Como se recordará, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre, el diario El País difundió documentos oficiales calificados de alto secreto que demostraban que el gobierno español durante la época de José María Aznar conoció y aprobó que los vuelos clandestinos de la CIA con destino a Guantánamo y otros centros de detención […]
Como se recordará, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre, el diario El País difundió documentos oficiales calificados de alto secreto que demostraban que el gobierno español durante la época de José María Aznar conoció y aprobó que los vuelos clandestinos de la CIA con destino a Guantánamo y otros centros de detención y tortura utilizasen aeropuertos y espacio aéreo español. Tras varios días de surrealista respuesta del gobierno Zapatero afirmando que los documentos secretos no aparecían en los archivos del ministerio, mientras que el alto cargo que los firmó reconocía su validez, el ministro Miguel Angel Moratinos compareció ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. Lo que más me ha impresionado es el desparpajo y desvergüenza con que lo dos principales partidos políticos -PSOE y PP- han escenificado su pacto para enterrar y obviar la responsabilidad de sus respectivos gobiernos en estos vuelos. No olvidemos que la Audiencia Nacional tiene abierta una causa para analizar los importantes indicios de que hay sobre once vuelos que hicieron escala en España entre enero de 2002 y noviembre de 2006.
La alianza de silencio comienza con el portavoz de Exteriores del PP en el Congreso, Gustavo de Arístegui, pidiendo al PSOE el 24 de diciembre pasar página política y buscar un «consenso activo» en política exterior. «No hay que buscar más historias a esto. Las cosas hay que dejarlas que sigan su curso», afirmó. Para recordarle al gobierno que le interesa enterrar lo sucedido, Arístegui señalaba que de estos vuelos, dos fueron en la etapa de Aznar y nueve en la de José Luis Rodríguez Zapatero. «Con eso queda todo razonablemente dicho», puntualizó Arístegui. Sabedor de que los dos gobiernos tienen cosas oscuras que ocultar, el diputado del PP señaló que aunque respeta el derecho individual de algunos diputados a seguir presentando iniciativas para saber más de esta cuestión, advirtió a los socialistas de que si cambian su táctica y demandan más información, el PP lo hará igualmente. «Si el PSOE dice que se siga investigando, el PP también quiere saber lo que pasó después de ese momento» (2004), afirmó.
La parte socialista acepta la omertá. Dos días después, el 26 de diciembre, la secretaria de Política Internacional y de Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, está de acuerdo con cerrar el debate político tal y como había propuesto Arístegui. Valenciano exigió también al grupo popular que retirase las preguntas que algunos de sus diputados tienen registradas en el Congreso para conocer más datos de los vuelos de la CIA en la etapa de Zapatero. «Por nosotros, estamos dispuestos a acordar que este asunto se dirima en los tribunales, pero el PP debe retirar sus preguntas», ha manifestado Valenciano. Según la responsable socialista, mantener vivas esas iniciativas sería «incoherente» con la voluntad del principal partido de la oposición a zanjar el caso desde el punto de vista político.
De ambas posiciones sólo podemos sacar una conclusión: la complicidad, connivencia y encubrimiento mutuo para ocultar a la sociedad española la implicación de ambos gobiernos y ambos partidos en delitos tan graves como el secuestro de ciudadanos -muchos de ellos absolutamente inocentes- para su posterior envío a cárceles clandestinas o centros de tortura.
Es evidente que ante los ojos de muchos pueblos árabes el verdadero terrorismo donde se está gestando es en Occidente.