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La medida del choque

Fuentes: Berria

Traducido para Rebelión por Daniel Escribano

Se ha difundido por doquier que Alfonso Guerra ha propuesto suspender la «autonomía». Dicen que ha propuesto al Gobierno de España, sirviéndose del artículo 155 de la Constitución española, deshacer la estructura autonómica que une a Álava, Vizcaya y Guipúzcoa si el Parlamento vasco acepta realizar la consulta propuesta por Ibarretxe, como hiciera el gobierno del Reino Unido con la estructura autonómica recién nacida de Irlanda del Norte cuando el proceso de paz entró en crisis grave, más o menos. Ha habido quien ha exigido que, si Guerra no dimite, el PSOE le expulse inmediatamente, haciendo notar que Patxi López y José Luis Rodríguez Zapatero serán cómplices de ese «discurso fascista».

Fácilmente se agranda la bola de nieve en las discusiones entre políticos, en las trifulcas que no tienen otro objetivo que atraer la atención de los medios de comunicación. Pero no estaría mal alguna precisión en lo tocante a poner en su medida lo que está en conflicto.

El ferviente jacobino Alfonso Guerra ha dicho que el Gobierno de España debería utilizar el artículo 155, pero no ha propuesto suspender la autonomía. ¿Qué dice, empero, el artículo 155? Literalmente: «Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general». Es un artículo impreciso, que da opción a muchas interpretaciones, pero, según la mayoría de constitucionalistas, no da al Gobierno del Estado la capacidad de suspender ninguna autonomía.

No es poco lo que se le entiende a Guerra. «El artículo 155 dice cómo se resuelve el problema de Ibarretxe: decidiendo el Gobierno central cuando se incumplen las leyes». Si lo aprobado por el Parlamento vasco es perjudicial «para el interés general de España», el Gobierno de España invalida lo aprobado por el Parlamento vasco y punto.

Pero la propuesta no llegará muy lejos teniendo en cuenta que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho claramente que detendrá la consulta por la vía del Tribunal Constitucional. No es una mera anécdota: expresa cómo se inflan a propósito los debates políticos; esto es, lo que recibe el ciudadano desde los altavoces de los medios de comunicación y lo que verdaderamente está en juego a menudo no coinciden.

Desprenden tufo electoral los movimientos de unos y de otros. El PNV y el tripartito quieren inflar la idea de un choque de trenes, argumentando que el Gobierno de España y el PSOE se niegan al diálogo, y Patxi López quiere vender que es el campeón del diálogo, metido de lleno en campaña, imputando a Ibarretxe y al PNV dividir a la sociedad vasca.

Odón Elorza pidió el jueves a Patxi López, en la introducción a la conferencia que hizo el candidato a lehendakari en un hotel de San Sebastián, que por favor hablara menos de la consulta popular de Ibarretxe. Y que aportara imaginación y creatividad al debate político, por favor. Pero algunos necesitan la promesa de la consulta, y otros, el fantasma de la consulta. «No te haré caso», le respondió López a Elorza. «Hablaré de la consulta.»

 

Caza de brujas. No todo es la palabra, empero, en política. Es también acción, para desgracia de algunos. De las hermanas Blanca y Maribel Bruño, por ejemplo. Por primera vez en la historia de la Audiencia Nacional, han encarcelado incondicionalmente a dos socias de una empresa, una jefa de la empresa y la otra profesora, imputándoles dar dinero a ETA. Han investigado a un montón de empresas por pagar a ETA el impuesto revolucionario, también han detenido a unos pocos, también les han hecho pagar una fianza para quedar en libertad, pero encarcelar sin condiciones, hasta ahora a nadie.

A diferencia del resto, el juez Baltasar Garzón ha argumentado que las Bruño pagaron voluntariamente, basándose en una carta de ETA ─supone «proximidad ideológica» y deduce que sabían cómo ponerse en contacto con ETA─, pero por la propia explicación que da el juez en el auto es por lo menos dudoso eso del pago por su propia voluntad: al principio ETA pidió 120 000 euros, después consiguieron que bajara a 30 000 y, finalmente, cuando dice que bajaron a 6000, pagaron. Eso, según el juez. Según las encarceladas, ni siquiera eso, puesto que han declarado que no pagaron.

Pero Garzón admite qué distingue verdaderamente a las Bruño de otros empresarios: ambas estaban entre los miles de ciudadanos que firmaron a favor de la plataforma Aukera Guztiak(1) y una de ellas ha sido candidata en la lista de Euskal Herritarrok.(2) He ahí la diferencia.. Para recordar que la caza de brujas no ha acabado.

Viene, además, una semana caliente en los tribunales de Madrid: las últimas conclusiones del juicio contra 27 miembros del Movimiento por la Amnistía en la Audiencia Nacional, el lunes por la mañana; la vista en el Supremo del caso de la ilegalización de EHAK, el lunes por la tarde, y el de EAE-ANV, el martes por la mañana.

Notas:

     

  1. Candidatura presentada a las elecciones al parlamento de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) de 2005 y anulada por el Tribunal Supremo. (N. del t.)
  2. Candidatura de la izquierda abertzale desde las elecciones al parlamento de la CAV de 1998 y disuelta en el proceso de constitución de Batasuna en el verano de 2001. (N. del t.)

 

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Berria, 14 de junio de 2008

http://www.berria.info/testua_ikusi.php?saila=harian&data=2008-06-14&orria=009&kont=005