Al igual que muchos periodistas de su generación que en cualquier otro país serían editores de los suplementos dominicales de los periódicos o algún programa de TV, la periodista María Olivia Mönckeberg no tiene espacio para desarrollar su pasión investigativa, ni contribuir a la producción de contenidos mediáticos.Pese a haber sido galardonada con el Premio […]
Al igual que muchos periodistas de su generación que en cualquier otro país serían editores de los suplementos dominicales de los periódicos o algún programa de TV, la periodista María Olivia Mönckeberg no tiene espacio para desarrollar su pasión investigativa, ni contribuir a la producción de contenidos mediáticos.
Pese a haber sido galardonada con el Premio Nacional de Periodismo 2009 y haber publicado clarificadoras investigaciones sobre temas sensibles de la sociedad, como El Saqueo de los grupos Económicos al Estado Chileno (2001), El Imperio del Opus Dei en Chile (2003) y El negocio de las universidades en Chile (2007).
Ahora viene de vuelta y su blanco es el monopolio de la prensa en Chile, investigación en la que nos mete en los vericuetos de la conformación de los imperios que dominan el panorama mediático. Se trata de ‘Los Magnates de la prensa’, publicado por Random House Mondadori en su sello Debate.
El libro da cuenta de los dueños de los medios de comunicación en Chile, cómo lograron amasar la fortuna y el poder que los tiene a la cabeza de dichos conglomerados, da un atisbo de los rasgos que caracterizan sus personalidades y los lazos que han establecido con el poder político y económico.
Desfilan por su libro Agustín Edwards, Álvaro Saieh, Sebastián Piñera y el fallecido Ricardo Claro, quienes levantaron sus poderosos medios beneficiados por las privatizaciones impulsadas por la dictadura y sus asesores civiles, que terminaron muchas veces sentados en sus consejos editoriales.
También Mönckeberg da cuenta de los capitales extranjeros que han entrado al mercado mediático criollo, sean John Malone, Remigio Ángel González o Carlos Slim
¿Qué cobertura en la prensa chilena han tenido las investigaciones que ha realizado?
– Muy poca. Han sido silenciados e invisibilizados por la gran prensa. Sé que era predecible con mi libro sobre las universidades, ya que además del consenso que tienen respecto del modelo económico, mi investigación daba cuenta de los lazos entre el poder económico, los medios y dichos centros de estudio. Con esta investigación espero menos cobertura por razones obvias.
¿Qué conclusión sacas luego de examinar a los grupos mediáticos respecto de sus vínculos con el poder económico?
– Los grupos de poder empresarial y comunicacional chilenos están conectados. No podemos verlos como algo aislado. El control que ejerce la derecha sobre los medios tiende a la perpetuidad del modelo económico que generaron en la dictadura. El modelo económico lo han dejado amarrado de diversas formas. Mover eso es difícil y los medios tienden a ensombrecer aquello. Los magnates propietarios de los grupos constituyen, en sí, un sólido poder económico, político e ideológico. Estos en los ochenta fueron respaldados por el Estado y continuaron con el apoyo de sus avisos en estos años.
¿Para qué sirve lo que haces?
– Espero que sirva para ayudar a clarificar los que está ocurriendo con los medios de comunicación en el país. Espero que lo lean gente de todos los colores y sobre todo los más jóvenes. Para mí estas investigaciones son una forma de hacer periodismo, ya que no tengo la posibilidad de hacer periodismo hoy en día en los espacios existentes.
¿Qué te motiva?
– La gente suele tener mala memoria. Creo demasiado importante la historia para configurar y entender lo que somos.
¿Qué le parece que en nuestro país, a diferencia de cualquier país del mundo, los periodistas que se han destacado haciendo periodismo de investigación estén fuera de los medios?
– Es una demostración de lo que cuento en Los Magnates de la Prensa. Periodistas que en los ’80 y aún hacen potentes investigaciones no tienen espacio en la prensa tradicional.
¿Cómo financia sus investigaciones?
– Si bien la había empezado, este lo hizo posible gracias al Fondo del Libro, género referencial, que me da la libertad absoluta para escribir.
LA PÉRDIDA PATRIMONIAL DEL BANCO DEL ESTADO
¿Cuál es el efecto de la política de no hacer política comunicacional asumida por el gobierno de Eduardo Frei?
– Eso ha ido en contra de la propia Concertación por no haber tomado el peso o haberle hecho el caso a quienes creyeron que no importaba tener una política comunicacional más activa. No digo que el Estado deba mantener a los periodistas. Aquí hubo un apoyo potente y un perdonazo económico de parte de la dictadura a las cadenas de El Mercurio y Copesa, lo que benefició a Edwards y Saieh, lo que hizo que partieran la transición democrática con una ventaja comparativa respecto de los otros medios que existían en aquella época.
¿Qué ventajas les dio la dictadura a El Mercurio y Copesa?
– Muchas, si ambos medios a mediados de los ’80 estaban quebrados y se salvaron sólo con la ayuda del Banco del Estado, que les dio abultados créditos. Claro que después de que ganara el No en 1988, hubo especial preocupación en transferir esa deuda a la banca privada. Como estas deudas eran tan significativas hasta quisieron privatizar el Banco del Estado, cosa a la que se opusieron los trabajadores del banco y el resto de la Junta Militar a Pinochet. Incluso, la que no pudieron transferir llegaron a firmar acuerdos con los directivos del banco a pagarla con publicidad. Todo este apoyo perjudicó la libre competencia mediática en Chile.
¿Qué personajes fueron parte de este proceso?
– El más clave fue Álvaro Bardón, quien luego de estar a cargo del Banco del Estado y amarrar esas condiciones de pago de deudas de El Mercurio se fue a trabajar al mismo diario.
¿A cuanto ascendieron las pérdidas para el Banco del Estado por transferir dichas deudas?
– Una investigación hecha ya en democracia encargada por el mismo banco a una consultora la cuantifica en un 8% de los activos del Banco del Estado.
TODOS AMIGOS
¿Qué relación establece entre los medios de comunicación y los grupos económicos en Chile?
– Es absolutamente directa. Alvaro Saieh es dueño del 75% Corpbanca, luego de 2 operaciones que hizo después que el libro entrara a imprenta, con toda su red de seguros, la cadena de supermercados como Unimarc, el 20% de Ripley, el grupo Dial en radios, en Farmacias Ahumada y en mall. Para Saieh el diario es una pieza muy importante de sus negocios e influencia, pese a que no ha logrado captar una masa de lectores, pese a que le ha disputado sectores ABC1 a El Mercurio, fundamentalmente jóvenes.
¿Y El Mercurio?
– El Mercurio tiene mucha afinidad con el grupo Matte, de la CMPC. Edwards si bien ha perdido poder económico, tiene bastantes negocios en lo agrario y los criadores de caballos.
También en tu libro destacas a Sebastián Piñera…
– Piñera tiene sus dineros desperdigados siguiendo el modelo de las AFP. Así Chilevisión no sólo depende en términos editoriales o de contenido con Lan, también está vinculado con concesionarias a través de una sociedad que tiene con José Cox.
LOS AVISADORES
¿En Chile el actuar de avisadores corresponde a decisiones de mercado o ideológicas?
– Hay algo de lógica de mercado a la hora de decidir donde ponen la publicidad, pero pesan además los criterios ideológicos e identificación con el medio. Se evidencia con The Clinic, uno de los semanarios de mayor venta pero la cantidad de su avisaje no se condice con eso.
¿Cuál es el problema de la actual situación de la prensa en el país?
– Los medios de dichas cadenas terminan poniendo cortinas a las personas para que no vean la realidad y se informen para poder discutir de los problemas de sus vidas.