Tras 18 años en el poder, la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia, que hoy apoya a la presidenta chilena Michelle Bachelet, vive una importante crisis por discrepancias electorales que han puesto en jaque su unidad. «El actual conflicto es un paso más en el proceso de deterioro que ha venido manifestando la Concertación […]
Tras 18 años en el poder, la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia, que hoy apoya a la presidenta chilena Michelle Bachelet, vive una importante crisis por discrepancias electorales que han puesto en jaque su unidad.
«El actual conflicto es un paso más en el proceso de deterioro que ha venido manifestando la Concertación hace varios años», comentó a IPS el politólogo Luciano Tomassini, cercano a la coalición oficialista.
Pero «no creo que esta discrepancia vaya a significar el fin de la Concertación. No creo que sea la gota que colme el vaso», acotó el director del programa de gobierno y asuntos públicos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Chile.
El conglomerado oficialista está integrado por los partidos Demócrata Cristiano (DC), Socialista (PS), Por la Democracia (PPD) y Radical Socialdemócrata (PRSD).
Nació como Concertación de Partidos por el No en 1988, con un objetivo específico: oponerse a que el entonces dictador Augusto Pinochet (1973-1990) permaneciera en el poder por ocho años más si se imponía la opción del Sí en el histórico plebiscito que se efectuó ese año.
Como ganó el No, al año siguiente se realizaron los primeros comicios presidenciales después del golpe militar de 1973, perpetrado contra el mandatario socialista Salvador Allende (1970-1973) y que derivó en la dictadura de 17 años de Pinochet.
Las elecciones dieron el triunfo al candidato único de la Concertación, el democristiano Patricio Aylwin, quien gobernó entre 1990 y 1994, año en que le sucedió su correligionario Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), hijo del ex mandatario Eduardo Frei Montalva (1964-1970).
Luego fue el turno de dos socialistas: el economista Ricardo Lagos, quien finalizó su mandato el 11 de marzo de 2006 con un elevado respaldo ciudadano, y la actual presidenta Bachelet, médica pediatra, cuya administración termina en 2010.
La actual crisis emergió por la decisión del PPD y del PRSD de inscribir una lista de concejales paralela para competir en las elecciones municipales de este año, terminando unilateralmente con la tradición de la Concertación de llevar lista única para todas las elecciones.
El PPD y el PRSD, los dos partidos minoritarios del conglomerado, arguyen que esta medida le permitirá a la Concertación llevar más candidatos, aumentar su votación y dar paso a nuevas figuras, es decir, «renovar el elenco».
La apuesta por las dos listas también pretende restarle posibilidades a Chile Primero, colectividad en formación creada por militantes expulsados y renunciantes del PPD, y al Partido Regionalista de los Independientes (PRI), que entregó su apoyo a ex miembros de la DC, también salidos en controvertidas circunstancias.
Tomassini define esta apuesta como una «estrategia aventurera», la cual efectivamente puede significar un incremento de la votación, pero también la pérdida de cargos por la mayor dispersión de sufragios que se daría en el marco del sistema electoral proporcional que rige la elección de concejales.
Esto beneficiaría a la alianza opositora de derecha, compuesta por la liberal Renovación Nacional (RN) y la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), y a los independientes descolgados de la Concertación, plantean expertos.
Los comicios para las 345 comunas del país –donde se elegirán alcaldes y concejales– se llevarán a cabo el 26 de octubre, y la fecha máxima para inscribir las listas es el 28 de julio.
El lunes, la DC pidió a Bachelet que interviniera en la crisis porque lo que estaba en juego era la continuidad de la Concertación. El portavoz gubernamental Francisco Vidal señaló que la mandataria no era partidaria de dos listas de concejales, pero que no se iba a volver a referir a este tema.
Esto desató las críticas de los democristianos, quienes cuestionaron el liderazgo de la mandataria en su calidad de «jefa» de la Concertación.
Ante la escalada de declaraciones, el ex presidente Lagos, quien fundó el PPD, se refirió el miércoles a la contienda oficialista calificándola de «grave».
A su juicio, «no es posible que un grupo de partidos notifique a otros sobre cierto camino, porque eso implica romper un principio esencial» de la coalición, que es el consenso. Esta situación podría «poner una tensión imposible de resistir», advirtió. Bachelet se manifestó apenas el jueves, señalando que el portavoz Vidal fue «mal interpretado» en sus dichos y que ella hará todo lo necesario para mantener unida a la coalición.
«La Concertación es un patrimonio de todos los chilenos y nadie tiene derecho a dañar esa unidad», declaró Bachelet, agregando que «yo hago lo que creo que hay que hacer siempre, sin que nadie me lo diga, y no por la prensa».
Este viernes, los presidentes de la DC y del PS, los senadores Soledad Alvear y Camilo Escalona, respectivamente, anunciaron que convocarán a los ex mandatarios Aylwin, Frei y Lagos a una reunión la próxima semana para discutir el tema, con la esperanza de que éstos logren convencer a sus socios.
A juicio de Tomassini, la mandataria no intervino en la crisis en el momento oportuno, «dejando escapar una oportunidad de ejercer su liderazgo» dentro del conglomerado.
En la DC hay parlamentarios que han llamado a «congelar temporalmente» su participación en la Concertación o a romper definitivamente el acuerdo político que los une desde hace 20 años.
«Creo que están haciendo una tormenta en un vaso de agua. No nos mueve otra cosa que el reencuentro de la Concertación con su gente, que abrir los espacios para que la Concertación se renueve y deje entrar aire fresco», dijo el miércoles el presidente del PPD, Pepe Auth, experto electoral.
La administración de Bachelet es la que se ha visto más perjudicada por los choques del frente gobernante.
En las elecciones parlamentarias de 2005, la Concertación obtuvo por primera vez mayoría en ambas cámaras del parlamento, pero la fuga de legisladores hizo que perdiera esta condición.
Para Tomás Duval, investigador del no gubernamental Instituto Libertad, ligado a la oposición derechista, la opción de llevar dos listas de concejales obedece a la intención de medir la nueva correlación de fuerzas dentro de la Concertación, considerando que la DC ha ido perdiendo electorado en los últimos años.
«No tengo claro si la decisión del PPD y PRSD es definitiva o si sólo fue una estrategia para evitar una fuga de militantes» que querían postularse a concejales pero que no tenían posibilidades con una sola lista, dijo a IPS el politólogo.
El miércoles se cumplió el plazo para que los militantes renunciaran a sus partidos para lanzar candidaturas independientes.
Pese a que el bloque PPD-PRSD ha asegurado que no hay vuelta atrás, Tomassini cree que uno de los escenarios posibles es que ambos partidos reconsideren su postura, por la gestión de los ex mandatarios de la Concertación.
Para Duval, los próximos meses serán de ardua negociación y, si se confirman las dos listas, esto significará «una fisura importante» en la Concertación. «El efecto político de esa decisión sólo se podrá medir en las elecciones», concluyó. (FIN/2008)