Año 1981: Dictadura, amigos que ya no están, espacios cerrados, censura económica, política y social hacia el arte, exilio, retorno, tortura, confusión, pero un grupo de jóvenes nos dimos a la tarea de ayudar a reconstruir cultura popular. Es ese ambiente que Juan Vera Aldunce, dramaturgo, actor, director de teatro, y loco, recién llegado de […]
Año 1981: Dictadura, amigos que ya no están, espacios cerrados, censura económica, política y social hacia el arte, exilio, retorno, tortura, confusión, pero un grupo de jóvenes nos dimos a la tarea de ayudar a reconstruir cultura popular.
Es ese ambiente que Juan Vera Aldunce, dramaturgo, actor, director de teatro, y loco, recién llegado de su exilio en Inglaterra, reúne a 25 locos como el para formar un movimiento cultural, cuyo objetivo sería abrir nuevos espacios para el arte y para el reencantamiento, de los seres humanos de este país, por reunirse y hablar de sus problemas. Entre los 25 locos se encontraban teatristas, cineastas, dramaturgos, videistas, músicos, cantores, etc. Pero con el correr del tiempo, el fascismo hace su trabajo, y el choclo se va desgranando quedando sólo el área de Teatro, y es así como nace hace 25 años, La compañía de Teatro El Riel. Compañía que nació teniendo como objetivo abrir espacios y tratar, en sus obras, el tema del hombre y su trabajo. Los actores nos repartíamos y asistíamos a las reuniones sindicales, clandestinas, por supuesto, y tomábamos nota de los problemas existentes, luego visitábamos las casas de esos trabajadores y observábamos como influían los problemas de los trabajadores en sus hogares. Una vez reunido el material, nuestro dramaturgo, Juan Vera, sintetizaba todo lo reunido en una obra y se elegía el sindicato a trabajar. En esa sede ensayábamos y los trabajadores eran nuestros consultores técnicos.
De esta forma logramos que fuéramos también considerados trabajadores. Así fueron entendiendo lo que verdaderamente es el teatro, gran avance… Se estrenaba en esa sede y se invitaba a los trabajadores y sus familias y a los vecinos del sindicato, de esa forma, cuando hubiera algún conflicto todo el entorno estaría solidarizando con ellos. Luego se hacían giras por los distintos sindicatos recorriendo en ese entonces con todas las dificultades conocidas ya por todos, desde Chiloé a Antofagasta. Luego, ampliamos nuestro trabajo con diferentes obras, a las Juntas de Vecinos, Poblaciones, existiendo una experiencia que nos ha marcado a todos. Cuando veíamos una olla común, donde quiera que fuera, nos acercábamos y ofrecíamos una obra, y les explicábamos a los huelguistas que era mejor vender una entrada para ver arte a pedir dinero en un tarro. Es así como fuimos conocidos en la mayoría de las poblaciones, tomas, universidades, etc. Como el teatro de todos para todos. ¿Cómo sobrevivimos? No lo sabemos, pero lo hicimos. Juan Vera, nuestro director nos acostumbró siempre a ser actores todo terreno, a dar las obras en cualquier lugar y bajo cualquier condición, es así como en muchas ocasiones dábamos las obras con un color verde a nuestras espaldas, como escenografía, color verde que después de ver la obra nos perseguía y nos obligaba a salir por los lugares mas extraños para una compañía teatral que se precie de tal. Entre aventura, acción y barricadas el Teatro El Riel participa activamente del paro del 2 y 3 de julio de 1986, recorriendo con teatro infantil todas las poblaciones de la comuna de San Joaquín, fue la primera vez que nos dimos cuenta, mientras actuábamos, que las balas tiradas al aire caían… En 1989 fuimos invitados a presentarnos en Escandinavia, record: 34 funciones en un mes, hermosa experiencia en medio de los hielos y los exiliados latinoamericanos. Triste regreso, a nadie le importó nuestra experiencia, y ningún sindicato o junta de vecino nos abría las puertas, entonces pensamos en comprar un ataúd y recorrer todos los sindicatos y poblaciones en donde habíamos hecho nuestro aporte y haríamos el entierro de «El Riel». Luego después de saber el costo de un ataúd, sacamos cuentas y nos salía mas barato montar otra obra y esta vez cambiar de giro, es decir tratar de llegar a otro público, eso si sin dejar nuestra línea social y poética. Esta vez los «elegidos» fueron los estudiantes. Y sin darnos cuenta nos vimos auspiciados durante 4 años por el Instituto Goethe, fuimos elegidos por el director alemán Sr. Wolfgang Licheinstein para montar una obra de Brecht, recorrimos con Brecht las cárceles de Santiago, formamos «El Riel Joven», el que viajó a cuba al Festival Mundial de la juventud y celebramos nuestros 15 años de vida en la Federación de Estudiantes de Chile. Nos ganamos un fondart y otro mas…El Riel ampliaba su espectro de público y buscaba nuevas formas de llegada a él. Comenzamos a pensar en buscar nuevos temas a presentar y montamos junto a la Organización Vivo Positivo, la obra «La Ternura…hablemos del Sida». Obra que nos abrió los ojos y nos ayudó a abrírselos a otros, respecto de las personas viviendo con VIH Positivo y a la temática de la homosexualidad. Nuevos públicos, nuevas experiencias y llegada de nuevos actores. Extraño, todo nos cuesta tanto, y siempre hay alguien que quiere ser de El Riel…
Esto de abrir puertas ha sido una constante en nuestra historia, jóvenes con diferentes intereses creativos, siempre han tenido abiertas las puertas de nuestro teatro. Es triste ver la cantidad de jóvenes que terminan sus estudios artísticos, y al no encontrar puertas que se abran terminan siendo garzones de primera. Eso no lo queremos y si bien es cierto nuestro movimiento teatral, no es una fuente muy abundante en cuanto a entradas financieras se refiere, si es un lugar de encuentro creativo, para así decir juntos un rotundo NO a la frustración que nos impone este sistema. Solo se cierran las puertas a aquel que antes de preguntar cuál es el proyecto, pregunta ¿cuánto voy a ganar? O si me llaman de la tele me voy…situación vivida más a menudo de lo imaginable. Y así caminando y caminando, estudiando y observando, Juan Vera inicia un recorrido por la Historia y sus «anécdotas» y con Brecht en el corazón y con Juan dirigiendo sus obras montamos «El Salitre o como el Banco de Inglaterra ganó la Guerra del Pacífico», luego «Diálogos de la Merced o dónde fue que la cagamos» (acerca de los próceres y sus componendas con los españoles luego del Desastre de Rancagua). Todas obras escritas con antecedentes históricos en la mano. Nunca se nos querelló, es decir la verdad fue mas fuerte.
Mas tarde en el año 2002 «Rayados», obra que marcó una etapa crucial, desesperada y de gran profesionalismo del teatro, Nos ganamos un enorme Fondart, por primera vez para trabajar en forma digna, y en medio de todo, una de nuestras actrices cae en coma durante cinco días, milagrosamente se repone y solo pasan dos meses y muere nuestro director y fundador Juan Vera, en un 15 de octubre del 2002 nos deja con una obra dirigida pero sin su presencia. Allí el teatro se pone de pié y decide continuar, con el dolor y la impotencia se estrena la obra que habla acerca de la corrupción que nosotros como teatro hemos visto. Creemos que ha sido el momento mas difícil para todos, pero la enorme solidaridad de tanta y tanta gente que pertenece a este circuito de El Riel y la convicción de que a pesar de los cambios, de todos los giros que habríamos dado no nos habíamos salido de nuestra senda, lo superamos. En este momento hemos estrenado la última obra corregida por Juan «La Guerra de la Sopa» que trata de los tiempos en que este sistema haya cumplido todos su objetivos y ya no quede nada. Creemos que aún cuando lleguen esos tiempo, el Riel seguirá en su barricada y cumpliendo la tarea que nos dejó Juan el de no abandonar la poesía, la disciplina, el amor por el pueblo por ingrato que este sea, y la necesidad inmensa de permanecer, siempre creando, creando y creando. Nuestros 25 años los celebraremos en Argentina. Nos alegra que Cultura en Movimiento Argentina y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quieran celebrarnos. En fin «nadie es profeta en su tierra…
La autora es actriz. Colaboradora de Crónica Digital