El 1° de noviembre nos hemos reunido para celebrar el N° 35 aniversario de nuestra población «Nueva Habana». Un día como este, tres tomas de terrenos ubicadas en las zonas periféricas de Santiago -Ranquil, Magali Honorato y Ermo Catalán- llegaron acá relocalizados por el Estado. La promesa de ese entonces era otorgarles un lugar donde […]
El 1° de noviembre nos hemos reunido para celebrar el N° 35 aniversario de nuestra población «Nueva Habana». Un día como este, tres tomas de terrenos ubicadas en las zonas periféricas de Santiago -Ranquil, Magali Honorato y Ermo Catalán- llegaron acá relocalizados por el Estado. La promesa de ese entonces era otorgarles un lugar donde construir sus futuras viviendas.
La lucha emprendida por todos sus pobladores es una experiencia de creación de «poder popular».
Su forma de organización era a través de los comités de manzanas -26 comités-. Existía el directorio que representaba el parlamento popular, donde la participación era prácticamente completa, también estaba la jefatura compuesta por 5 miembros. Estas orgánicas regulaban el buen funcionamiento de los Frentes que se formaron al interior de la pobla’, donde todos cumplían una función esencial; por ejemplo estaba el «Frente de salud», compuesto por un policlínico, y una sala de recuperación en su interior. El «Frente Cultural», donde estaban los Subfrentes como el deportivo, el de teatro, el de educación, etc.
La educación era considerada muy importante y para esto se dispusieron en un principio las sedes de las manzanas como salas de clases, posteriormente un grupo de profesores recién egresados se acercaron a la pobla’ para ofrecer sus servicios, de esta manera se crearon las salas de clases al interior de buses reciclados.
Surgían entonces diversos Frentes, las acciones culturales se volvían numerosas, periódicos, teatro, prensa, áreas verdes, murales. Los comedores populares fueron símbolo de la unión de los pobladores.
Transcurría el tiempo, y pequeñas generaciones observaban a sus padres, hermanos, vecinos, construyendo una población organizada, autónoma. Pero las muertes, desapariciones y vejaciones, no tardarían en llegar, el 11 de Septiembre de 1973, la dictadura golpearía fuertemente a nuestra población, la organización ahora debía realizarse a puertas cerradas, mientras los asesinos se tomaron la población como botín de guerra. Muchos figuran en nuestra memoria, con el fiel recuerdo de quienes nunca cambiaron sus ideales y lucharon contra un sistema opresor que pretendía acabar con el poder popular.
Hoy surge y se vuelve imprescindible recobrar esta experiencia de poder popular vivida por nuestros padres, abuelos y vecinos, el de organizarnos y luchar por una vida digna, por nuestros derechos que cada vez se transforman más en mercancías, el educarnos por nuestra cuenta, esto, para no volvernos cuerpos dóciles y fáciles de dominar.
La organización, la lucha y la resistencia son nuestras armas para cargar la balanza hacia nuestro favor, e impedir que nos saquen de nuestro origen, de nuestros suelos y nos envíen lejos, por culpa del maldito progreso. Decimos esto, ya que hemos sabido que un grupo de la población será erradicada hacia Puente Alto, esto simplemente, por un supuesto futuro proyecto de autopista de alta velocidad que cruzará este sector donde hemos establecido lazos y construido toda nuestra vida.
El día del golpe de estado
«Los aviones de la Fuerza Aérea hacen un par de vueltas rasantes el día 11 y estos se repiten el día siguiente y durante estas primeras horas era constante el vuelo de helicópteros que con potentes focos alumbraban el lugar. Con toda esta presión amenazadora que se cernía por sobre las cabezas de los pobladores, era mas que recomendable que el jefe de Campamento y los militantes de partidos populares que tuvieran mas connotación, deberían salir del lugar para un mayor resguardo de sus vidas. Es asi como el Micke llama a una asamblea general al día miércoles 12 y le manifiesta a los pobladores que ya nada se puede hacer y que por seguridad propia y del resto de la población ha tomado la decisión de retirarse del campamento.»
«Salen del Campamento parte de los principales dirigentes; los que se quedan fueron detenidos días después y son llevados a diversos lugares de detención, entre ellos el regimiento de Puente Alto y el Estadio Nacional. Todo esto sucede en las dos primeras semanas del golpe y cuando se ha logrado el descabezamiento orgánico se hace presente un oficial de ejercito y nombra por decreto una nueva directiva, manteniendo la estructura orgánica tal como era antes, pero con cambio de nombre para la población».
«El oficial de ejercito dio 24 horas de plazo para cambiar de nombre al campamento y fueron los nuevos dirigentes los encargados de hacer una terna desde la cual surgió el nuevo nombre de la unidad poblacional cumpliendo así con las ordenes dadas por el oficial, denominando al Campamento Nueva La Habana como, Campamento Nuevo Amanecer.
Hechos represivos posteriores al 11 de Septiembre de 1973 hasta 1980
«Al tercer día después del golpe los militares ingresaron al Campamento e iniciaron su trabajo en forma sistemática; primero allanaron las instalaciones de la construcción de las viviendas, detuvieron a algunos trabajadores; seguidamente detienen a los dirigentes mas conocidos que todavía permanecían al interior del Campamento y sumado a ello, cuando caía la noche, las patrullas militares recorrían las calles y pasajes disparando sus armas al aire para mantener atemorizados a los pobladores. Esta practica de terror se repetía diariamente desde el momento en el que se inicio el toque de queda y hasta el amanecer, y se extendió durante el transcurso del año 1973 y parte del año siguiente.
«Hasta tal punto llegaba la denigración que cuando alguien tenia la necesidad de ir al baño, debía anunciar su salida de la vivienda en voz alta y caminar por los pasajes hasta llegar a las letrinas con las manos en la nuca. Hay que dejar en claro, que el hecho de ser Campamento en transito los baños eran colectivos y estaban construidos alejados de las zonas de vivienda».
A fines del mes de Octubre del año 73, los militares realizaron un allanamiento masivo durante el día y al azar allanaron vivienda por medio como una forma de reafirmar y profundizar el terror el terror entre los pobladores. Se desconoce la detención de personas en esa oportunidad».
«Meses después, en Febrero de 1975 se inauguran las instalaciones del Consultorio de Salud Pública, Los Castaños, que era la continuación del Consultorio creado por los propios pobladores. Acuden las autoridades burguesas de salud, custodiados fuertemente por militares, los mismos que en colaboración con civiles se llevan detenidos a un lugar desconocido a una parte de los funcionarios después de finalizada la ceremonia, por no haber cantado el Himno Nacional, y una funcionaria que se negó a izar la puta bandera.»