El desmovilizado jefe de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, reanuda hoy su versión libre sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante su pertenencia a ese grupo de extrema derecha.Los colombianos esperan ahora no ser burlados por Mancuso, como lo hizo a finales de diciembre pasado, cuando incumplió su promesa de […]
El desmovilizado jefe de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, reanuda hoy su versión libre sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante su pertenencia a ese grupo de extrema derecha.
Los colombianos esperan ahora no ser burlados por Mancuso, como lo hizo a finales de diciembre pasado, cuando incumplió su promesa de contar toda la verdad sobre los nexos de los paramilitares con la oligarquía nacional.
En sus dos primeras presentaciones ante el Fiscal de Medellín, capital del noroeste departamento de Antioquia, Mancuso brindó un espectáculo propio del cine o de una obra teatral.
El jefe paramilitar pidió perdón a sus víctimas y reiteró la responsabilidad de altos jefes militares (ya fallecidos) en el nacimiento de las AUC, surgidas en la década de los 80 del siglo pasado, al amparo de la oligarquía nacional.
La decepción de los colombianos se produjo cuando Mancuso no confesó ni una sola de sus actividades al margen de la ley dentro de las AUC y sobre las cuales existen más de 50 procesos en su contra, entre ellos masacres y desapariciones.
El ex uniformado intentó justificar el surgimiento de esos grupos de extrema derecha, que azotan al país desde hace unos 25 años, por la presunta ausencia del Estado en esas zonas.
De mantener su declaración y no revelar toda la verdad sobre sus crímenes -considerados de lesa humanidad-, Mancuso podría perder los beneficios que le concede la criticada Ley de Justicia y Paz, marco jurídico creado para procesar penalmente a los paramilitares.
Para muchos colombianos, esa legislación no cumple los requisitos de verdad, justicia y reparación que establecen las normas internacionales para estos casos.
Por ahora, muchos colombianos se sienten defraudados por el ex jefe de las AUC, y en particular, los miles de víctimas y familiares de los asesinados por órdenes de Mancuso.
Asimismo, esperan que el paramilitar revele los nombres y apellidos de los políticos, funcionarios, ganaderos y militares que se aliaron con ellos para no sólo controlar las regiones donde operaban, sino también el aparato estatal.
Además de las víctimas de sus crímenes, durante el primer día de audiencia del primer jefe paramilitar juzgado por la Ley de Justicia y Paz se presentaron representantes de Organizaciones No Gubernamentales nacionales e internacionales.
Para reforzar la presunción de que estas audiencias son un show, decenas de desmovilizados y simpatizantes de las AUC se concentraron frente a la sede de la Fiscalía de Medellín para respaldar a su antiguo jefe máximo.
Mientras, continúa el temor entre los miembros de la oligarquía nacional que podrían ser mencionados por Mancuso, en caso de cumplir su promesa de contar toda la verdad.
También, el ex paramilitar debe responder a las más de dos mil denuncias de sus víctimas.