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Entrevista a Hilario Manzanedo Bergara, miembro de la asamblea contra el Tren de Alta Velocidad (TAV)

«Esta lucha puede dejar una huella social»

Fuentes: Rebelión

El movimiento contra el TAV, a través de una crítica radical al actual modelo de desarrollo, se ha fortalecido al unirse con otros conflictos.

DIAGONAL: ¿Cómo valoras la manifestación del 17 de enero contra el TAV en Urbina?

HILARIO MANZANEDO: Acudieron unas 5.000 personas de toda Euskal Herria a un lugar de difícil acceso, y ahí la valoración es muy positiva. Un grupo preparó una acción en las obras que siguieron unas mil personas. Creo que desde arriba y al calor del asesinato de Inaxio Uria y para cortar por lo sano una desobediencia civil tan masiva dieron carta verde y allí nos dieron una paliza de espanto. Al final se les fue de las manos y por eso presentaron las cosas con gravedad y anunciaron que llevaban a los ocho detenidos a la Audiencia Nacional. Se trató de una artimaña más, aunque el caso está en la Audiencia. En el expediente hay 120 personas indentificadas. Se está conformando, con lo que eso cuesta en la sociedad de hoy, un movimiento que va más allá de lo legalista y a través de una lucha real logra ir a las raíces de todas las nocividades ambientales y sociales que recibimos. En Urbina había muchos jóvenes. Una historia de este tipo suele dejar un poso, puede llegar a marcar una generación si se consigue que llegue este mensaje de lucha no sólo contra una infraestructura sino contra un modelo de desarrollo.

D.: ¿La represión de Urbina supone un punto de inflexión?

H.M.: Golpear ya nos habían golpeado, no es raro que ocurra, pero hubo una gran desmesura, quizás porque pudieron actuar con total impunidad al no tener testigos, porque la prensa ya se había marchado. En el proceso de criminalización del movimiento contra el TAV ya han zurrado a mucha gente y han estado las cosas muy tensas en sitios como el Goierri, Beasain u Ordizia.

D.: ¿Cuáles van a ser vuestros próximos pasos?

H.M.: Seguir con la campaña informativa en todos los formatos posibles. Desde hace dos años hemos intentado que sean los grupos locales los que tengan viveza, con toda la creatividad que se pueda para abrir el mensaje y luego hacer movilizaciones generales. Seguiremos con actos de desobediencia civil, aunque de manera autoorganizada, a partir de grupos en cada territorio. La cantera ha venido básicamente de gente joven que en los pueblos afectados ha hecho una piña, después de muchos años de pequeñas acciones que han fomentado simpatía. Se ha ido entroncando una cantidad de gente importante que relaciona el conflicto del TAV con sus conflictos diarios y locales.

D.: Si el PSE se hace con el Gobierno vasco, ¿crees que cambiarán mucho las cosas?

H.M.: No. ¿Más represión, más artimañas de manipulación? Ya les costaría. Lo que ha hecho el PNV es brutal, con su enorme campaña de publicidad, hecha con dinero público. Aunque hay obras que son visibles para cualquiera, todos los días las radios difunden su campaña: «Viaja en Euskotren, el TAV sólo ocupa 14 metros»… aunque saben que es mucho más. Más veneno que ése les iba a costar. En otros aspectos, quizás tengan más medios del Estado…

D.: A pesar de que tras el atentado contra Uria tanto la Asamblea como la coordinadora Elkarlana manifestaron su rechazo a la intromisión de ETA en esta lucha, ésta ha vuelto a atacar a intereses de los promotores de la obra. ¿Cuál es tu valoración?

H.M.: Tenemos que seguir defendiendo nuestra autonomía. Si la intención, con todo bastante utópica, es ir sumando para llegar a ser una masa crítica desbordante que tome conciencia alrededor de la problemática del TAV y de la sociedad que conforma, la intervención de un grupo armado pseudoprofesional no ayuda nada. Ahora, que la misma clase política y empresarial que destroza ríos y valles y hace desmanes enormes te exija en qué términos tienes que rechazar una acción me parece de una hipocresía absoluta. Me piden que condene. Yo les condeno a ellos, que destrozan las bases mismas de la vida y generan una destrucción irrecuperable para las generaciones venideras. Esta intromisión no nos ha pillado con el pie cambiado porque cuando algo como esta lucha crece, es habitual que ETA, que lleva más de 50 años, aparezca.

D.: ¿Qué modelo de movilidad propone la Asamblea antiTAV?

H.M.: Estamos totalmente en contra de la imposición de un tipo de movilidad que ha traído acumulación de capitales, destrucción y miseria en muchos sitios. Hay que parar esta hipermovilidad, reducir las necesidades creadas, fomentar el autoabastecimiento más local y quitarse de superfluidades. En este escenario nos negamos a plantear alternativas porque es una trampa. Podemos indicar soluciones parciales, como un tren con limitaciones, pero nos interesa más la reflexión sobre el modelo, para construir la casa desde la base.