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El ejemplo del futbolista

Fuentes: Rebelión

El pasado sábado 30 de mayo, un periódico nacional dedicó dos páginas a un reportaje sobre el pequeño pueblo manchego donde resido. El motivo es que de esa misma localidad procede un exitoso futbolista del F.C. Barcelona al que, según el diario, se le considera el mejor de España. Ni que decir tiene que días […]

El pasado sábado 30 de mayo, un periódico nacional dedicó dos páginas a un reportaje sobre el pequeño pueblo manchego donde resido. El motivo es que de esa misma localidad procede un exitoso futbolista del F.C. Barcelona al que, según el diario, se le considera el mejor de España. Ni que decir tiene que días antes ya habían pasado por este municipio de poco más de mil habitantes televisiones nacionales y, por supuesto, todos los medios regionales, atraídos por el mismo asunto. Entre los testimonios recogidos por el diario se encontraba el del concejal de Cultura, un brillante ingeniero astrónomo del Centro Superior de Investigaciones Científicas que durante un largo periodo trabajó para la NASA.

De modo que allí teníamos al ingeniero astrónomo de la NASA, cuyo interés para la prensa estribaba en que pudiese hacer declaraciones sobre un futbolista. Igual podría haber sido un insigne cirujano o un brillante poeta, quizá hasta un Premio Nobel, para nuestros medios de comunicación su valor se limita a los comentarios que pudiese realizar en torno a un jugador de fútbol. De hecho en el municipio también reside un pintor expresionista de reconocimiento internacional que, al no opinar de fútbol, tampoco sirve para dignificar al pueblo.

Por supuesto, no es mi intención restar valor y mérito al futbolista en cuestión. En el pueblo están orgullosos de él porque ha convertido en famoso el nombre de esta localidad, sin que yo entienda para qué interesa la fama. Siempre preferiré un pueblo con infraestructuras y buena gente que con fama, pero quizá sea una opinión muy personal, indigna de interés.

Plantear la miseria de que un modelo social destine miles de veces más dinero a un jugador de fútbol que, por ejemplo, a un Premio Nobel de Medicina, ya era inquietante. Lo que ya me ha resultado deprimente es que los ingenieros de la NASA interesen a los medios si es para hablar del futbolista. No hace falta que diga que en el colegio del pueblo ningún niño puede entender qué sentido tiene estudiar o aprender, si lo más considerado en su sociedad y en sus medios de comunicación es la capacidad de jugar a la pelota, que es lo que ellos hacen en el recreo, no dentro del aula.

Pronto llegará el día en que, si surge un buen regateador en Lanzarote, los periodistas vayan a entrevistar a José Saramago para conocer sus impresiones sobre el deportista.

www.pascualserrano.net