A un año de haber presentado en sociedad su programa político y declaración de principios, los integrantes de Wallmapuwen anunciaron estar listos para iniciar su proceso de inscripción y legalización ante el Servicio Electoral. Un trámite formal, pero necesario para llegar a convertirse en una colectividad reconocida por el sistema político chileno. «Ha sido un […]
A un año de haber presentado en sociedad su programa político y declaración de principios, los integrantes de Wallmapuwen anunciaron estar listos para iniciar su proceso de inscripción y legalización ante el Servicio Electoral. Un trámite formal, pero necesario para llegar a convertirse en una colectividad reconocida por el sistema político chileno. «Ha sido un año de arduo trabajo, de socializar nuestra propuesta y donde hemos ido ganando presencia a nivel del propio movimiento mapuche», señala Gustavo Quilaqueo, presidente de la naciente colectividad, que salió a la luz pública oficialmente el año 2005 en la ciudad de Temuko.
«Hemos ido respetando los tiempos de maduración de una propuesta como la nuestra y hoy podemos decir que estamos en condiciones de dar un paso importante hacia nuestro objetivo de legalizarnos», agrega el dirigente. Quilaqueo se refiere al acto programado para hoy sábado en la capital regional, tras el cual presentarán formalmente ante el Servicio Electoral las firmas que posibilitarán su inscripción como partido. Luego de eso, tendrán un espacio de siete meses y tres días para reunir un total de 4.600 firmas de afiliados entre las regiones de La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos. Si cumplen, Wallmapuwen pasará a ser el primer partido regional del país.
«Y el primero en la historia del Pueblo Mapuche», subraya Quilaqueo, haciendo mención a la importancia de contar con un instrumento político propio. «Siempre los mapuches hemos debido competir en la arena política estableciendo alianzas desventajosas con partidos chilenos. Esta situación queremos que cambie. Ya no podemos seguir mendigando cupos por aquí o por allá. Nuestra idea es dotar a nuestro pueblo de un instrumento político propio, que estará al servicio de nuestros militantes, pero también de todas aquellas organizaciones, comunidades y sectores de nuestro pueblo que no formando parte de nuestra colectividad, esten abiertos a establecer alianzas», indica el dirigente.
Si logran la meta, a partir del segundo semestre del 2008, Wallmapuwen podrá competir autónomanente en todas las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales futuras, presentando candidatos propios y beneficiándose -en el caso de las municipales- de la recientemente aprobada ley de financiamiento público para campañas electorales. Se trata de un escenario auspicioso que, sin embargo, no impide a Quilaqueo reconocer los obstáculos por delante. «La ley de partidos que existe en Chile fue pensada para que solo ciertos sectores pudieran estar representados en la vida política. No olvidamos que es una ley promulgada en dictadura y que pone numerosas trabas a sectores minoritarios. Pero pese a ello estamos dispuestos a desafiar esta exclusión», señala el timonel.
Mapuches pero no antichilenos
En lo ideológico, Wallmapuwen no adscribe a ninguno de los dos bloques políticos – Concertación y Alianza por Chile – que dominan la escena política en el país. Tampoco pasarán a integrar el bloque de izquierda Juntos Podemos, aclara Quilaqueo, aunque reconocen un perfil progresista y cierta cercanía con el Partido Humanista, colectividad con la cual mantienen contactos políticos. Sin medias tintas, los integrantes de Wallmapuwen se declaran ante todo nacionalistas, término este último que no los complica en absoluto. «Somos nacionalistas mapuches, no lo ocultamos», subraya el dirigente. Y agrega, pedagógico. «Ser nacionalistas es asumir que formamos parte de una nación, es asumir que tenemos el derecho de representarnos sin tutelajes externos, que tenemos el derecho de gobernar en nuestro territorio y decidir nuestro destino como pueblo».
«Todos los partidos existentes -agrega el timonel- son también nacionalistas, pero chilenos. ¿por qué destaco esto?, porque es una realidad que todos ellos, sin excepción de izquierda, centro o derecha, nos proponen a nosotros un horizonte nacional chileno en sus programas y discursos políticos. Nosotros no estamos diciendo que no deberían existir esos partidos, pero creemos fortalece la democracia la existencia en esta región de un partido mapuche que ofrezca una alternativa política distinta, un horizonte propio, a los mapuches y chilenos que se interesen por nuestra propuesta. Eso es lo que soñamos conquistar y lo que a su vez nos diferencia notablemente de los demás partidos chilenos», enfatiza entusiasta.
En Wallmapuwen hablan de reconstruir el País Mapuche. Esto, que de entrada alarmaría a cualquier analista militar, es explicado sin mayor dramatismo por el timonel. «Hablamos del Wallmapu, un territorio que posee caracteristicas culturales, lingüisticas, demográficas, incluso geográficas, diferentes al resto de Chile y que los mapuche reivindicamos como nuestro país, el país de nuestros abuelos. Reconstruir el Wallmapu implica dotar este territorio de instrumentos para hacer posible mayores grados de autonomía político-administrativa, ello en beneficio de toda su población, mapuches y chilenos. Si al interior de España existe el País Vasco o Catalunya y nadie en Chile se escandaliza mayormente ¿por qué en Chile no podría existir un Pais Mapuche?», se interroga.
«No buscamos imitar»
La referencia al Estado español no es gratuita. A la fecha, Wallmapuwen ha establecido relaciones formales con partidos nacionalistas como Esquerra (Izquierda) Republicana de Cataluña (ERC) y con formaciones independentistas de Galiza y el País Vasco. «No buscamos imitar sus modelos, sino aprender de la experiencia que tienen en materia de descentralización estatal y en la gestión de un gobierno autonómico», subraya Quilaqueo. En este sentido se enmarcó la visita a la zona mapuche, el año 2006, del ex jefe de prensa de Esquerra Republicana, Daniel Condeminas, quien recorrió diversos puntos de la región y se entrevistó con dirigentes de comunidades y alcaldes mapuche. Experto en campañas electorales, Condeminas no dejó pasar la oportunidad y dicto además un taller sobre la materia a miembros de la colectividad.
Pero el intercambio sobrepasa el ámbito político. Prueba de ello es la visita que por estos días realizan dos militantes de Wallmapuwen al País Vasco y Catalunya, respectivamente. Se trata del dirigente estudiantil Luis Penchuleo, presidente del Hogar Pelontuwe, y la lingüista lafkenche, Jaqueline Caniguan, invitados a exponer sobre la situación del mapuzugun y conocer a su vez experiencias locales de revitalización lingüística. «El viaje de ambos se enmarca en nuestro objetivo de posicionar dentro del partido el tema de la revitalización de nuestra lengua nacional», señala el dirigente. «Conocer experiencias de otros pueblos nos permite juzgar con mayor propiedad programas locales de educación intercultural bilingüe. Y también vislumbrar caminos para avanzar en la conquista y ejercicio de nuestros derechos lingüísticos como pueblo», subraya.
La inminente inscripción del partido ante el Servel encuentra a sus militantes batallando desde diversos frentes. Wallmapuwen lo integran hoy dirigentes tradicionales, comuneros de diversos territorios, estudiantes universitarios, jovenes pobladores, profesionales mapuches de diversas disciplinas, tales como abogados, profesores, sociólogos, periodistas, ingenieros, asistentes sociales, algunos de ellos funcionarios públicos. También figuran varios chilenos, «entusiastas amigos de la causa mapuche», indica Quilaqueo, quien se declara orgulloso hijo de madre chilena. «Nuestra militancia actual es fiel reflejo de la diversidad de nuestra nación. Esta es una característica que queremos resguardar, la diversidad de orígenes sociales, territoriales, profesionales e incluso religiosos de quienes componen Wallmapuwen», finaliza el dirigente.