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Disciplina y Neoliberalismo

Chile. Del Golpe a la transicion, de las resistencias a las autonomias

Fuentes: Kolectivo Contra Informacion Hommodolars

Todo «sistema social» u modo de organización humana, se da así misma una orientación, un fin que se hace colectivo mas allá de que dicho fin pueda corresponder a intereses particulares. Dicho «sistema» no actúa sobre una materia «vacía», sino que están atravesados y construidos por determinados saberes, regularidades, identidades y con ello, practicas. El […]

Todo «sistema social» u modo de organización humana, se da así misma una orientación, un fin que se hace colectivo mas allá de que dicho fin pueda corresponder a intereses particulares. Dicho «sistema» no actúa sobre una materia «vacía», sino que están atravesados y construidos por determinados saberes, regularidades, identidades y con ello, practicas. El proletariado es tal , desde que vende su fuerza de trabajo y dicha fuerza, se orienta hacia los deseos del mercado, del capitalista, que hace aparecer dichos intereses como algo natural. Se «es» algo cuando se adquiere una identidad que a su vez da sentido y provoca practicas en el sujeto, siendo estas variables a traves de la historia, pero que siempre se encuentran «ahí» en el momento en que se empieza a vivir. Cada sistema «nuevo» o la repetición del anterior en una fase distinta, tiene que aplicarse sobre individuos que ya vienen con una cierta identidad, con una cierta subjetividad producto de las vivencias historicas d e sus lazos cotidianos o de su propio entorno.

Este modo en que se moldean las subjetividades puede ser de dos formas, tipos ideales quizás nunca realizados, y que son opuestos: disciplinamiento y autonomía. Básicamente la historia nos ha dado ejemplos que en su mayoría corresponden a un discplinamiento, a la construcción de subjetividades que orientan sus vidas bajo condiciones que no controlan y que no han elegido, ha darle el sentido superior de sus existencias a un imaginario impuesto. La autonomía corresponde a una producción de subjetividades que son capaces de darse a si mismos sus propias leyes, capaces de decidir la orientación de una sociedad y de elegir el sentido de sus existencias. (la comprensión del mundo y de uno mismo y su proyección sobre este terreno para realizar las propias posibilidades que se abren ) Esta construcción de subjetividades puede encontrarse relativamente en algunas utopías de los ilustrados, hasta los comienzos de la revolución rusa y aspectos de la revolución española, tomando también el caso de Chile, que es el que veremos mas adelante.

Esto necesita como premisa la abolición de las jerarquías y el mercado, ya que este ultimo actúa fuertemente como orientados de las vidas, donde una construcción de la sociedad colectiva no podría ponerlo en cuestión, es decir, no seria una autonomía sino su ilusión.

Para decirlo escuetamente, la disciplina regulariza la existencia bajo una verdad absoluta, la autonomía pone primero a la existencia para que esta se de su sentido.* (Es interesante recordar en este punto, que la mayoría de los teóricos capitalistas da por hecho la existencia de la propiedad privada y la división del trabajo, justificándolos en aprioris como una naturaleza humana que los justificaria. Esta naturaleza humana ya guia al hombre de antes que el mismo existiera. Nuestro a priori es que el unico a priori es que no lo hay, y que el hombre se da sentido a si mismo).

Pero la prioridad de la existencia por sobre una verdad que la guíe, requiere de un piso en el cual sustentarse, es decir, donde no se vea atentado. Y para ello suponemos una estructura ontologica del ser humano, estructura que para poder ser, necesitar estar, y ese estar es irremediablemente el mundo. No supeditado a ninguna ética de antemano, el ser humano tiene que relacionarse con los otros, las cosas y con su mundo dentro de un determinado marco que regula esas formas de relacionarse. Y dentro de esas formas de relacionarnos, están los instintos básicos del hombre desde el cual procede la razón: el amor y el odio. Creación y destrucción. ¿Qué entendemos por estos conceptos? Basándonos en el biólogo chileno Maturana, amor es es el dominio de las conductas en las cuales el otro surge como legítimo otro en condiciones seguras.El odio es su negación. Las estructuras jerárquicas son una negación del otro, ya que se le impide a este desarrollarse dentro de una reciprocidad en la construcción de su propio entorno. La autonomía entonces se basa en las relaciones de amor para poder ser posible (negación de las jerarquías es decir, reconocimiento del otro dentro de la construcción de mi entorno) y en el odio, pero no canalizado hacia otro como uno, sino que canalizado hacia una estructura y lo que la represente (como momento originario de la negación de la disciplina, momento dentro de todo un proceso claro esta, y que no tiene necesariamente como consecuencia lógica derivar en algo determinado) es decir, una negación de lo que lo niega a uno mismo.

Desde principios de siglo se fue construyendo en el campo popular subjetividades que si bien por una parte estaban obstinadas en una verdad absoluta que daría la orientación de la sociedad presuponiendo que dicha orientación estaba presente en la misma constitución de la clase obrera, presentaban fuertes rasgos de una autonomía, de por lo menos en el discurso, fomentar la decisión colectiva y descentralizadora del poder político y económico, es decir, de una educación y culturización que ponía en cuestión el orden impuesto, pero también que proponía otro de antemano. Esto genera una dicotomía en dichos movimientos (no en todos claro esta) entre resistencia/verdad, es decir, resistencias que se sustentaban muchas veces en otra verdad superior que reemplazara a la ya caída. Pero lo importante a rescatar es su aspecto de negación de la estructura opresora, como primer momento de un proceso que en ciertos sectores, tenia que derivar en la construcción por parte de una vanguardia iluminada de otra estructura.

Todo esto se vio destrozado por la dictadura militar. Si bien nadie puede decir que estábamos en las puertas de una sociedad sin clases, es decir, autónoma, el entorno que se construía con los cordones populares o tomas de tierras estaba dentro de uno de los aspectos de la autonomía, como ya decíamos, la negación de la estructura que orientaba la vida sin ser creada por los mismos que la vivìan.

Desde el momento del golpe de estado, los nuevos saberes/verdad (entiendase la predominancia absoluta del mercado), los mecanismos para construir los sujetos que se necesitaban para hacer funcionar adecuadamente el modelo del régimen (el neoliberalismo) fueron construidos en base a la exterminación de lo que eran en su inmediatez una resistencia. El miedo y la desaparición, las torturas y prepotencia, fueron los elementos primeros que necesito el régimen para construir un nuevo marco de regularidades, de nuevos sujetos. La conciencia de que se podía construir otro modo organizacional humano, ya sea uno donde la resistencia se transformaba en burocracia o en autonomía (aquellos que creían que la abolición de las clases y jerarquías podía ser realizada sin seguir al pie de la letra lo que diría marx o lenin) fue sacada, «extirpada», quitada por la fuerza como una posibilidad. Ese disciplinamiento no era totalmente eficaz por la fuerza bruta contra los opositores, sino que tambi én era necesario hacer caer dicha red sobre toda la población civil. Es así como empieza a gestarse el suelo sobre el cual hoy habitamos, pero que la fuerza del régimen no pudo hacer funcionar a su perfección durante su tiempo de gobierno.Pero la hegemonía no fue completa, aun a pesar de la circulación de los discursos que legitimaban al mercado y la misma dictadura. Fue este elemento «antidemocrático» del mismo discurso el que permite la unión de una oposición basadas esencialmente en las palabras de «democracia». La dominación absoluta del capital basada en su liberalización y penetración en todos los sectores de la sociedad, su cuestionamiento dejado a un segundo plano, mantiene las resistencias vivas, pero solo hasta que se legitima el neoliberalismo mismo, es decir, cuando asumen los gobiernos de la concertación en 1990 en la democracia protegida, la transición pactada. Este momento es sumamente especial, ya que los espacios en los que eran posibles la resistencia y la critica, a pesar de que eran fuertemente reprimidos, eran espacios donde la oposición a la dictadura también daba lugar a que podía hacerse después. (Esto se refleja claramente en el documental «actores secundarios», basado en el movimiento secundario de oposición durante el régimen a mediados de los 80s) Una vez que se legaliza el régimen neoliberal, entonces su cuestionamiento ya no tiene espacio. En este momento, la posdictadura hablamos de un control social basado en la criminalizacion de la critica al capital y la integración de los movimientos sociales como espacios de demandas dentro del neoliberalismo, espacios que durante la dictadura eran difícilmente posibles y que precisamente agudizaban la situación.

El disciplinamiento neoliberal se basa no solo en que el capital se inserte en todos los espacios sociales, sino que cierra y crea nuevos espacios. El consumismo desenfrenado se abre como una democratización, democratización del crédito, acceso de las capas medias a lujos que antes no imaginaban. Pero el costo de la pura posesión material es la negación de los espacios para tomar el control de las propias existencias. El trabajo idiotizante y el endeudamiento forjan nuevas subjetividades que no imaginan otra forma de organización distinta a la estipulada a la verticalidad, donde la persona solo obedece dentro de ciertos marcos para obtener su libertad en elegir que posesión material obtener y el espacio publico, político, de construcción colectiva de la sociedad queda como espacio clausurado no solo físicamente (como podía haber ocurrido durante la dictadura, lo que motiva a precisamente crear esos espacios «temporalmente autónomos») sino que también mentalmente, a nivel de c onciencia, de proyección.

II Parte


Las teorías neoliberales no gozaban de una gran «fama» al momento de las discusiones teóricas. Eran mas bien marginales por ahí en los años 60. Esto porque los diseños y sus proyectos de transformación económico y social implicaban enormes costos sociales para la mayoría de la población por lo que no pudieron convertirse en realidad en sociedades que disponían de canales de participación democrática. Es decir, en países donde dichos proyectos fueran realizados a modo de voluntad popular eran ínfimas posibilidades. Quizás implantarlas es mas fácil cuando ya existe la prueba de que sirvió en otro lugar. Y Chile fue el país de experimentación, que sirvió de «ejemplo», es decir, que sirvió para convencer.

La dictadura chilena extermina la base de la fuerza de los movimientos que atentaban lo establecido por medio de la desarticulación de las organizaciones y la conciencia de los mismos (exterminacion física y de discurso de los sujetos/saberes que tenían la idea de la proyección de una sociedad que ponía en critica las estructuras jerarquías actuales, como un primer momento (resistencia) y que en algunos casos apostaba por la colectivización y la construcción colectiva de la sociedad)

Ya vimos que luego de la exterminación física de las resistencias, viene el momento de legitimación, que tiene que ver con el fin de la dictadura, y al acertamiento del «estado neoliberal a lo Pinochet» como modo de organización que la concertación asume para gobernar Es ahí donde los movimientos sociales son integrados solo a la pura demanda al estado, se institucionalizan canales entre lo que antes era resistencia, para ser una aglutinación por parte del movimiento hacia el sistema social.Se procura dar la demanda, pero la critica a las relaciones que producen esas estructuras en las cuales en envolvían los blancos de la critica, queda obsoleta. No hay espacio para ello, el mercado no se toca, es el final de la historia. No se cuestiona y es parte de nuestra naturaleza humana, nos diran.

Dichos espacios son los que se deben ir creando, que la concertación clausura Es ahí donde surgen nuevas resistencias en el espectro social político chileno, donde se conforman espacios donde se pretende crear pequeñas estructuras horizontales que fomenten la construcción de subjetividades criticas al mercado, o que siquiera lo pongan en cuestión. Es evitar de alguna u otra forma, la «contaminación» del mercado, que se colaba por todos lados.

El disciplinamiento neoliberal, el que crea jerarquías orientadas hacia un mercado absoluto, sin espacios públicos donde se pudiera acceder a otro tipo de «sentido de existencia» como quizás podía haber en otros momentos históricos donde espacios para la cultura aun no estaban «tomados» por el mercado, son espacios que ahora deben crearse, son nuevas estructuras dentro de la misma que se producen.

Y es ahí donde los nuevos sujetos van surgiendo. Preuniversitarios populares, educación popular, mayor capacidad de decidir por asambleas en algunas casas de estudio, el descontento a la delegación de poder, y entender que la única salida es la de salir a la calle representándose así mismo, son fuerzas que poco a poco se conforman como resistencias. Que logren derivar en la autonomía, es otro asunto.

Pero un factor importante para el neoliberalismo radica en su incapacidad de dotar a los sujetos de sentidos de vida que los satisfagan. Al tener como fin ultimo la posesión material, al aumentar los créditos de consumo hasta a quienes posean 100 pesos , la locura del consumismo, permite una satisfacción temporal, momentánea, que permite control, mejora el disciplinamiento al hacer ver que la orientación de la sociedad es casi natural, que la mano invisible ha permitido esta libertad de mercado que ahora me permite a mi consumir lo que desee», es decir, el hacer coincidir el deseo propio (producto de la propaganda y socialización por la cultura) con el deseo del mercado, crea una disciplina donde todo es natural, se ha naturalizado el sistema. Esto parecería hacernos ver mas difícil generar los espacios. Pero es precisamente ese consumo buscador de felicidad el que no la logra. El aumento de anti depresivos, el aumento en índices de alcoholismo, la frustración del trabajo cot idiano, y la rabia del que no esta integrado al sistema de saber que no podrá lograr aquello que le prometieron, va produciendo rabia, rabia que no tiene porque ser revolucionaria, pero que si puede derivar en ella. Y si no deriva en ella, tambien puede crear inconformidad, posible toma de posesion de conciencia de que lo real puede ser otro. Es decir, ser parte de esos nuevos sujetos que van surgiendo.

Ya habíamos hablado de los espacios nuevos que necesitan, para abrirse, mas fuerza que antes por parte del sujeto. Esto porque al no haber una pura cara visible del poder, dichos espacios para muchos, aparecen inútiles, como sin razón, además de criminalizarles por parte del poder, y tomar a la masa que buscaba escapatoria un lugar, darle el institucionalizado.

Las nuevas estructuras de resistencia son recien estan fortaleciendose debido a las condiciones subjetivas existentes en el país, y a las peleas dentro de los mismos movimientos, entre quienes sigen los pasos institucionalizados y de demanda, y quienes desean crear estructuras de base.

Dentro de todas estas resistencias, encontramos un marco de multiplicidad de luchas, que se unen siempre con el objetivo de la resistencia.(faltando eso si, una declaración mas clara del objetivo de autonomia/autogestion/anarco comunismo) Como ya decíamos, desde preuniversitarios populares, hasta contra información por red y manifestaciones físicas directa contra símbolos del capitalismo, que si bien no logran hacer caer una transnacional, al ser dotadas del significado de que es una muestra de disconformidad dentro de lo social, podría también ayudar a creer a muchos otros que la disconformidad propia, la frustración propia, no tiene que morir ahí, sino que otro proyecto de organización social es posible hacer real en el espacio social. No es que funcionen como ejemplo o «vanguardia», sino que funcionen a nivel de significado de que «mi inconformidad pasiva» también existe en otros, a nivel de acción. Todo esto va generando estructuras mentales y relaciones con los otros que van saboteando las anteriores. Es decir, nuevos sujetos que abren espacios donde son capaces de mostrar que la vida cotidiana puede vivirse de otra forma mas que la interiorizada por el mercado, pero que también eso no basta , y que por t anto, es necesario combatirle, generalizando mas estructuras resistenciales, a la vez que saboteando la establecida, y poder ir lanzando la red de autonomía sobre el tejido social, que si bien será lentamente, tiene que poseer la fuerza para no quedarse en una pura resistencia, en un puro «espacio donde se pueda vivir de una forma distinta» mientras el neolibrlismo sigue gobernando. De las resistencias a la creación de autonomía, de redes que logren moldear las subjetividades que vienen, de modo que se relacionen con el otro en formas distintas a la jerárquica y negadora del otro, instrumentablizable