz, la humedad y los insectos.

«No podemos mantenerlos en una atmósfera limpia, con aire acondicionado, como se hace en el resto del mundo. Además, los cambios del clima afectan la estabilidad de los manuscritos», indicó.

«Sólo unas pocas bibliotecas en India tienen aire acondicionado, pero incluso en ellas hay problemas, porque se lo desconecta durante las horas en que no se trabaja», añadió.

Indira Ghandi, ex primera ministra de India asesinada en 1984, visitó la biblioteca en 1965 cuando se desempeñaba como ministra de Información, y quedó tan fascinada por su colección y antigüedad que prometió apoyarla.

Poco después fue creado un comité destinado a preservar el patrimonio cultural de la biblioteca con fondos del gobierno federal y del estado, pero con el pasar del tiempo los recursos fueron menguando.

«Hoy, una vez más, hay un pedido de ayuda, y cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de preservar la biblioteca para las futuras generaciones», dijo Perumal.