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El gobierno español pretende que la OTAN instale en Zaragoza el centro de mando del sistema de vigilancia y espionaje global de los Estados Unidos

Fuentes: inSurGente

Zapatero está disputando con Italia la instalación del centro de mando y control de la Vigilancia Terrestre de la OTAN. El sistema de vigilancia (AGS), con uso de aviones tripulados y no tripulados, además de satélites y otros medios, permitirá el espionaje territorial de cualquier país que la Alianza Atlántica, es decir, los Estados Unidos, […]

Zapatero está disputando con Italia la instalación del centro de mando y control de la Vigilancia Terrestre de la OTAN. El sistema de vigilancia (AGS), con uso de aviones tripulados y no tripulados, además de satélites y otros medios, permitirá el espionaje territorial de cualquier país que la Alianza Atlántica, es decir, los Estados Unidos, consideren enemigo real o potencial. Todo ello en el doble contexto de la «Guerra Mundial Antiterrorista», declarada contra cualquiera y potencialmente contra todos, por los EEUU; y de la guerra preventiva instrumento de terrorismo internacional también proclamado por Washington. La incorporación, sinuosa y disimulada, de Zapatero a la política de guerra total y sin límites legales del imperio neofascista que están tratando de imponer los EEUU, debería provocar la cólera ciudadana. Pero aquí funciona todavía el mito «Zapatero Pacifista» y además, el sufrimiento, frecuentemente terrible, de los pueblos del Tercer Mundo, le importa un bledo a la mayoría de los ciudadanos educados por el consenso a asumir cualquier barbaridad acordada por la élite política.

La guerra mundial antiterrorista -definida como permanente y universal por Bush y sus secuaces- es un cajón de sastre que «legitima» cualquier crimen. A estas alturas nadie puede considerar esta afirmación como parcial o extremada. La guerra de Iraq, y los salvajes métodos represivos codificados y ejercitados en Abu Ghraib y en Guantánamo, dan buena cuenta de la realidad de poder, arbitrario y brutal en su ejercicio, instrumento de una estrategia de dominación capitalista, que se ejerce bajo esa cínica coartada.

La guerra preventiva -también proclamada por el presidente de los Estados unidos- viola, ya en su propio concepto, todo el derecho internacional y humanitario; y los derechos humanos de miles de millones de personas, todas las sometidas a este chantaje internacional y que son potenciales víctimas de la guerra. Sencillamente proclama la potestad absoluta, ilimitada y no sujeta a ley ni norma alguna, de hacer la guerra. Este poder es ejercido por el país infinitamente más poderoso, por motivos aducidos por el mismo, sin necesidad de prueba alguna, mediante ataques anunciados o por sorpresa. La magnitud de la guerra, las armas utilizadas, y su extensión a enormes masas de población civil indefensa -cuyo sufrimiento es un factor para provocar la rendición del enemigo-, son también elementos arbitrarios determinados por los Estados Unidos. Washington define la amenaza y la «respuesta conveniente». Es difícil concebir un «orden internacional» más brutal e inhumano que el que está poniendo en marcha Washington.

Ambos elementos de relación internacional basados en la aceptación de que la voluntad imperial no está sometida a ley alguna, y de que los EEUU tienen un derecho absoluto e ilimitado para el uso de la fuerza, han sido asumidos, cínica y tácitamente, por la UE. Europa se ha situado en la posición de cómplice de la barbarie.

Tal complicidad se ha expresado en la doctrina estratégica europea, tal como refleja el semienterrado pero muy vivo «documento Solana», presentado en la Cumbre de Salónica y desviado de toda aprobación formal. La ausencia de comprometedoras aprobaciones formales es otra de las características de esa relación de subordinación presentada como alianza y bautizada como «conexión atlántica».

El instrumento privilegiado para la obediencia al Imperio es sin duda la OTAN, una estructura funcional que desarrolla un poder político-militar continuo, no sometido a controles estatales de las potencias menores, que ya se puso de manifiesto durante la guerra de Yugoslavia.

La estructura de la OTAN garantiza instrumentos y posibilidades de colaboración en esa guerra general antiterrorista y en las posibles guerras preventivas.

Uno de los instrumentos es el propio carácter militar del modelo organizativo que incorpora los elementos jerárquicos y de confidencialidad a una organización político-militar supranacional como es la OTAN.

Otro es la posibilidad de descomponer la barbarie global en tareas indispensables, cuya función principal puede ser camuflada o encubierta, y cuya práctica es ignorada o fácilmente asumible por la opinión pública. Los vuelos de la maquinaria de secuestro, tortura, desaparición y encarcelamiento extrajudicial de la CIA nos han dado un ejemplo claro de las terribles responsabilidades que pueden esconderse bajo una sonrisa amable como la de Zapatero.

La decisión de Zapatero supone la aceptación de la violación de las fronteras y el desprecio de las soberanías de los pueblos, evidentes instrumentos y elementos doctrinales de este sistema de vigilancia cuyo asiento territorial reclama para España.

A esa violación y ese abuso de poder se incorpora feliz y vano el pacifista Zapatero.

Prensa Latina .- El ministro de Defensa español, José Antonio Alonso, va hoy a París en busca del apoyo de su colega Michele Alliot-Marie, a la candidatura de Zaragoza como base operativa del futuro sistema de vigilancia de la OTAN.

España no oculta su marcado interés en ese propósito y trata de arrebatarle a Sigonella (Italia) el centro de mando y control de la Alliance Ground Surveillance (AGS) o Vigilancia Terrestre Aliada, uno de los más ambiciosos de la OTAN.

La AGS tiene un costo estimado de cuatro mil millones de euros, e incluye tanto aviones tripulados como no tripulados.

El viaje de hoy a París de Alonso es el primero de carácter bilateral que realiza desde que llegó a la cartera de Defensa, hace dos meses y medio.

A pesar de ese corto tiempo al frente de ese despacho, Alonso ya se ha reunido en Bruselas en varias oportunidades con sus colegas de la Unión Europea y la OTAN. En la primera de esas reuniones, el 15 de mayo, habló con Alliot-Marie y concertó la cita de hoy.

Según trascendió, la entrevista de París servirá además para concretar la primera reunión del Comité Hispano-Francés de Defensa y Seguridad, prevista en otoño en Madrid, y para preparar la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la OTAN, de Riga (Letonia) en noviembre.

En cuanto a la candidatura de Zaragoza como base principal de vigilancia de la OTAN, fuentes de Defensa confirmaron que se trata de una decisión ligada al programa AGS de máxima prioridad, que debe alcanzar su capacidad operativa inicial en 2010.

Las fuentes explicaron que así como los aviones AWACS (Sistema Aerotransportado de Alerta y Control) facilitan a la OTAN el control del espacio aéreo, la AGS proporciona a los jefes militares información en tiempo real de lo que ocurre en el terreno, incluidos objetivos móviles.

El desarrollo del programa, y por tanto el control de todo ese dineral, corre a cargo del consorcio TIPS (Propuesta de Solución Industrial Transatlántica), que incluye a empresas estadounidenses como Northop Grumman y europeas como EADS.

Las fuentes agregaron que está previsto utilizar los aviones europeos Airbus 321 como plataforma tripulada y los estadounidenses Global Hawk como no tripulada.

Añadieron que el programa requiere tanto una base principal -sede de las unidades aéreas- como un centro de mando que deberá procesar toda la información facilitada por los radares y ser capaz de desplegarse en cualquier teatro de operaciones de la OTAN.

La ubicación de dicha base debe adoptarse en el plazo de un año, pero los candidatos (España, Italia y, en menor medida, Polonia) ya empezaron a presionar debido a la trascendencia política, militar, tecnológica y económica que ésta tendrá.

Además, Alonso y Alliot-Marie repasarán las misiones en el exterior en las que participan tropas de los dos países: Congo -donde una compañía de la Legión estará bajo mando de un general francés a partir de julio-, Bosnia, Kosovo y Afganistán.