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Aterrorizan a artistas en EE.UU.

Extraña cultura

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

«Esta película está dedicada a Hope.» [Esperanza]

 

Es lo que dice el epígrafe de apertura en la cinta de Lynn Hershman Leeson «Strange culture» [Extraña cultura] que abre este viernes 15 de junio el Festival Internacional de Cine de Human Rights Watch en Nueva York. Es un sentimiento encantador en nuestra era de pesimismo tenaz. Cuando uno se da cuenta de que Hope [esperanza] no es sólo la creencia en que las cosas pueden mejorar, sino una mujer de 45 años que murió prematuramente en su sueño de causas naturales, los escalofríos te recorren la espina dorsal.

La película presenta la historia de Steve Kurtz, profesor de arte de la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo y miembro del colectivo artístico Critical Art Ensemble (CAE). Kurtz despertó el 11 de mayo de 2004 y encontró muerta a su esposa y colaboradora Hope Kurtz, que no había tenido problemas anteriores de salud. Cuando llegaron los policías y vieron un laboratorio y platos Petri preparados para ser utilizados en una instalación artística sobre alimentos genéticamente modificados en el Museo de Arte Contemporáneo de Massachusetts, llamaron a toda clase de acrónimos federales, incluyendo al DHS [siglas en inglés del Departamento de Seguridad Interior]. El FBI arrestó a Kurtz por sospechas de bioterrorismo, una acusación absolutamente falsa que debería haber sido eliminada de inmediato.

Como Kurtz no puede discutir en público detalles del caso por consejo de su abogado, «Strange Culture» combina hábilmente la dramatización y secuencias documentales. Los actores Thomas Jay Ryan y Tilda Swinton representan los papeles de Steve y Hope Kurtz. Mientras las flagrantes violaciones de la Primera Enmienda (libertad de palabra) y de la Cuarta Enmienda (el derecho a estar protegido contra una búsqueda y confiscación irrazonables) por parte de los agentes son horripilantes, el tratamiento cruel de un hombre que acaba de perder a su mujer es asqueroso. Si alguien sigue pensando que describir al gobierno de EE.UU. usando la letra F – de fascista – es una exageración en 2007, debiera ver esta película.

Kurtz fue ilegalmente detenido durante un día, su casa fue puesta cabeza abajo, y su trabajo – y el cuerpo de Hope – fueron confiscados para ser investigados. Aunque finalmente se excluyó que haya habido una amenaza para la seguridad pública o terrorismo, el Departamento de Justicia (los oximorones son comunes en el EE.UU. de Orwell del Siglo XXI) sigue procesando a Kurtz y a su colega, y geneticista Robert Ferrell, por fraude por correo y por medios electrónicos, a pesar de que siguieron los procedimientos normales practicados por laboratorios y universidades.

Los últimos tres años han sido una pesadilla de presentación de peticiones y de audiencias previas al juicio y todavía nadie sabe para cuándo se espera que éste tenga lugar. Kurtz y Ferrell corren el riesgo de ser condenados a 20 años en prisión, lo mismo que por las acusaciones de terrorismo. Es una venganza por crimen de pensamiento que utiliza supuestas violaciones que son normalmente asuntos civiles.

Kurtz y el Critical Art Ensemble son culpables de ejercer la libertad de expresión. Entre otras trasgresiones, incluyendo la de estar contra la guerra y contra los OGM [Organismos Modificados Genéticamente], han acusado a las corporaciones y a su encargado, el gobierno de EE.UU., de incitar al pánico. Mediante medios mixtos (instalación, actuación, texto), el CAE plantea que la población en general no es susceptible a la guerra biológica; que la motivación para las tácticas de amedrentamiento es la «abstracción simbólica del miedo» a fin de controlar a los ciudadanos y cosechar beneficios corporativos. Sé que este timo del pánico-para-beneficios es real porque tengo una caja cerrada de Tamiflu en mi closet. Pagué unas buenas monedas para comprarla, pero no ha habido casos de gripe aviar en EE.UU.

El artista y defensor Gregg Bordowitz explica en la película que una potencial condena de Kurtz y Ferrell da al gobierno de Bush una «oportunidad… de extender los poderes del gobierno al sistema universitario, al mundo académico, al mundo artístico… y salirse con la suya.»

El Fondo de Defensa del CAE necesita desesperadamente unos 120.000 dólares para gastos legales. Tanto el director de «Strange Culture,» Hershman Lee, como Kurtz estarán presentes en la proyección del viernes. La cinta también será presentada el 18 y el 19 de junio. Altamente recomendado es el último libro del CAE «Marching Plague: Germ Warfare and Global Public Health» [Plaga en marcha: guerra biológica y salud pública global].

Michael Battle, el fiscal federal original en el caso del CAE, fue ascendido en junio de 2005 a supervisor del Departamento de Justicia para los fiscales federales. Fue el funcionario que informó a siete fiscales federales en el escándalo del Fiscalgate, de que eran despedidos y renunció en medio de la controversia el 5 de marzo de este año. Su sucesor, el hombre que sigue procesando a Kurtz y Ferrell, es William Hochul.

Tengo suficiente edad para recordar a Richard Kuh, el fiscal adjunto del distrito en Nueva York que llegó a los titulares en los años sesenta por la persecución por obscenidad contra el comediante Lenny Bruce. Cuando Kuh se presentó para fiscal del distrito en 1974, los electores recordaron que fue Richard Kuh quien persiguió a Lenny Bruce y contribuyó a su decadencia y en última instancia a su muerte. Kuh sufrió una derrota aplastante y así terminaron sus días en la política.

William Hochul. Recuerden ese nombre. William Hochul. William Hochul.

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Michael Simmons es un periodista galardonado y actualmente filma un documental sobre los Yippies. Para contactos: [email protected].

http://www.counterpunch.org/simmons06152007.html