Un informe emanado de la Organización de Estados Americanos (OEA) reveló que a lo largo del año 2006, en Colombia se han conformado nuevos grupos paramilitares integrados por militantes desmovilizados, situación que coloca en crisis el proceso de paz y diálogo del gobierno de ese país con los sectores paramilitares. El informe de la OEA […]
Un informe emanado de la Organización de Estados Americanos (OEA) reveló que a lo largo del año 2006, en Colombia se han conformado nuevos grupos paramilitares integrados por militantes desmovilizados, situación que coloca en crisis el proceso de paz y diálogo del gobierno de ese país con los sectores paramilitares.
El informe de la OEA es apoyado por organizaciones de derechos humanos que hacen vida en la nación neogranadina y que han denunciado en reiteradas oportunidades, la conformación de al menos 43 nuevos grupos paramilitares que operan en 22 de los 32 departamentos colombianos.
Se estima que más de cuatro mil hombres integran las filas de estos nuevos grupos paramilitares en Colombia, que de acuerdo a organizaciones de derechos humanos y la OEA, están aumentando y diseminándose por el país.
«Están en actuaciones similares a lo que fueron los grupos desmovilizados, en cuanto al tipo de control, territorios, cultivos ilícitos, extorsión, lucha con la guerrilla y protección de negocios sobre todo», dijo Camilo González, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz.
Para Sergio Caramaña, representante de la OEA, el Gobierno colombiano debe atender las denuncias que han surgido sobre nuevos grupos paramilitares, a fin de lograr resultados reales y positivos que redunden en avances para el proceso de paz.
«Yo creo que esos temas atendidos oportunamente por la verificación y por las instituciones pueden corregirse pueden controlarse si se dejan desarrollar pueden significar un problema serio para el proceso», señaló Caramaña.
A juicio de Severo López, paramilitar desmovilizado, las debilidades del proceso de paz que adelanta la administración de Álvaro Uribe, son aprovechadas por actores armados para conformar nuevos grupos.
«El movimiento nacional de autodefensas no tiene nada que ver con la construcción de nuevas bandas criminales, lo que si tiene que tener conciencia el país, es si el Estado, las instituciones, las partes educativas y si la sociedad no saben integrar estos muchachos, estos muchachos van a ser mano contratada fácilmente por los actores criminales», añadió López.
Entretanto, la administración de Álvaro Uribe considera que el surgimiento de nuevos grupos son casos aislados que no afectan los resultados del proceso de paz que ha logrado la desmovilización de 36 grupos.
El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, calificó como un error hablar de nuevos grupos paramilitares. «Un error gravísimo y en eso quiero llamar a atención, hablar de una tercera generación paramilitar. Algunos utilizan este término para descalificar la política del gobierno».
Gobierno, sociedad civil, analistas y desmovilizados, coincidieron en que un manejo responsable y eficaz del proceso de desmovilización y desmantelamiento paramilitar, es la clave para avanzar en el proceso de paz en Colombia.