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Por la vinculación de su familia con los escuadrones paramilitares

La canciller dimitió, pero la crisis continúa

Fuentes: ANNCOL

  Afirma Carlos Lozano Guillén a una pregunta de ANNCOL sobre los cambios en la cancillería colombiana. «El reemplazo de María Consuelo Araújo del quien quieren aprovechar su aparente imagen heroica porque se le fugó a las FARC está en la misma línea del cuestionado gobierno uribista. El señor Fernando Araújo aún debe explicarle al […]

 

Afirma Carlos Lozano Guillén a una pregunta de ANNCOL sobre los cambios en la cancillería colombiana. «El reemplazo de María Consuelo Araújo del quien quieren aprovechar su aparente imagen heroica porque se le fugó a las FARC está en la misma línea del cuestionado gobierno uribista. El señor Fernando Araújo aún debe explicarle al país antecedentes tales como el de Chambacú que están muy frescos y que quedaron congelados después de su larga retención en la selva. Uribe un lacayo del imperio», entre otras expresa el director del semanario VOZ.

Al final salió la canciller María Consuelo Araújo a pesar del espaldarazo que había recibido del presidente Uribe Vélez y su terquedad para aceptar que como representante del gobierno colombiano en el exterior, por lo menos su posición era incómoda debido al cuestionamiento a su familia por los vínculos con la narcoparapolítica. Como si fuera algo de su propiedad la señora Araújo se atornilló al cargo y no quería abandonarlo a pesar de la enorme presión nacional», señala Lozano Guillén a la Agencia de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL.

Washington ordenó el cambio

Como es habitual  la Casa Blanca decide lo que su par la  Casa de Nariño debe hacer. Después de una visita del vicepresidente Santos a los corredores del congreso estadounidense, este llega a Bogotá con la ‘sugerencia’ de que Uribe Vélez salga de la incomoda y bonita canciller.

«Pero realmente su posición se tornó difícil, porque aparecieron grietas al interior del Gobierno pues algunos altos funcionarios le aconsejaron el retiro. Sin embargo, el puntillazo definitivo fue la decisión de Washington de exigir el cambio, lo cual es sencillamente una orden para un mandatario lacayo del imperio como Uribe Vélez», constata Guillén.

De ladrón de ‘cuello blanco’ a Ministro de Relaciones Exteriores

Sale Consuelo Araujo miembro de una familia vinculada al narcoparamiltarismo y entra uno, Fernando Araujo, con antecedentes penales aún en proceso. Se espera que el Procurador General de Nación, se pronuncie y ejecute su máxima, «Que a todos los corruptos les caiga el peso de la ley».

«El reemplazo de María Consuelo Araújo del quien quieren aprovechar su aparente imagen heroica porque se le fugó a las FARC está en la misma línea del cuestionado gobierno uribista. El señor Fernando Araújo aún debe explicarle al país antecedentes tales como el de Chambacú que están muy frescos y que quedaron congelados después de su larga retención en la selva», subraya el periodista Lozano.

«Todo el gobierno de Uribe es ilegítimo»

De todas maneras cualquiera sea el nuevo ministro no resuelve la crisis, expresa Lozano a la consulta de ANNCOL,  «El problema en Colombia no es del cambio de un ministro por los nexos de su familia con los paramilitares. Está en cuestión todo el gobierno ilegítimo como que el presidente Uribe Vélez fue elegido con los mismos votos que beneficiaron a los congresistas de la narcoparapolítica».

«La responsabilidad política de la crisis la tiene Uribe y es inviable el régimen corrupto e ilegítimo. La única salida realista es la solución democrática y popular de la crisis, que pasa por un acuerdo nacional amplio pero sin Uribe y sin los uribistas. No pueden haber acuerdos para la verdad con Uribe. Eso equivale a darle una tabla de salvación y una absurda concesión. La corrupción demostrada hasta la saciedad del Gobierno actual no puede continuar dirigiendo los destinos del país.»

«La solución la debe dar el pueblo»

La solución la debe dar el pueblo con su movilización y lucha. Es la soberanía popular la que sacará al tirano de la Casa de Nariño. La alternativa es un nuevo Gobierno que reconstruya la institucionalidad y cree las bases de un nuevo país en las condiciones de la paz con democracia y justicia social, agrega uno de los periodistas más amenazados de Colombia.