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El Comité de Unidad Revolucionaria (CUR) ante la segunda vuelta

Bachelet y Piñera: ¡Más de lo mismo!

Fuentes: Rebelión

Estas elecciones, una vez más, demuestran su finalidad. Mantener un sistema político estable, a través de dos fuerzas aparentemente opuestas. La burguesía instala el concepto de derecha asociada a una Alianza por Chile, y de una Izquierda asociada a la Concertación. Sin embargo ambas, la Alianza por Chile y la Concertación gobiernan para los capitalistas. […]


Estas elecciones, una vez más, demuestran su finalidad. Mantener un sistema político estable, a través de dos fuerzas aparentemente opuestas. La burguesía instala el concepto de derecha asociada a una Alianza por Chile, y de una Izquierda asociada a la Concertación. Sin embargo ambas, la Alianza por Chile y la Concertación gobiernan para los capitalistas. Ambas en los hechos son la «Derecha». Esta aparente contradicción busca crear la sensación de que existe oposición y posibilidades de mejorar la sociedad, absorbiendo en una u otra opción el descontento e impidiendo que surja una fuerza antagónica que rompa y ponga en cuestionamiento las bases del sistema capitalista.

Los resultados obtenidos reflejan el avance de la denominada «derecha». Esto responde al proceso de asimilación natural entre los conglomerados. Ambos son representantes y administradores del modelo de las grandes transnacionales y el imperialismo. Expresan también el natural desgaste; en la Concertación, que producto de administrar el modelo económico durante 17 años, no ha avanzado en la solución de los problemas del pueblo. Podemos deducir entonces que tarde o temprano la llamada «derecha» tendrá que asumir el gobierno (evidentemente con la legitimación que le ha dado la misma concertación). Si no en esta elección, será la otra, pero va ser gobierno, como parte del juego democrático de la «alternancia en el poder» (al más puro estilo yanqui). Así que esto no debe quitarle el sueño a nadie ya que el gobierno de uno o de otro, no implicarán mejoras en la calidad de vida de los chilenos. Los empresarios lo tienen muy claro; «les da lo mismo quien sea el próximo presidente, pues las reglas del juego, no serán afectadas». ¿Que es lo que está en juego realmente? Principalmente quién da las mayores garantías de gobernabilidad a los «inversionistas».

Lo preocupante de todo esto, no es el juego político de ellos, si no más bien la falta de claridad nuestra respecto de esta forma de administrar el modelo que tiene el gran capital monopólico financiero y el imperialismo en nuestro país, asociado a los empresarios nacionales.

EL PODEMOS Y LA OPCION BACHELET

En las elecciones del 11 de Diciembre, el Juntos Podemos Más, apostó a romper el binominalismo. En palabras de Lautaro Carmona, presidente del PC, se pretendía elegir por lo menos 6 diputados, y obtener en las presidenciales un porcentaje por sobre los dos dígitos. Este vaticinio se basó en las últimas elecciones municipales, en donde se obtuvo un porcentaje de dos dígitos y porque en esta oportunidad el Juntos Podemos Más integraba una veintena de organizaciones entre políticas y sociales. Este hecho generó una tremenda expectativa.

Sin embargo, en estas elecciones la realidad fue otra; se pudo constatar claramente la debilidad de la izquierda. Las consecuencias de esta derrota se nos van a hacer presente prontamente, quizás no en quiebres formales, pero con posiciones encontradas; unos votando nulo, y otros votando por la Bachelet, además de recriminaciones mutuas entre las distintas organizaciones.

Plantear como argumento que para la segunda vuelta, hay que apoyar a Michelle Bachelet, a fin de evitar que la derecha llegue al gobierno», es burdo. Se pretende intimidar a los trabajadores con un «cuco» trasnochado y fuera de contexto. Gobiernan los grandes empresarios y las transnacionales y no han dejado de hacerlo desde que Pinochet les recuperó su sitial, los políticos que asuman son meros administradores del modelo, «fusibles intercambiables», como el propio Pinochet, Lavín, la propia Concertación, con Bachelet y todos sus dirigentes y, en el futuro, Piñera o cualquiera que lo siga.

¿Qué gana el pueblo con la Concertación? Podemos afirmar categóricamente ¡nada! Al contrario va a seguir aplicando las políticas que necesita el sistema capitalista para el beneficio de la gran burguesía; en perjuicio de los trabajadores y el pueblo. Esto también lo puede realizar tanto Piñera como la Bachelet. La única diferencia está en que Piñera va tener mayores problemas en ejecutar sus políticas, debido a la oposición político-social que genera su figura, lo más probable que exista una mayor resistencia de las organizaciones político sociales, por ejemplo CUT.

Ahora bien, la pregunta que aparece el es por qué la izquierda no aumenta su porcentaje. Pueden existir varios motivos que se ligan entre sí. Uno, que los propagandistas de la Concertación mantienen el fantasma del pinochetismo, el miedo, el terror, en este caso asociado a Piñera, Segundo, la pérdida de las ideas socialistas, lo que va degenerando en una práctica de dejar hacer, para mantener los privilegios que los espacios de la institucionalidad permite, en tercer lugar, mantener en la ignorancia y desorganizados a los trabajadores y al pueblo.

Las lecciones que debemos sacar es que para sustentar elecciones y romper con el sistema político necesitamos recomponer un movimiento obrero y popular clasista; poner en tensión permanentemente a la clase trabajadora en base a sus demandas populares. Generar y construir a través de las movilizaciones organizaciones políticos sociales en las cuales confluyan la mayoría de las organizaciones políticas que estén por el socialismo (incluidos los sectores progresistas) y se de inicio a la convergencia de las organizaciones revolucionarias en la perspectiva de constituir una dirección revolucionaria con un proyecto alternativo real y consistente.

Con todo no debemos estar ajenos a esta coyuntura: para la segunda vuelta debemos denunciar con fuerza y en todos los lugares e instancias sociales y políticas, el carácter de estas elecciones, las verdaderas intenciones de la Concertación y su compromiso con los sectores empresariales. A no caer en el engaño de votar por el «mal menor» por miedo a una vuelta al Pinochetismo. Debemos participar activamente llamando al pueblo a readecuar las fuerzas en torno a un trabajo de largo plazo efectivo, que posibilite la recomposición del movimiento obrero y popular. Un trabajo planificado que incorpore a todos los sectores oprimidos de este país.

¡UNIDAD, ORGANIZACIÓN Y LUCHA PARA VENCER!
¡BACHELET / PIÑERA, MAS DE LO MISMO!