El presidente del gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, participó el pasado 29 de enero en el programa de la televisión pública «tengo una pregunta para usted», en el que respondió a las preguntas de varios ciudadanos. Según informa la televisión se trata de «una muestra representativa de la sociedad española actual, de distintas edades, […]
El presidente del gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, participó el pasado 29 de enero en el programa de la televisión pública «tengo una pregunta para usted», en el que respondió a las preguntas de varios ciudadanos.
Según informa la televisión se trata de «una muestra representativa de la sociedad española actual, de distintas edades, sexos, profesiones, estado civil y situación laboral.» Por otro lado, también según la televisión, 6.432.000 espectadores lo vieron en directo.
Un participante, Rafael, le preguntó sobre la venta de armas españolas a Israel. Añadió que el presidente tenía un discurso bonito pero que era hipócrita e incongruente. También preguntó: «¿cuántos civiles palestinos habrán matado nuestras armas?»
Ese discurso es la marca de la casa. El lema del programa electoral del PSOE de 2004 anuncia «que merecemos una España mejor» y presenta varias propuestas que desarrolla en más de 200 páginas:
«Por un mundo en el que la fuerza esté sometida al derecho»
«Por una defensa efectiva y universal de los derechos humanos»
«Una relación con el mundo árabe basada en el diálogo y en el respeto»
«Por un Oriente Próximo en paz y prosperidad»
El programa no sólo promete sino que arremete contra el Partido Popular (PP) por «llevar al país a participar en una guerra ilegal e injusta», (porque) «lo han hecho desoyendo el clamor popular (y) violando la legalidad internacional».
Olvidadas esas propuestas hacia el 15 de marzo de 2004, el lema para las elecciones de 2008 cambió a «motivos para creer» y el número de páginas subió a más de 300.
Cerca del final, en la 299, se lee que «hemos de contribuir a la construcción del Mediterráneo como una zona común de paz, prosperidad y progreso». También hay memeces como «desarrollar al máximo la Alianza de Civilizaciones» y «tras los positivos resultados de la Conferencia de Annapolis, continuaremos nuestros esfuerzos diplomáticos para que las negociaciones prosperen (…) y culminen con la existencia viable de dos Estados soberanos seguros, Israel y Palestina».
No extraña que Zapatero mienta a la nación cinco años después de escribir sobre el PP en su programa electoral que «cuando se han visto en la necesidad de justificar sus decisiones, han recurrido a la manipulación de datos, al ocultamiento de la información, a la mentira sobre las causas, los objetivos y las circunstancias de la guerra».
La primera respuesta de Zapatero a Rafael fue que el valor de lo exportado es «insignificante, no llega al millón de euros». Ya se sabe que la cifra es incorrecta, aunque lo importante es que ni siquiera la verdadera revela que la colaboración militar y científica con Israel es muy superior a la simple venta de munición.
España vende a Israel armamento, munición y también tecnología y equipamiento de doble uso, es decir, que exporta con la etiqueta de equipos de visión nocturna lo que son visores para fusiles, radares para control de la seguridad terrestre y marítima que se usan para identificar objetivos a abatir, sistemas de detección de intrusos que se emplean en misiles y así sucede con otros productos de alta tecnología.
¿A cuántos millones de euros asciende este comercio? No puede saberse a ciencia cierta porque es secreto en muchos casos, se disimula con las etiquetas mencionadas, se camufla entre programas de investigación tecnológica y militar europeos, de la OTAN y de otras organizaciones, a través de EADS (Compañía Europea de Aeronáutica, Defensa y Espacio) y de otras corporaciones, se sitúa en presupuestos, partidas y gastos de diferentes ministerios aparentemente ajenos a cuestiones militares, etc.
Ni siquiera es preciso vender directamente a Israel, ya que éste es socio prioritario de la Unión Europea y recibe de cualquiera de sus miembros el mejor trato en lo que se refiere a transferencia de tecnología militar y de doble uso.
Hay que sumar además las maniobras militares y los intercambios de información e inteligencia (espionaje) que España realiza con Israel y en conjunto con la Unión Europea y la OTAN.
En este tortuoso cuadro hay un dato cierto: Zapatero conoce perfectamente este entramado, sabe las razones de que el mecanismo sea tan intrincado y está al corriente del destino final del proceso de investigación más desarrollo más innovación, lo que los iniciados expresan con las siglas cabalísticas I+D+I y que la gente corriente llama muerte y destrucción en Palestina, Afganistán, Iraq y Líbano, dinero contante y sonante para la industria de armas y desorbitado presupuesto de guerra del Estado español.
La segunda respuesta de Zapatero fue: «estoy convencido de que nuestros componentes, el armamento que nosotros hemos vendido a Israel, no se ha utilizado para eso», refiriéndose al número de palestinos muertos entre diciembre y enero pasados y que asciende de momento a 1.400 y más de 5.000 heridos, según ha informado la ONU.
El profesor Anthony Cordesman, considerado un experto en asuntos militares y conocido por su simpatía hacia Israel, acaba de publicar The Gaza War. A Strategic Analisis. Afirma que «el ejército israelí ha evitado los enfrentamientos con Hamas en los que probablemente sufriría bajas considerables» y que por tanto «ha usado equipamiento de visión nocturna para la mayoría de los combates porque Hamas no tiene la tecnología ni el entrenamiento para luchar por la noche.»
No hace falta ser experto para afirmar como él que «Israel posee una enorme cantidad del armamento más sofisticado». Hace falta ser un cínico superlativo para asegurar en televisión que no hay responsabilidad española en aquellas muertes producidas principalmente por el ataque nocturno de carros y aviones de combate contra población civil sin ejército que la proteja.
Ahora mismo en Gaza hay investigadores, expertos forenses y en derechos humanos, buscando y analizando pruebas para desmentir a Zapatero. Éste ofreció en el programa proporcionar más información sobre las exportaciones: «son los datos al momento que yo puedo aportar aquí y que en todo caso lo podremos aclarar sin ningún problema».
Pocos días después, el jefe de gabinete de la presidencia, consciente como el resto de mandos del PSOE de la debilidad del discurso bonito frente a la fuerza de las imágenes de Gaza, ha dedicado mucho trabajo a responder por correo electrónico a la multitud de personas que enviaron un escrito al presidente para pedirle medidas respecto del ataque israelí. http://www.rebelion.org/
Pasa el tiempo y siguen sin respuesta las preguntas, entre ellas sobre el papel de las empresas españolas en coordinación con el gobierno, que el presidente conoce y oculta
Indra se anuncia como «multinacional de Tecnologías de la Información número 1 en España y una de las principales de Europa y Latinoamérica. Una sólida base tecnológica, innovación permanente, calidad en el proceso y en el resultado, exigencia en la gestión y alta cualificación de nuestros profesionales son los pilares de su éxito.»
Otro discurso tan bonito como engañoso, así que hay que fijarse en lo que produce: tecnologías de radar, LADAR, cámaras de visión nocturna y diurna, sistemas de comunicación con GPS, satélite, 3G, radio-enlaces, seguridad de redes, etc.
Esta quincallería electrónica la usa Israel en Palestina desde hace años, pero Zapatero no ha tenido tiempo en una legislatura entera y parte de otra de ocuparse de ello.
Indra forma parte de la alianza MRCM, líder en guerra electrónica y socio principal de Rafael, no el traductor sino Rafael Advanced Defense Systems, de Israel, que fabrica por su cuenta y con MRCM misiles y sistemas de guiado de diversos tipos, sistemas de alta tecnología para los tanques Merkava, etc.
Indra, junto con Telefónica Soluciones, Amper, Tecnobit, Elbit, Santa Bárbara, Izar, Navantia, CASA, Sainsel, Rymas y otras empresas, también colabora con Israel Weapons Industry (anteriormente Israel Military Industries), que se dedica a la fabricación de fusiles para francotiradores (que necesita tecnología de visión muy precisa), rifles de asalto y ametralladoras (que incorporan láser).
Indra es además miembro de TIPS, el grupo Transatlantic Industrial Proposed Solution, que lidera el desarrollo del Sistema de Vigilancia Terrestre de la OTAN. El peso del consorcio lo lleva el gigante armamentístico estadounidense Northrop Grumman, socio principal desde hace más de diez años de Rafael en varios sectores, entre ellos, electro-óptica para misiles, reconocimiento, espionaje, detección térmica y un largo etcétera.
Indra desarrolla un radar con Elta Systems, empresa israelí especializada en comunicaciones por satélite y radio-comunicación, esenciales para la guerra electrónica, espionaje, vigilancia, detección de objetivos, etc.
Indra está asociada con Lockheed Martin, otro gigante estadounidense de la industria militar, con el que comparte material, tecnología e información. Uno de sus proyectos estrella es el sistema de combate AEGIS, que se basa en la última tecnología de radares, sonares, sistemas de navegación, misiles guiados y programas informáticos.
Lockheed Martin informa en su página web de que construye el avión de combate F-16 «especialmente diseñado para Israel». El F-16 es mundialmente conocido por disparar misiles de 500 kilos sobre automóviles y edificios civiles en Gaza. El F-16 funciona con la más avanzada tecnología de radar, sistemas de navegación y de lanzamiento de misiles, o sea, el radar APG-68(V)9, que fabrica el grupo TIPS de Indra.
Las ventas de Indra superan los dos mil millones de euros anuales, tiene unos 24.000 empleados y clientes en más de 90 países. La lista de proyectos, material de guerra y socios de Indra es interminable y no hay forma de presentarlos aquí como no sea decir a modo de resumen que forman un poderoso grupo en el que todos se acuestan con todos sin parar al estilo Melrose Place y sacan pingües beneficios a base de hacer daño a miles, so capa de contribuir al avance de la tecnología, la seguridad y la riqueza.
Conviene mencionar sin embargo que no están solos en sus actividades, sino que cuentan con la colaboración de las Fuerzas Armadas, universidades (Politécnica de Madrid, Valencia, Castilla La Mancha, también privadas), autoridades centrales, autonómicas, locales, fundaciones y hasta ongs (¡cómo no!). Todavía se recuerda el patrocinio de Indra del Forum Barcelona 2004, cuyos objetivos eran la defensa de la cultura de la paz, el desarrollo sostenible y la diversidad cultural.
No parece que el millón de euros de Zapatero sea suficiente para que el Consejero del Ministerio de Defensa israelí en Madrid declare que «las relaciones entre nuestros países en el ámbito de la defensa se pueden calificar de más que buenas» y que «España es un objetivo importante y central» para ese ministerio.
Pero ni Rafael ni nadie -que no sea palestino, árabe o musulmán- tiene motivos para preocuparse demasiado, todas estas empresas tienen «Responsabilidad Social»:
«Para Indra, la responsabilidad de la empresa debe ir en línea con su actividad natural, la creación de riqueza, y en nuestro caso a través de la generación de soluciones y servicios, y de aquello que nos es propio y distintivo: la innovación».
Lo mismo diría Zapatero si fuese el director general de Indra, o cuando lo sea.