México, DF.- El escritor Francisco Hinojosa (1954) solía vivir en la ciudad de Cuernavaca, finalizada su mudanza al Distrito Federal, partió a la Feria Internacional del Libro de Oaxaca. De domingo a lunes (Fondo de Cultura Económica, 2008) es su nueva novela y para no romper la tradición, fue ilustrada por Rafael Barajas El Fisgón. […]
México, DF.- El escritor Francisco Hinojosa (1954) solía vivir en la ciudad de Cuernavaca, finalizada su mudanza al Distrito Federal, partió a la Feria Internacional del Libro de Oaxaca. De domingo a lunes (Fondo de Cultura Económica, 2008) es su nueva novela y para no romper la tradición, fue ilustrada por Rafael Barajas El Fisgón. En entrevista con Clarín.cl nos habla de sus inicios en la UNAM y la nueva editorial donde firmará.
Autor de: El sol, la luna y las estrellas (1981); La vieja que comía gente (1981); A golpe de calcetín (1982); Cuando los ratones se daban la gran vida (1986); Joaquín y Maclovia se quieren casar (1987); Aníbal y Melquíades (1991); La peor señora del mundo (1992); La fórmula del Dr. Funes (1993); Cuentos héticos (1996); Repugnante pajarraco y otros regalos (1999); México Chicago (1999); Un tipo de cuidado (2002); Mi hermana quiere ser una sirena (2002); La verdadera historia de Nelson Ives (2002); Hoja de papel (2006); Léperas contra mocosos (2007) y De Domingo a Lunes (2008), entre otros libros.
La peor señora del mundo (1992) es todo un best-seller, con ventas que superan los 300 mil ejemplares, el propio Paco Hinojosa hizo una adaptación al teatro; ha publicado sus cuentos y novelas en: Tusquets, Alfaguara, Planeta, FCE, CNCA y SEP, ahora estudia la propuesta de llevar un híbrido inédito con la editorial Almadía; viajero irremediable, desempolva el baúl de sus personajes y los secretos de un cuenta cuentos en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil México/Churubusco, al mismo tiempo -de ida y vuelta- recordó su visita a la FILIJ Chile/Providencia.
MC.- Háblanos de las ilustraciones de El Fisgón, la mamá de «Martes» se parece a la espantosa Elba Esther Gordillo y el señor Águila al estereotipo del neoliberal caricaturizado en El Chamuco y La Jornada…
FH.- Mis personajes ya los imagino con los trazos de El Fisgón; todo nació cuando entregué un cuento inédito al Fondo de Cultura Económica, el editor propuso a Rafael Barajas para ilustrar: Aníbal y Melquíades (1991) el primer libro infantil que hicimos juntos, yo no conocía personalmente a El Fisgón; después ilustró La peor señora del mundo (1992), a la fecha hemos trabajado un total de 14 libros. Confío plenamente en Rafael, no necesito ver nada, hasta que sale el libro de la imprenta descubro los cartones de El Fisgón; con otros ilustradores tengo que supervisar y dar el visto bueno a cada lámina.
MC.- Pasemos al personaje principal: «Lunes», el niño náufrago que vivía en la isla. ¿Es un estruendo del abandono de Viernes y Robinson Crusoe?
FH.- El hecho de que existiera «Viernes» como nombre propio, abandonado en una isla, por supuesto tiene que ver; Robinson Crusoe es una de mis lecturas más antiguas, mi primer libro de poesía se llamó Robinson perseguido.
MC.- ¿Cómo brincas de la poesía a la literatura infantil?
FH.- Accidentes de la vida, siendo estudiante de la carrera de Letras -en la Universidad Nacional Autónoma de México- me pidieron hacer adaptaciones de leyendas de la época colonial, aptas para ser leídas por niños de 10 a 12 años, las hice como un trabajo profesional. Al mismo tiempo, los editores de Novaro -casa editorial ya extinta- me invitaron a participar en una antología de 6 cuentos, con 6 autores distintos -cada uno elegiría un momento histórico- así que comencé a escribir un cuento sobre la primera mitad del siglo XX, volví al papel de hacerlo profesionalmente, era mi primer manuscrito, pero fue rechazado por los niños que lo leyeron y calificaron el proyecto editorial, esto me hace dar mi primer paso con el «pie derecho» (risas) porque los niños lectores son implacables, mucho más exigentes que los adultos.
MC.- Juan Villoro me dijo en entrevista para Clarín: «Un buen libro infantil es un juguete filosófico». ¿Tú buscas darle una moraleja o utilidad filosófica a los cuentos?
FH.- No nunca, en ningún momento; pero creo en esto que dice Juan Villoro, los relatos de la tradición popular y los cuentos de hadas son los primeros que enfrentan al niño a los grandes problemas: la muerte, la enfermedad, la tristeza, la orfandad, en fin, todos los grandes temas de la vida se presentan de una forma muy natural y sencilla, conforme van avanzando con la edad interpretan esos cuentos, tal vez como adultos les ayudarán a resolver algunos problemas, es una función del cuento; además si están bien escritos, percibirán el placer del lenguaje literario y formarán nuevos lectores.
MC.- ¿Tus hijas son las primeras en leer y comentar cada cuento?
FH.- Sí, mis hijas y mi esposa, que también es escritora.
MC.- En Chile se diría que «Lunes» es un porfiado: «el que sigue la consigue» ¿La perseverancia es la principal virtud de Domingo a Lunes?
FH.- La perseverancia y creo que también el valor de la amistad, ponerse un reto y cumplirlo, a pesar del miedo, acompañado de tus amigos.
MC.- El ícono del Sr. Águila, mecenas y bonachón, pero funesto en el desenlace. ¿Es una voz de alerta para que los niños no confíen a ciegas en la opulencia?
FH.- Octavio Paz lo formula muy bien en dos palabras: «Ogro filantrópico»; este gran dadivoso que siempre tiene una parte oscura.
MC.- ¿Por qué el lenguaje tan ofensivo de la señora Malandina?
FH.- Es un lenguaje común, pero al mismo tiempo ingenioso, tenía que encontrar la manera de apartar a los niños, que tuvieran razones suficientes para abandonar su casa; claro, un padre borracho y una madre que no le daba tregua en las labores y maltrataba todos los días a «Martes».
MC.- El niño «Martes» tenía dos ombligos ¿querías mostrar un trato de tolerancia a su diferencia?
FH.- Me gusta que utilices esa palabra: tolerancia; precisamente surge de la amistad, sí, quise hacer eso: buscar lo diferente. «Lunes» no tiene defectos en lo físico, pero nunca ha visto a un niño en la isla, todas las diferencias pueden confluir en la amistad y en la literatura.
MC.- Las dos niñas «Jueves» y «Viernes» ¿destrozan el esquema del club de Tobi?
FH.- Sí, quise poner a las dos niñas con características muy especiales; «Jueves» la que viste de forma estrafalaria, es la consentida de los niños lectores, es un personaje que les gusta y atrae mucho, por extravagante ¿viste? otra vez la diferencia.
MC.- La otra niña, es hija de un fotógrafo ¿la falta de miedo se debe a las incursiones periodísticas de su padre?
FH.- «Viernes» es la niña que empuja valientemente a los otros personajes, por audaz y astuta tenía que ser mujer.
MC.- ¿Hay un trasfondo noticioso del contexto mexicano? te lo pregunto por la inundación que provocó el huracán en Tabasco, el secuestro de los padres de «Lunes», los magnates sin escrúpulos…
FH.- No, la violencia es uno de los temas de mi escritura para adultos, es una manera de exorcizar estos temores que generan el crimen y la muerte; mi libro más conocido: La peor señora del mundo (1992) es la representación de la violencia por sí misma.
MC.- Finalmente, ¿te quitaste el vicio de la poesía? ¿qué es lo próximo a publicar?
FH.- Estoy trabajando una historia de terror que un editor me había pedido, yo no podía escribir eso porque me ganaba la risa; hasta que se me ocurrió una idea original y la estoy desarrollando desde hace un año, si queda bien la publicaré, creo que cuando una historia de terror no provoca un suspiro de miedo, es un fracaso absoluto, de no lograrlo se quedará sin publicar; lo que ya terminé es una novela escrita en versos, lo que sucede ahora es que los géneros literarios son muy difíciles de encasillar, este «cuento/novela en verso» es un juego. Escribí un poema -no hace mucho tiempo- para un libro de varios autores: Hago de voz un cuerpo (2007), es un libro que construye un cuerpo a través de poemas, escrito expresamente por 15 poetas, recuerdo que participaron: Natalia Toledo, Elsa Cross, David Huerta, Francisco Segovia, Eduardo Langagne, Fabio Moravito, entre otros.