Recomiendo:
0

Entrevista al Premio Nobel de Literatura José Saramago desde El Salvador

«No se trata de cambiar un gobierno por otro, sino de refundar el concepto de democracia»

Fuentes: Al Filo

«Yo creo que estamos viviendo todos, en el mundo globalizado, una especie de Apocalipsis regno, donde no parece haber solución en lo inmediato y es esto lo que representa la mayor afrenta a la humanidad», sentenció el premio Nobel de Literatura, José Saramago, en entrevista concedida en el marco de su corta estadía en El […]

«Yo creo que estamos viviendo todos, en el mundo globalizado, una especie de Apocalipsis regno, donde no parece haber solución en lo inmediato y es esto lo que representa la mayor afrenta a la humanidad», sentenció el premio Nobel de Literatura, José Saramago, en entrevista concedida en el marco de su corta estadía en El Salvador.

«No se trata de cambiar a un gobierno por otro en un determinado país, de lo que se trata es de poner en el centro de la discusión el tema de la democracia», por lo que es indispensable, «refundar el concepto a partir de las necesidades reales que vive la gente», puntualizó.

El autor de La caverna (2000), obra literaria de finas palabras y grandes metáforas en torno a la globalización económica y sus efectos destructivos, señaló que para evitar irse al despeñadero, la humanidad encara el reto de revitalizar los anhelos de libertad y dignidad.

José Saramago, galardonado en 1998 como el premio Nobel de Literatura, hizo su primera visita, acompañado por su esposa la periodista Pilar del Río, a El Salvador. Sus palabras, al pisar la tierra de los volcanes, fueron: «No se trata de saber qué expectativas tengo yo, sino qué expectativas tiene este país», sobre todo después de conocer la historia salvadoreña, «ir a las raíces de un árbol», habría dicho al referirse a la violencia, la historia trágica de la guerra, el asesinato de Monseñor Romero y los genocidios de los años 80.

Durante un lapso breve de tiempo visitó El Museo de Arte, donde se encuentra el monumento a la Revolución y la Universidad de El Salvador (UES), donde fue condecorado Doctor Honoris Causa. En sus intervenciones reiteró como quien busca oídos receptores y respuestas urgentes, la necesidad de «repensar, reflexionar, sobre la idea de la democracia y hacerla útil y efectiva para dar un poco de luz en las tinieblas». Sostuvo que si la democracia y la educación se situaran en un mismo plano otras serían nuestras sociedades, otro nuestro mundo y quizás todavía no sea demasiado tarde para ello.»

El Apocalipsis regno

— ¿Qué reflexión haría usted sobre la situación actual del mundo?

— Creo que estamos en el Apocalipsis en un sentido. Yo creo que estamos viviendo todos, en el mundo globalizado una especie de Apocalipsis regno, donde no parece haber solución en lo inmediato, y es esto lo que representa la mayor afrenta a la humanidad. No se trata de poner un gobierno y dejar otro u otros, de lo que se trata es de poner en el centro de la discusión el tema de la democracia, de la democracia auténtica, de refundar el concepto a partir de las necesidades reales que vive la gente, sobre todo en la búsqueda de evitar un colapso que entierre los anhelos de libertad y dignidad, haga más vulnerable al ser humano y lo lleve al despeñadero.

— Creo que este es uno de los planteamientos fundamentales y lo podemos ver aquí en los países centroamericanos donde la desesperanza está a la orden del día… Hay asesinatos, pobreza extrema, migración en altas cantidades de gente porque no hay futuro a la vista…

— Supuestamente vivimos democracia, pero no lo es en realidad. Quizás un día estemos en democracia y esta sea efectiva con libertad y justicia, es por ello que se nos presenta el reto de ir cambiando las relaciones de poder no sólo en Centroamérica, sino en todo el mundo, en África y Asia, donde la pobreza es más insoportable y agresiva. Este mundo está lleno de injusticias y no se resuelven pronto. La riqueza producida actualmente nos da la posibilidad para que toda la gente pueda tener una vida digna, pero las desigualdades se han introducido hasta en las propias prácticas humanas, sin ninguna esperanza en el horizonte, prácticamente estamos en las tinieblas. Pero los problemas no se resuelven de la noche a la mañana, si se empieza desde ahora a luchar por una vida digna podremos enfrentar la pobreza, las enfermedades y la desesperanza.

Si no llegamos a una democracia plena, donde se respeten los derechos, y sí a una democracia secuestrada, el poder se va a concentrar más en el plano político, subordinado al económico y financiero, será autoritario, entonces si no se cambia esta relación de poder la situación se agravará.

Nos preguntamos cuál es la alternativa y decimos: La exigencia de todo el mundo, tendrá que ser de todos los días, de una reinvención de la democracia, reinventarla, discutir la alternativa, todos, todos. Es una tarea que debe enfrentarse urgentemente para alcanzar la libertad plena con justicia en este mundo pequeño dentro de un universo infinito; si estamos en este planeta y somos la especie racional, entonces hagamos nuestra tarea de razonar por el sustento, la vida y por los derechos humanos. Es una tarea que no acaba nunca pero si no la empezamos eso nos acabará.

— Unas de las producciones del razonamiento son la literatura y el arte ¿Qué importancia tienen para poder comprender la realidad y en su momento generar conciencia sobre la situación actual del mundo?

— Yo como escritor digo que los creadores, los escritores, los artistas, en el fondo no han hecho otra cosa sino intentar interpretar el mundo. Si nos damos cuenta de lo que se ha hecho en el pasado en términos de la literatura y el arte, podríamos ver que de algún modo ha influido pero también es resultado de múltiples cosas del entorno social. Creo que sí se ha generado conciencia con ello, lo que pasa es que en las sociedades actuales se presenta la cuestión de quién tiene el poder, quién ejerce el poder y con qué fin y eso es lo central del tema. Los artistas y literatos se han dedicado a la conciencia humana, a cosas importantes de la esencia humana que de hecho cuestionan la realidad social y por tanto a las relaciones sociales y al poder.

Podemos observar que el poder va por un lado y la creación artística va por otro, y el poder no se deje influenciar por las cosas artísticas y las desprecia. El reto es cómo influye lo artístico sobre las relaciones de poder y no al revés como actualmente pasa que el poder influye en lo artístico.

Imaginar lo posible

En esta breve entrevista, José Saramago mostró su preocupación por la vida humana y aunque se le ha considerado con cierta carga pesimista entorno a los temas que tienen que ver con el futuro de la sociedad mundial, nunca deja de plantear posibilidades no en una utopía sin bases o abstracta, sino el lo que el considera el mañana posible, y para ello hay que imaginar realidades.

En un texto titulado La Falsa Locura de Alonso Quijano, el poeta y escritor dice: «Démosle la vuelta a la medalla y veamos qué hay detrás.

Dice Cervantes, el famoso y nunca demasiado leído autor de Don Quijote, nada más empezar su cuento, que un cierto hidalgo de la Mancha, de nombre Alonso Quijano, hombre de escasos haberes pese la relativa nobleza de sus condición social, había perdido el juicio por el efecto del mucho leer y mucho imaginar. Es cierto que las palabras que Cervantes escribió no fueron exactamente esas, pero unas y otras, como se verá a continuación, acaban en el mismo punto. De hecho, entre el poco dormir y el mucho leer, razón por la que a Quijano se le secó el cerebro, según el autor, y el mucho leer y mucho imaginar, la diferencia no es grande. Quien lee, imagina, y si por mucho leer duerme poco, parece evidente que tendrá tiempo de imaginar más…Alonso Quijano fue más lejos que Rimbaud en esa comprensión, a él no le bastaba con ir en busca de otros lugares donde quizá le estuviera esperando la vida auténtica…»