Vamos a esperar que le baje la fiebre de «Seguridad Democrática». Aunque lo ideal es la pronta liberación de los prisioneros como acuerdo de las partes. Cuando la guerrilla ya estaba lista para el canje y hacía presencia en Florida y Pradera, a Uribe le entró el desespero por reversarse. Eso fue evidente en el […]
Vamos a esperar que le baje la fiebre de «Seguridad Democrática». Aunque lo ideal es la pronta liberación de los prisioneros como acuerdo de las partes.
Cuando la guerrilla ya estaba lista para el canje y hacía presencia en Florida y Pradera, a Uribe le entró el desespero por reversarse. Eso fue evidente en el Consejo Comunal del Putumayo donde resucitó el Presidente bocón, el que cree que puede derrotar a la insurgencia con adjetivos e improperios, cuando no pudo hacerlo con el Plan Patriota.
Algunos hablan de pataletas que desdibujan la majestad del jefe de Estado. Eso es fiebre de 40 grados.
Es ridículo ordenar el rescate a sangre y fuego de los prisioneros de guerra, cuando la orden nunca fue suspendida. Ahora nos piden a través de las cadenas radiales que les enviemos la lista de los guerrilleros canjeables… Semejante desvarío sólo se explica en la actual calentura que consume al Presidente.
Buscándole trabas al canje en algún momento pretendió exigir un cese unilateral de hostilidades como condición para abordar el tema… Dudamos que esté dispuesto a parar el fuego de la política neoliberal que está matando de hambre y de miseria a millones de colombianos.
Imbuido como está en la doctrina foránea de la «Seguridad Democrática», ya no quiere admitir opiniones sobre la situación del país, distintas a las de los turiferarios de esa política y a las vertidas en los editoriales del periódico de los Santos.
No deja de causar perplejidad que el verdadero fantoche -porque es en realidad un pelele de Washington- le endilgue esa condición a un hombre que en las selvas del Putumayo no ha escatimado riesgos ni esfuerzos en busca del canje, exponiéndose incluso a los arteros ataques del ejército oficial.
Es obvio que miente con perfidia al asegurar que un recio jefe insurgente enfrentado a varias Divisiones y Batallones, y que por tal razón se abstiene de manejar tecnologías informáticas, haya recibido a través de la Internet el parte del carro bomba que estalló en la más importante guarnición militar de Colombia, el Cantón Norte de Bogotá.
Todo era mentira y engaño a la opinión en la improvisada tarima donde se anunció el Bombazo Presidencial contra la esperanza de canje que albergaban los familiares de prisioneros y el país.
Uribe es un Presidente desesperado en su frustración. El reto y la vociferación contra los comandantes insurgentes es producto del fracaso del Plan Patriota y de su incapacidad de eliminar al Secretariado de las FARC. Por eso sus permanentes lloriqueos y demandas altisonantes a los gobiernos de Ecuador y Venezuela pretendiendo involucrarlos en el conflicto interno de Colombia. El «Patriota» es asunto suyo y de los gringos, no de los vecinos.
Ya debiera haber entendido que no habrá derrota militar de la guerrilla en esta arisca geografía de selvas y de moles andinas, ni en ningún otro escenario, y mucho menos cuando la mecha chispeante avanza hacia la gran bomba social. Para qué seguir abusando del país con más impuestos y represión cuando la realidad le pide a gritos la búsqueda de la solución política del conflicto, que en las condiciones de hoy tiene como paso inicial, el canje de prisioneros.
A los familiares de los cautivos, nuestra solidaridad con su justa, tesonera y admirable lucha. El canje de prisioneros es una determinación de las FARC. Nuestra voluntad política para pactar el acuerdo humanitario permanece intacta.
Iván Márquez es integrante del Secretariado de las FARC-EP