Recomiendo:
0

La pasividad del gobierno colombiano provoca una estafa que terminó con disturbios y violencia

Fuentes: Agencias

El cierre de varias ‘pirámides financieras’ que prometían rendimientos jugosos provocó reacciones de desesperación de miles de ahorradores y disturbios en diez ciudades de Colombia, reflejo de una estafa que creció descontroladamente. Miles de ahorristas arremetieron contra las sucursales de DRFE y otras empresas responsables de la estafa, cuyos dueños huyeron.

Miles de personas protestaron, este miércoles, en varias ciudades de Colombia, luego de que empresas informales de inversión que ofrecían exorbitantes rendimientos a través de las llamadas «pirámides» comenzaron a desaparecer repentinamente con fondos multimillonarios.

Como consecuencia de las protestas se realizaron varias redadas en nueve ciudades a medida que los inversionistas furiosos atacaban oficinas vacías donde funcionaban estos esquemas de pirámide, según informó el corresponsal de la BBC en Colombia, Jeremy McDermott. En la ciudad de Pasto, capital del departamento de Nariño, en la frontera con Ecuador, los ahorristas destruyeron locales de las empresas y se llevaron muebles y elementos de oficina, según mostró la televisión local.

A su vez, en Popayán, la capital del departamento del Cauca, la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que intentaba entrar a la fuerza a los establecimientos para recuperar sus ahorros.

Los disturbios llevaron a que los alcaldes de al menos cinco de las poblaciones del sur del país afectadas, decretaran el toque de queda hasta la madrugada del jueves. Mientras tanto, en una medida divulgada en la noche del miércoles, el Gobierno ordenó a la empresa DRFE, cuyo cierre dio origen a las protestas, devolver «la totalidad de los dineros captados del público».

El negocio, conocido como pirámide, es un esquema en el que las personas que invierten con la promesa de ganar 30% de interés sobre sus depósitos, involucran también en el negocio a amigos y familiares para que, con esos recursos, pueden pagar a los que entregaron antes su dinero.

Detenidos

Efectivos del ejército pudieron alcanzar a dos trabajadores de una de estas pirámides cuando trataban de huir por la puerta trasera de la oficina, llevándose cuatro maletines llenos de dinero.

Según relata McDermott, los hombres le ofrecieron a las autoridades uno de los maletines para que los dejaran escaparse. Ahora se encuentran bajo custodia, «en un lugar más seguro para ellos dado que los inversionistas embaucados amenazaron con lincharlos», agrega el corresponsal.

«Por creer en la brujería»

Las autoridades han estado investigando estos esquemas «milagrosos», no solamente por estafar a gente pobre e ignorante, sino también porque algunos que sí pagaron los intereses prometidos son sospechosos de lavado de dinero proveniente del narcotráfico, señala el corresponsal. «Este esquema piramidal, como otros, cerró sus puertas y desapareció junto con el efectivo que la gente había invertido con la promesa de obtener ganancias de 30% de interés», agrega el corresponsal. Algunas de estas oficinas dejaron notas en sus puertas, según atestiguó McDermott.

Una decía: «Por haber sido estúpido y haber creído en la brujería, ahora tendrá que trabajar mucho más duro para recuperar el dinero que nos dio». Otra rezaba: «Le deseamos una triste Navidad y un vergonzoso Año Nuevo». Este tipo de operaciones se registraron anteriormente en Argentina, Perú y Albania.

Proyecto de ley

El presidente Álvaro Uribe alertó el miércoles a las personas para que no crean en ese tipo de promesas, y pidió al Congreso tramitar un proyecto de ley para penalizar esta práctica. «No corran esos riesgos en esas pirámides, esos sistemas especulativos son finalmente esquemas de estafa», advirtió Uribe.

Se cree que estas empresas habrían captado más de US$100 millones. A principios de año, cerca de 20 empresas informales empezaron a ofrecer intereses exorbitantes a cambio de los ahorros privados. Esas compañías pagaban intereses de 35% mensual por depósitos que en la mayoría de los casos no superaban un millón de pesos (unos US$350) y que usualmente se invertían a 90 días.

En ese momento, las Superintendencias Financiera y de Sociedades habían anunciado el inicio de investigaciones, mientras la captación de dinero continuaba, dijo el corresponsal de BBC Mundo en Bogotá, Hernando Salazar.