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Entrevista a la escritora mexicana Kama Gutier

«La mujer pobre y morena es barata»

Fuentes: El Viejo Topo

Kama Gutier es una mujer misteriosa. Antes de dedicarse a la criminología, había escrito algunos libros sobre exilios y emigraciones, y publicado numerosos ensayos sobre el tema fronterizo. Con Ciudad Final entra de lleno en el territorio de la novela negra: un gran salto, aunque la acción se desarrolle en una ciudad de frontera; un […]

Kama Gutier es una mujer misteriosa. Antes de dedicarse a la criminología, había escrito algunos libros sobre exilios y emigraciones, y publicado numerosos ensayos sobre el tema fronterizo. Con Ciudad Final entra de lleno en el territorio de la novela negra: un gran salto, aunque la acción se desarrolle en una ciudad de frontera; un salto dado como autora y como personaje literario.

¿Cuántas mujeres -muy jóvenes en su mayoría- han sido asesinadas en Ciudad Juárez? Las versiones más moderadas hablan de casi quinientos cadáveres hallados, y de más de seiscientas desapariciones sin resolver. La primera víctima apareció en 1993, y la última probablemente ayer. El mundo contempla perplejo cómo esa macabra cifra no cesa de aumentar, sin que las autoridades parezcan capaces de atrapar al asesino o asesinos. Y no sólo han muerto mujeres: algún abogado fisgón, algún periodista entrometido, algún activista mordaz han acabado en el cementerio.

Y, ¿quién las mata? Algún criminólogo llegado de más allá de la frontera ha establecido que debe haber más de un asesino en serie. Incluso se ha dicho que probablemente los asesinos no son mexicanos, sino españoles o chicanos residentes en USA. Una estupidez. Pero Kama Gutier, procedente también del estado vecino, llega a conclusiones bien diferentes.

Así, ¿quién las mata? ¿Por qué con frecuencia aparecen cadáveres desfigurados o mutilados? ¿Por qué sólo mujeres, casi siempre jovencitas trabajadoras de las maquilas? Se ha hablado de rituales satánicos, de venta de órganos, de filmación de snuff-movies, de orgías sangrientas en connivencia con el narcotráfico… Probablemente haya algo de todo eso, que las causas y los asesinos sean múltiples. Pero si en Ciudad Juárez hay barra libre a la hora de matar muchachas, algo tendrá que ver en ello la negligencia policial, judicial, administrativa, la incompetencia real o interesada de los políticos de la zona.

En Ciudad Final Kama Gutier narra cómo fue invitada a participar en las investigaciones como criminóloga, cómo vio obstaculizados sus trabajos, y cómo se acercó peligrosamente al corazón del mal. ¿Novela o realidad? Que el lector juzgue por sí mismo.

-Ciudad final es una obra de ficción, pero tú eres la propia protagonista del relato. ¿En qué medida la ficción coincide con la realidad?

-Es un asunto de verosimilitud y veracidad; la novela es veraz en cuanto a que la realidad es la que plasmo; la verosimilitud hace posible que la trama transmita la realidad. Sí, claro, soy yo en mis mejores momentos.

-¿Quiere eso decir que los hechos narrados en la novela son básicamente ciertos? ¿Que se ha inculpado a inocentes, que hubo abogados asesinados? ¿Que alguna muchacha logró sobrevivir?

Sí, sí, se inculpó a inocentes, hubo abogados que resultaron asesinados, periodistas cesados, vejados… y alguna muchacha que logró sobrevivir para contarlo.

Sigamos por ahora en el territorio de la realidad. Si en Ciudad Juárez hubo muchachas que sobrevivieron, y que por tanto pudieron aportar su testimonio, ¿por qué la investigación no ha progresado? ¿puede hablarse de impunidad?

-La investigación no ha progresado porque así se ha querido. Es más, para que no prosperara se ha matado, escondido, comprado, hecho desaparecer personas… sin que eso haya sido registrado o penalizado. Impunidad palmaria… pero hay gente trabajando para que la verdad sea conocida.

-Ese mirar para otro lado de la investigación implicaría muchas complicidades… ¿Se ha atrevido alguien a señalar a los posibles responsables?

-Sí, hay personas, periodistas, criminólogos que manejan las hipótesis más acertadas, basadas en testimonios, pruebas, e incluso en irregularidades que se han denunciado. Hay personas que se han esforzado en buscar la verdad, y que han arriesgado mucho por ello. Sí, sí hay gente que ha señalado las causas, los modos y los perpetradores. Y no hablan por hablar… Los periodistas Sergio Ramírez y Diana Washington… el también periodista Carlos Huerta… criminólogos… el periódico El Norte … en fin hay gente.

-¿Y a quiénes han señalado? Da la impresión de que en Ciudad Juárez todo el mundo (o casi) tiene licencia para matar.

-Bueno, hay muchos motivos y muchos homicidas, el problema no es ése, aunque lo parezca, porque hay muertes que sí se pueden aclarar: motivadas por robo, abuso sexual, violencia intrafamiliar o pandillerismo; lo complicado es lo otro, la cantidad de muertes «gratuitas» sin causa manifiesta, sin que se puedan achacar a objetivos estipulados criminalísticamente. Y que parece son los que no se resuelven o no se quieren resolver, o se ocultan…

Bien, si te parece pasemos ahora a Ciudad final , la novela. ¿A qué hace referencia ese título?

-El título quiere significar Ciudad Juárez, digo significar, en el sentido de destacar la enorme importancia que tiene la ciudad en sí como espacio convulso, de laberinto urbano; como lugar de frontera, de inicio y término, de calles sin asfaltar compartiendo espacio con lo más sofisticado de la velocidad y el control. Como espacio generador de historias, muchas de ellas finales.

Las maquilas tienen un lugar importante en Ciudad final . ¿También en Ciudad Juárez?

-Las multinacionales son el eje de Ciudad Juárez: más de quinientas industrias internacionales, plantas industriales de ensamblaje y producción que, por ser en su mayoría industrias de productos de tecnología y precisión requieren el trabajo de miles de mujeres de manos pequeñas para trabajar en los espacios milimétricos de montaje electrónico, y cuerpos resistentes para soportar extenuantes jornadas laborales. Esta oferta de trabajo mueve millones de personas de todo el país hacia ese polo de producción, que por otra parte genera un espacio sin infraestructura urbana para acoger esos miles y miles de población flotante. Dándose un pastiche humano de gente que durante horas trabaja en los más sofisticados entramados de la ingeniería electrónica y el futuro, y su vida transcurre en chozas sin agua corriente ni luz, ni alcantarillado.

En tu novela, las maquilas proporcionan la carne de cañ
ón: jovencitas minifalderas que o desaparecen sin dejar rastro o si aparecen lo hacen en forma de cadáver. Las muertas nunca pertenecen a las clases acomodadas…

-Así es, y entra dentro de la lógica de producción capitalista: la mujer pobre y morena está barata. Es la población más desprotegida, la que paga el alto precio de la economía transnacional; la que menos cuesta usar y matar. La puedes hacer desaparecer impunemente.

El personaje protagonista, que llamaré Kama(P) para que no se confunda con la Kama real, es decir, contigo, se sale de las pautas clásicas de la novela negra: es mujer, lesbiana, nacida en la frontera, y no se puede decir precisamente que sea una heroína… Esa ruptura con los arquetipos tradicionales, ¿qué intencionalidad tiene?

-Es la deconstrucción del mito, de un héroe que no me interesa nada, por eso no es tampoco la antihéroe, o el héroe del fracaso, o el perdedor… no, es alguien que va mucho más allá, quiero que comunique, Kama es un personaje que tiene sus complicaciones, sus enfermedades y su grandeza, en fin, como todos, es un personaje que se trasciende a sí mismo.

-¿Y cómo es Kama(P)? ¿Cómo la definirías?

-Pues como te he dicho. Para mí es una mujer del futuro. Sí, eso, una mujer del porvenir.

-¿Y cómo crees que será la mujer del porvenir?

– Una mujer con futuro, que resuelve, que disfruta, en las universidades americanas sería la lesbiana. Una mujer entera, diría yo.

-¿La lesbiana, la mujer del futuro? ¿Y las no lesbianas?

– Las no lesbianas también, pero las lesbianas son como la perfección feminista. El ideal, lo radical…

Kama(P), sin embargo, es frágil. Su empecinamiento por conocer la verdad le hace aparentar una valentía que tal vez no tiene…

– Sí, es frágil, y tiene miedo… no es un superhéroe, no. Ella misma es consciente de la situación excesiva, pero cree que hay que saber la verdad.

-Como personaje, Kama(P) resulta enormente atractivo. Me pregunto si has considerado la posibilidad de seguir utilizándolo en otras novelas futuras.

-Sí, sí… es una forma de ver el mundo que merece la pena escribirse. Sí, sí, habrá más sobre Kama Gutier. Aventuras en territorios que realmente exigen la aventura, la imaginación y la denuncia.

La denuncia… es decir, vas a seguir interesada en los aspectos sociales, algo esencial en la novela negra, precisamente lo que la diferencia de la simple novela de intriga.

-Sí, esa es mi intención. Creo que también tiene que ver con el papel de la literatura, de una parte de la buena literatura. También es una forma de crear belleza.

-El papel de la literatura, el compromiso del intelectual… lamentablemente son palabras que se están olvidando.

-Hay que recobrar, es más que un compromiso, es la vida misma. Es parte de la vida, y es creación de belleza, consecución de la plenitud, es belleza.

-¿Belleza? Ciertamente para toda obra literaria la belleza es algo fundamental, pero en la novela negra suelen predominar más otros aspectos. ¿A qué te refieres exactamente con belleza?

-La belleza que crea la acción bella, el compromiso bello, lo sublime, lo pleno. El compromiso del libro es la creación de belleza comprometida, de belleza en lo comprometido.

-La novela tiene, además de calidad literaria, humor ¿Cómo lo has conseguido, tratándose de un tema tan dramático?

-El humor también es belleza y compromiso y calidad literaria. El humor lo he conseguido con el distanciamiento, es la parte quizás más literaria, y más delicada, porque es necesario, pero he tenido que frenar el ímpetu espontáneo de reírme de todo, y no puede ser reírse de todo, hay gentes, situaciones… especialmente la pobreza ajena es susceptible de crear lo cómico, es muy fácil reírse de la pobreza mediante el distanciamiento, pero no se debe, se debe ridiculizar el poder, no la pobreza. El humor de la protagonista es enteramente espontáneo, es la visión de la realidad desde las ganas de trascenderla.

-¿Más novelas?

– Sí, sí, Kama Gutier ya está escribiendo la siguiente. Es sobre su ciudad, la ciudad con la que vive, Los Angeles.