Recomiendo:
0

La “Canary conection" entre las empresas foráneas y sus representantes políticos en el Archipiélago

Jorge Rodríguez: «Nuestro hombre en Canarias»

Fuentes: Canarias-semanal.com

Jorge Rodríguez – portavoz del PP en el Parlamento de Canarias durante la pasada legislatura y candidato autonómico número tres por Gran Canaria -, renunció el pasado martes a su escaño de diputado regional y anunció que se alejará de la actividad política por «motivos de salud». Según el propio Rodríguez, deberá apartarse de la […]

Jorge Rodríguez – portavoz del PP en el Parlamento de Canarias durante la pasada legislatura y candidato autonómico número tres por Gran Canaria -, renunció el pasado martes a su escaño de diputado regional y anunció que se alejará de la actividad política por «motivos de salud».

Según el propio Rodríguez, deberá apartarse de la «tensión emocional que implica la vida política», «con todo el dolor de mi alma» y por «recomendación médica», lo que incluye no sólo la renuncia a su actividad parlamentariasino también a los cargos que ocupaba hasta el momento en los Comités Regional e Insular del Partido Popular.

Pese a la excusa aducida por el político, la inesperada dimisión ha sido pronto relacionada con su supuesta implicación, como intermediario privilegiado, en las tramas de corrupción destapadas en los municipios grancanarios de Telde y Mogán.

Rodríguez fue denunciado por un «arrepentido», cuya aportación al sumario judicial facilitó las últimas detenciones de supuestos implicados en el Caso Faycan y el Caso Góndola, en estas dos localidades. Este «arrepentido» explicó ante el juez los detalles de la trama con la que se han urdido los negocios inmobiliarios en el seno del Partido Popular grancanario, dejando en una situación más que comprometida al ya ex diputado Jorge Rodríguez.

Al parecer, el que fuera teniente alcalde y concejal de Urbanismo del municipio de Las Palmas durante el mandato de José Manuel Soria, se convirtió en el «contacto» clave del promotor José Manuel Antón Marín. Marín, es dueño del Grupo Europa, una empresa constructora peninsular que planeaba la construcción de miles de viviendas de protección oficial en varios municipios grancanarios, a cambio de que se le proporcionara suelo gratuito y le permitieran multiplicar artificialmente los precios de las viviendas construidas. Según el testimonio del «arrepentido», José Manuel Antón explicaba satisfecho a sus allegados que su truco para ganar dinero abundante consistía en que «el suelo le saldría gratis y, sin embargo, él le imputaba un coste», de lo que se podrían «obtener grandes beneficios que serán repartidos por ambas partes».

Los «repartos» que este promotor tenía que realizar entre los políticos y funcionarios a cambio de las concesiones fraudulentas de las que él se convirtió en beneficiario eran tan numerosos, que en tono de queja llegó a lamentarse de que «lo de Canarias era una pasada, mucho más que en la Península, pues aquí pedían todos, mientras que fuera sólo pide el de arriba».

Para introducirse en los diferentes Ayuntamientos gobernados por el Partido Popular, Antón contaba con su ‘hombre en Canarias», Jorge Rodríguez, portavoz del PP en el parlamento autonómico y mano derecha del presidente del PP en las Islas, José Manuel Soria. Los contactos del promotor con el diputado popular no eran especialmente discretos. Según reconocía el propio empresario se reunían en la misma sede del PP en Las Palmas. El promotor confesó que su «hombre en Canarias» «estaba en nómina», y que le «pagaba por sus negociaciones unos 6.000 euros mensuales, por lo que era necesario agilizar o concretar en el menor tiempo las actuaciones para rentabilizar las sangrías periódicas de los políticos menores». Entre la documentación aportada al juez por el «arrepentido» denunciante se encuentran algunas facturas de pagos al político derechista, efectuados por supuestas labores de consultoría.

Periódicamente, el propietario del Grupo Europa llevaba grandes cantidades de dinero a las reuniones que concertaba con Jorge Rodríguez. Tales sumas estaban destinadas a pagar los sobornos en los distintos municipios donde éste último había logrado «allanarle» el camino a sus negocios.

En la ciudad de Telde, estos fondos servían, por ejemplo, para cubrir los adelantos exigidos por la voraz concejal Toñi Torres, que -como se descubrió durante la investigación policial- era la encargada de repartir el botín entre los distintos miembros del Partido Popular. Cada uno parecía reclamar su parte en el negocio, según se deduce de las protestas de Antón. Éste se lamentaba reiteradamente de la avaricia de los políticos. «Está harto de pagar comisiones a Toñi Torres y a toda la gente que quiere participar en este pastel a repartir por medio del gasto imputado a suelo gratuito. Dice que en Telde no sólo es a ella a la que hay que pagar comisiones de dinero para poder lograr sus objetivos finales».

De acuerdo a la información aportada en el juzgado por el «arrepentido», de las comisiones ilegales en dinero B que se pagaron en Telde, antes del inicio de los proyectos, una parte estaba destinada a la citada Toñi Torres, otra al diputado popular Jorge Rodríguez y, finalmente, una tercera a José Luís Mena, un técnico del Ayuntamiento. Los pagos ilegales que el Grupo Europa llegó a realizar en ese municipio ascendieron, según quedó reflejado en su propia contabilidad, a 240.000 euros.

Las dificultades empezaron a presentarse cuando el juez puso en marcha la Operación Faycan. La detención de la concejal Toñi Torres y el escándalo que la acompañó provocaron la paralización del proyecto urbanístico del Grupo Europa. 700 viviendas, de las que sólo se había comenzado a construir el 10%. José Manuel Antón Marín se vio obligado a recurrir nuevamente a Jorge Rodríguez, con la finalidad de que éste intercediera para desbloquear las licencias de obra. Rodríguez, por su parte, cumplió con quien mensualmente remuneraba sus servicios. El ex portavoz, haciendo de tripas corazón, mientras los titulares aireaban en los medios de comunicación las detenciones de sus compañeros de partido, volvió a mediar dos veces a favor del Grupo Europa ante el alcalde de Telde, Francisco Valido, y la nueva consejera delegada de Urvitel -Empresa Municipal de Vivienda y Suelo – , Sonsoles Martín.

Valido, asustado por las consecuencias de un escándalo que empezaba a señalarlo a él mismo como parte del conchavo, decidió prudentemente dejar las cosas como estaban. Las laboriosas gestiones de Jorge Rodríguez no llegaron, en esta ocasión, a buen puerto. Finalmente, el propio alcalde Francisco Valido, su compañera Sonsoles Martín y el resto del grupo de gobierno del Partido Popular, terminarían siendo también imputados por el juez en la mayor trama de corrupción municipal conocida en la historia de Gran Canaria.

Pero la red de corrupción organizada no se limitó al término municipal de Telde. En Mogán se procedía de manera muy parecida. En este municipio, también fue el diputado Jorge Rodríguez el encargado de relacionar a Antón con el equipo de gobierno del PP. Según los datos aportados por el «arrepentido», una vez que se realizaba el «contacto», «el amaño del concurso (inmobiliario) lo llevaban personalmente el alcalde, Francisco González, y la edil Onalia Bueno». Tanto uno como otra, terminarían también siendo imputados en una nueva trama de corrupción conocida como «Góndola». En este último municipio, el Grupo Europa fue incluso más generoso con sus patrocinadores municipales. Además de las comisiones que les pagó, no tuvo reparo en financiar ilegalmente actos organizados por el Partido Popular de Mogán, entre ellos un mitin del líder de la formación, Mariano Rajoy -en 2005- y un concierto del roquero Miguel Ríos.

Pero, a pesar de los cuantiosos ‘gastos de gestión’ que tenía que abonar José Manuel Antón Marín, el negocio resultaba más que rentable. Con la ayuda de sus cómplices municipales lograba multiplicar el coste de edificación real de las viviendas, por cuatro en Telde y por seis en Mogán. Con tan impresionantes dividendos, el promotor del Grupo Europa, aunque expresara frecuentemente sus quejas por el abultado número de intermediarios que debía padecer, no tenía problemas a la hora de mantener una amplia plantilla de políticos y funcionarios al servicio de la empresa que representaba.

El negocio parece haber llegado a su fin. Una buena parte de sus presuntos gestores han sido encausados por malversación de fondos públicos. Y quien – según el mentado «arrepentido» – ejercía como «nuestro hombre en Canarias» ha contraído una repentina y sospechosa enfermedad que lo ha mandado nuevamente al ostracismo. El tiempo se encargará de decir si éste es temporal o definitivo. Hoy, ya se sabe, la medicina y la política hacen milagros.