El presidente colombiano Álvaro Uribe esgrimió razones de seguridad y se negó asistir al lugar pautado con la Minga Indígena que había pasado cinco días en las rutas, marchando a pie desde La María, departamento Piendamó.
Unos 40 mil indígenas colombianos esperaron al Primer Mandatario en las puertas del Centro Administrativo Municipal (CAM) de la ciudad de Cali, capital del Valle del Cauca.
Los manifestantes fueron reprimidos por la Policía Nacional, antes y durante el trayecto de la movilización, llegando a Cali con un total de tres personas asesinadas. Luego de haber esperado durante varias horas al Presidente, los indígenas recibieron dos propuestas a través del Gobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía.
Una de ellas era escuchar vía telefónica un mensaje de Uribe, y la otra era realizar la reunión en Telepacífico (canal local de Cali) con una comisión de la Minga, mientras se trasmitía por pantalla gigante y se abrían los micrófonos a las intervenciones que los presentes quisieran realizar.
Pero los indígenas argumentaron que la reunión debía realizarse cara a cara y con todas las personas que recorrieron cientos de kilómetros para llegar hasta el lugar acordado en la ciudad de Cali.
Tras hacer público el desencuentro como un desplante de Uribe, con la frase «la silla del presidente está vacía», los indígenas regresaron a la Universidad del Valle, donde resolverán si continuan la marcha hasta Bogotá.