Una férrea defensa a las bondades de la Constitución de 1991 y serios cuestionamientos a quienes intentan desde el Gobierno desmontar dichas bondades, hizo el presidente del Polo Democrático Alternativo en el lanzamiento del Referendo Constitucional de Transferencias. Carlos Gaviria habló este jueves en la noche en Corferias en el acto donde se definieron los […]
Una férrea defensa a las bondades de la Constitución de 1991 y serios cuestionamientos a quienes intentan desde el Gobierno desmontar dichas bondades, hizo el presidente del Polo Democrático Alternativo en el lanzamiento del Referendo Constitucional de Transferencias.
Carlos Gaviria habló este jueves en la noche en Corferias en el acto donde se definieron los propósitos y las tareas para la recolección de tres millones de firmas con las cuales FECODE, la CUT, la CTC, el Polo Democrático Alternativo y el Partido Liberal darán la pelea para recuperar y garantizar de esta manera recursos para la salud, la educación, el agua potable y el saneamiento básico de los colombianos.
En el evento estuvieron presentes el director del Partido Liberal, el ex presidente César Gaviria, congresistas de las dos colectividades, líderes sociales, comunitarios y ciudadanos en general.
El Presidente del Polo aprovechó el escenario para defender la Constitución del 91 a la que calificó como una «carta de paz». Destacó, entre otras cosas, que desde su artículo primero, la nueva Carta establece la autonomía de las entidades territoriales.
No obstante, advirtió que después de su proclamación, a varios de los gobernantes venideros, «a éste menos que a ningún otro, dijo, no les gustó especialmente por los ingredientes fuertemente democráticos que esa Constitución tiene».
Gaviria, quien presidió la Corte Constitucional, explicó que la Constitución, especialmente los artículos «ateniente a los derechos», debe leerse como «una etapa en el camino hacia la paz».
Hizo un llamado a los colombianos para que defendamos «lo que queda» de la nueva Constitución. Pidió que el Estado Social de Derecho, consagrado por primera vez en ella, «no sea una burla» y tenga «contenido».
En ese sentido manifestó su complacencia por el Referendo propuesto porque una de las prioridades de hoy en el país en la lucha democrática, es «la recuperación de los recursos de las entidades territoriales para la salud, para la educación, para el saneamiento básico».
Gaviria Díaz dijo que el Referendo propuesto es «contrastante» con el «esperpento» que le presentó el presidente Uribe hace tres años a los colombianos, porque esta vez sí será el Constituyente primario quien defina «quién quiere que determine las prioridades en educación, en salud, en saneamiento básico; si una vez más el Gobierno central (alejado de las regiones), o los propios gobernantes de las regiones elegidos por sus propios electores».
Al final dijo que los tres millones de firmas, servirán para demostrarle al Presidente Uribe que «no estamos de acuerdo con su propuesta desmanteladora de la Constitución del 91», pero también para enseñarle al Gobierno «cómo y para qué se convoca al Constituyente Primario».
La transcripción de su intervención en Corferias es la siguiente:
Voy a hablarles muy brevemente de dos cosas. Lo que nos proponemos y el instrumento al que hemos apelado para lograr nuestros propósitos.
La Constitución de 1991 es una carta de paz. No se expidió esa Constitución de manera caprichosa, de manera arbitraria o de manera gratuita, por expedir otra Constitución colombiana, sino que los colombianos que estamos tan fatigados de esta violencia terrible que padecemos desde hace tiempo, resolvimos que una constituyente elegida directamente por el pueblo nos señalara una nueva carta de ruta.
Esa carta de ruta a mi juicio fue sumamente acertada porque señaló las falencias del anterior sistema y mostró cuál es la ruta que debemos recorrer para recuperar nuestro camino y nuestro destino.
Desde el artículo primero, la Constitución establece la autonomía de las entidades territoriales, y es necesario hacer una reflexión: la democracia es autonomista, la democracia es descentralizadora, la democracia cree en las comunidades locales y cree que los gobernantes elegidos directamente por esas comunidades locales han de ser quienes determinen los gastos en materias tan importantes como salud, la educación, el agua potable, el saneamiento básico y, desde luego, para eso necesitan recursos.
En contravía de esa dirección, la vocación autoritaria es centralizadora, absorbente. Uno de los grandes males que ha padecido el Estado colombiano desde hace mucho tiempo es el centralismo absorbente, la hipertrofia central en desmedro de las regiones, de manera que el constituyente, al señalar la autonomía de la regiones, estaba diseñando una carta sobre unas bases muy distintas a las de la carta de 1886. Y recordemos esto: esa carta se dictó como una ruta hacia la paz. Cada uno de sus artículos, especialmente en la parte ateniente a los derechos, debe leerse como una etapa en el camino hacia la paz. Garantizar los derechos económicos, sociales y culturales que eran desconocidos dentro de nuestro constitucionalismo. Consagrar como derechos el derecho a la salud, el derecho a la educación, como auténticos derechos, era un avance significativo, porque naturalmente el constituyente del 91 sabía que la situación lamentable en la que vivíamos y seguimos viviendo tiene causas, y que dentro de las causas está la insatisfacción de las necesidades básicas de inmensos sectores de la sociedad colombiana. Y desde luego, son especialmente los gobernantes locales los que mejor conocen la situación de sus regiones, de su territorio.
Cuando se elige una forma de Estado, centralista ó autonomista, se está tomando una decisión trascendental. Son esos gobernantes los que conocen la realidad que constituye su entorno y por eso son ellos los que deben tener la iniciativa en esta materia. A eso se le llama autonomía y para eso naturalmente necesitan recursos. Pero es un hecho que a los gobiernos que subsiguieron a la expedición de la Constitución no les gustó la Constitución del 91; y no les gustó especialmente por los ingredientes fuertemente democráticos que esa Constitución tiene. A este menos que a ningún otro. Esa constitución se ha ido desmontando poco a poco hasta hacerla completamente irreconocible. Ya no es esa la carta de navegación que el constituyente del 91 había trazado.
Nosotros debemos defender lo que queda de esa Constitución. Que el Estado Social de Derecho no sea una burla, que el Estado Social de Derecho tenga contenido. En ese sentido justamente debemos movernos, de modo que la recuperación de los recursos de las entidades territoriales para la salud, para la educación, para el saneamiento básico es una prioridad en la lucha democrática.
En segundo lugar me parece magnífico el método elegido. ¿Por qué? Porque también esa constitución de 1991 incorporó mecanismos, instituciones de democracia directa, que es lo que se llama democracia participativa para que el pueblo pudiera tomar decisiones él mismo. Pero se pregunta uno: ¿tomarlas en qué materias? En materias acerca de las cuales está capacitado para decidir.
Nuestro Referendo va a ser contrastante con el del Presidente Uribe. Recuerden que hace tres años o cuatro estábamos justamente combatiendo el referendo del Presidente Uribe que era una burla a la democracia participativa. Un esperpento que no estaba al alcance de los electores, que no estaba al alcance del Constituyente Primario. Naturalmente para que le dieran una firma y entonces legitimar una propuesta completamente perversa para la democracia colombiana. Y el Constituyente Primario por fortuna no le dio ese aval.
Nosotros hemos elegido ese camino para mostrar cómo se hace un referendo, cuáles son las preguntas que hay que formular. Formularle a la gente las preguntas de quién quiere que determine las prioridades en educación, en salud, en saneamiento básico, si una vez más el gobierno central, alejado de las regiones, o los propios gobernantes de las regiones elegidos por sus propios electores. Fíjense que son contrastantes una y otra propuesta. Esta propuesta va justamente en el sentido de la democracia. Y de lo que se trata es de esto: de que demostremos al Presidente Uribe que no estamos de acuerdo con su propuesta desmanteladora de la Constitución del 91. Y que el Constituyente Primario que él convocó de una manera frustránea, nos va a acompañar en esta empresa. Que en esta empresa van a estar comprometidos todos los demócratas del país, los indígenas, los trabajadores, los maestros, los estudiantes, la juventud.
Necesitamos tres millones de firmas, pero tenemos la certeza de que esos tres millones de firmas los vamos a obtener rápidamente y le vamos a enseñar al gobierno cómo y para qué se convoca al Constituyente Primario.
Muchas gracias
* El formato para la recolección de firmas lo pueden bajar en internet de la página www.referendotransferencias.com