Leemos en la prensa que TVN prepara su gran proyecto bicentenario «Chile 200 años», que elegirá nada menos que a «El gran chileno». También nos informan que el espacio está basado, o fundamentado en el programa de la BBC «Great britons», que en su oportunidad escogió a «Winston Churchill como el número uno de los […]
Leemos en la prensa que TVN prepara su gran proyecto bicentenario «Chile 200 años», que elegirá nada menos que a «El gran chileno». También nos informan que el espacio está basado, o fundamentado en el programa de la BBC «Great britons», que en su oportunidad escogió a «Winston Churchill como el número uno de los británicos» y se agrega que «entre medio ardió la polémica porque en tercer lugar quedó Lady Di, superando a personajes como Darwin y William Shakespeare. Pues bien, de esto podría desprenderse que en Chile alguien como José Victorino Lastarria, Fermín Vivaceta o Luis Emilio Recabarren, por ejemplo, puede que sea desplazado por Cecilia Bolocco o el baile del perrito. En todo caso, no sería extraño si sucediera, en estos momentos Chile da para cualquier cosa, sobre todo cuando se trata de imbecilidades. Aunque ¿Acaso no somos los ingleses de Latinoamérica? Claro que ellos deben saber muy poco de su propia historia para haber elegido a un tipo como Churchill, por lo que presiento que la elección de los chilenos daría un resultado realmente trágico, sobre todo tomando en cuenta que en un 80% son unos imitadores idiotizados, y más encima malos imitadores. A esto hay que sumar que la televisión chilena, con escasísimas excepciones, a las que hay que buscar con lupa, es un estercolero de marca mayor. De la ignorancia histórica de los chilenos mejor ni hablar.
Existe en Chile, en las autoridades de gobierno y parlamentarias, una obsesión descabellada en centrar colosales esfuerzos para celebrar un bicentenario lleno de pompa y boato, como si en el país no hubiera problemas más importantes de los cuales preocuparse. Además ¿Existiría un solo Gran chileno, y el resto huifa las rendijas? ¿Nuestra nación se ha desarrollado exclusivamente por la buena voluntad de las llamadas «personalidades»? Se nos informa que «Paz Egaña, productora ejecutiva del proyecto, dice que la idea de invitar a profesionales relevantes de nuestro país fue justamente con la idea de generar una discusión de nivel. ‘Quisimos invitar a representantes de distintas áreas, no sólo a historiadores, con la idea de que la nómina para elegir a El gran chileno que resulte de esta reflexión sea representativa, diversa y pluralista'». Yo conozco a un zapatero que es profesionalmente relevante en su oficio, de hecho gran cantidad de niños pobres de las poblaciones pueden lucir sus zapatos sin hoyos gracias a él, pero seguramente Paz Egaña debe pensar que los zapateros son sólo personajes pintorescos pertenecientes a siglos pasados.
Lo más lamentable de este proyecto, con más orientación de batucada y farándula que de otra cosa, es que involucra a Premios Nacionales que se prestan para un juego televisivo ridículo, que además tiene en sus planes un Docurreality bicentenario, que seguramente será la excusa para validar el proyecto, explicando que incluye al pueblo. Dice la noticia: «El gran chileno es la pieza clave, pero no la única que incluye el proyecto bicentenario ‘Chile 200 años’. TVN también está trabajando en el área de docurreality con la idea de generar programas que representen, como cuenta una fuente, ‘la diversidad de los chilenos’. En esa línea se inserta el proyecto ‘El día de’, un programa de ocho capítulos que busca mostrar en profundidad la vida de chilenos de diversas zonas del país, que participan en actividades o celebraciones tradicionales. Por ejemplo, se hizo un seguimiento a un recolector de uvas que es mostrado en su oficio y también en el contexto de la celebración de la vendimia en Santa Cruz»… He aquí el elemento que pretende dar la legitimidad democrática a esta tontería. La televisión chilena está llena de programas donde se muestra lo pintoresco de algunos personajes populares y se les utiliza demagógicamente como parte de un anecdotario nacional para divertimento de la oligarquía financiera y demás castas privilegiadas engendradas por la dictadura y que han seguido siendo alimentadas por la mayoría tránsfuga de la Concertación. En muchos lugares es posible ver al patrón palmoteando la espalda del peón y decirle a sus amigos presentes: «este rotito si que vale, trabaja como nadie, es un ejemplo de chileno, el mejor de todos…, ahora ve Jesusito, y tráenos los whisky, después te vas a dormir porque mañana a las cinco de la madrugada comienza la cosecha».
Quiero finalizar estás líneas contándoles que mi curiosidad ante la palabra Docurreality fue tanta que decidí llamar a Londres para preguntar por su real significado, y créanme que ningún inglés con los cuales me comuniqué supo decirme de qué se trataba.
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