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Comenzó la marcha juvenil contra la exclusión política

Fuentes: Crónica Digital

Bajo la lluvia y el frío, centenares de jóvenes marchan a pie hacia Valparaíso, a unos 130 kilómetros de Santiago, para protestar ante el Congreso Nacional contra la exclusión política en Chile.Los manifestantes, movilizados por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otras fuerzas políticas de izquierda y progresista, partió la víspera de la céntrica […]


Bajo la lluvia y el frío, centenares de jóvenes marchan a pie hacia Valparaíso, a unos 130 kilómetros de Santiago, para protestar ante el Congreso Nacional contra la exclusión política en Chile.

Los manifestantes, movilizados por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otras fuerzas políticas de izquierda y progresista, partió la víspera de la céntrica avenida Alameda, próximo al Palacio de la Moneda, y esperan arribar al puerto el viernes por la tarde.

En el trayecto tienen previstas varias paradas para acampar y organizar actividades con los pobladores locales, desde donde esperan se incorporen algunos cientos más para la manifestación que harán el sábado ante el Parlamento bicameral en reclamo de mayor democracia.

La protesta coincidirá con el último mensaje sobre el estado de la nación que rendirá el presidente Ricardo Lagos antes de concluir su mandato el 10 de marzo del próximo año.

Los manifestantes, a los que se unirán también decenas de trabajadores y dirigentes sindicales en la pintoresca localidad turistica, demandarán del Ejecutivo y del Poder Legislativo cambios en el sistema electoral binominal.

El artículo 54 de la Constitución, impuesta por el ex dictador Augusto Pinochet en 1980 y mantenida vigente por tres gobiernos de la Concertación (1990-2005), impide a dirigentes gremiales y de partidos políticos de izquierda acceder al Parlamento y otros cargos públicos.

La norma constitucional no rige, sin embargo, para los empresarios privados, y directores de empresas o dirigentes de organizaciones patronales pueden aspirar al Parlamento, municipios y a la presidencia, además de ser nombrados en cargos públicos.

En declaraciones a Crónica Digital poco antes de partir, el encargado del departamento juvenil de la CUT, Sergio Sepúlveda, dijo que la movilización «tiene como objetivo reclamar por la falta de una verdadera democracia en Chile».

«No es posible que todavía exista un sistema electoral y una Constitución que nos dejó Pinochet y que atenta contra el más sagrado de los principios, que todo ciudadano pueda ser electo más allá de su condición social, educacional o de representación social», apuntó.

La movilización y el entusiasmo recuerdan una caminata similar encabezada por Glayds Marín -entonces dirigente juvenil del Partido Comunista- en la década de 1960 para manifestar solidaridad con el pueblo vietnamita, que luchaba contra de la intervención norteamericana.

Los organizadores esperan que el viernes se congreguen más de cinco mil jóvenes frente al Congreso Nacional para expresar su rechazo a la política neoliberal y excluyente de los gobiernos de la Concertación y, en particular, del presidente Lagos.

Coincidentemente con el inicio de la marcha, la CUT anunció la presentación de una acusación contra el Estado chileno ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por restringirle el derecho a ser elegido a importantes sectores políticos y gremiales de la sociedad.

Arturo Martínez, presidente de la CUT, explicó que la demanda interpuesta busca la derogación de la norma constitucional que bloquean el acceso de los representantes de los trabajadores al Congreso y otros cargos de elección popular.

La abogada Ana Bel, de la Corporación de Defensa de los Derechos del Pueblo y patrocinadora de la iniciativa, dijo que los trabajadores chilenos han visto violados sus derechos políticos, garantizados en acuerdos internacionales suscritos por el Estado.

A preguntas de Crónica Digital, el líder de la mayor central obrera del país denunció que durante la dictadura militar, cuando se impuso la Carta Magna que rige hoy la democracia chilena, los sindicatos fueron virtualmente desaparecidos por el general Augusto Pinochet.

Luego, sobre todo en los años 90, los gobiernos de la Concertación que le siguieron trataron también de mantenerlos maniatados «por temor a que los militares se sintieran provocados».