Superar definitivamente la falsa antinomia entre independentismo e internacionalismo y derrotar la lógica del patriarcado son dos de los principales retos del socialismo del siglo xxi, según el matemático y ensayista Carlo Frabetti. El periodista belga Michel Collon complementó la apuesta con la consolidación de un frente antiimperialista. Las jornadas «En defensa de la humanidad» […]
Superar definitivamente la falsa antinomia entre independentismo e internacionalismo y derrotar la lógica del patriarcado son dos de los principales retos del socialismo del siglo xxi, según el matemático y ensayista Carlo Frabetti. El periodista belga Michel Collon complementó la apuesta con la consolidación de un frente antiimperialista.
Las jornadas «En defensa de la humanidad» organizadas en Donostia por la asociación Aske (Alfonso Sastre Kultur Elkartea) entraron ayer en el meollo de la cuestión de los retos del neosocialismo de la mano del matemático y ensayista de origen italiano Carlo Frabetti y del periodista belga Michel Collon.
Ante un público que, por segundo día consecutivo, abarrotaba la sala del centro cultural Koldo Mitxelena, Frabetti opinó que debe hablarse de «los socialismos», en plural, porque existen experiencias y fórmulas diversas que no son intercambiables entre países diferentes, y porque el concepto encierra así el reconocimiento de las realidades locales que algunos, desde la propia izquierda, todavía se empeñan en oponer al internacionalismo. Para Frabetti, debe superarse definitivamente esa contradicción al objeto de hacer frente al neoliberalismo.
«En una época en la que el capitalismo adopta la forma de un imperialismo avasallador que intenta arrebatarles a los pueblos su identidad para poder arrebatarles todo lo demás -argumentó-, la defensa de la soberanía y el derecho de autodeterminación se convierten en un aspecto fundamental de la lucha anticapitalista».
Este divulgador científico propugnó también la superación de la «lógica patriarcal» de dominación de género del hombre sobre la mujer, que sigue «ocupando las conciencias, incluso en parte de la izquierda».
Desde el terreno de la antropología, opinó que el nuevo socialismo debe atender y dar respuesta a las pulsiones básicas de la humanidad: la alimentación, el sexo y el miedo, aspectos centrales de todas las culturas del planeta. Respecto al primero de los puntos, Frabetti, que expuso su vegetarianismo militante, enumeró las consecuencias nefastas de un modelo de consumo masivo de carne en los países ricos como hábito cultural, lo que origina graves consecuencias ecológicas y desequilibrios naturales. Para generar un kilo de proteínas animales -reveló-, son necesarios nueve kilos de proteínas vegetales en la alimentación del ganado.
Consideró imprescindible acabar con otras manifestaciones de la lógica patriarcal como el belicismo, expresado en el «deseo de aplastar al contrario», y el puritanismo heredado de la moral cristiana y que también alcanza las conciencias de muchos defensores del socialismo.
Frente antiimperialista
Por su parte, el periodista Michel Collon, especializado en el papel de los medios de comunicación en las sociedades capitalistas, advirtió que las fuerzas del neoliberalismo «intentan convencernos de que somos impotentes, pero eso es falso; tenemos un papel que jugar». En esa línea, insistió en la necesidad apremiante de crear un frente mundial de resistencia contra el imperialismo y auguró posibles agresiones contra Venezuela, Cuba o China. A pesar de ello, descifró algunos síntomas de optimismo al estimar que «el mundo camina hacia la multipolaridad» como consecuencia del «fin del imperio del dolar» y del retroceso del imperialismo por los reveses experimentados por EEUU en Irak y Afganistán, e Israel en Líbano… No obstante, desveló su temor ante la discreta pero agresiva segunda fila del presidente Barack Obama.
Se sumó al planteamiento de Frabetti para hablar de «diferentes modelos de socialismo» por las variadas experiencias en distintos países y diversas épocas, y alertó sobre los peligros del socialismo de tiempos ya lejanos: copiar modelos de otras naciones, negar el pasado y juzgar experiencias sin conocerlas.
«No se puede hacer un socialismo más rápido que las conciencias de la gente», reflexionó.
Collon, que en los últimos años ha estudiado a fondo la realidad venezolana, opinó que el país «todavía no está en la práctica socialista sino en un proceso de reformas», pero defendió los logros alcanzados como el fin del colonialismo económico, cultural y político mediante la recuperación de la soberanía. En virtud de la redistribución del dinero generado por el petróleo desde la llegada de Chávez al poder -señaló-, se están anulando la pobreza y el analfabetismo y se están extendiendo la educación y la salud.
Collon, que en su último libro ha definido estos avances del Gobierno bolivariano como «los siete pecados de Hugo Chávez», consideró que son, precisamente la respuesta del estadista latinoamericano a las siete plagas que azotan a la humanidad: el pillaje de las materias primas y de la mano de obra, las élites que venden sus países, la deuda externa, las privatizaciones, el robo de cerebros y el colonialismo cultural y económico.
Esta tarde finalizarán las jornadas con las intervenciones de la economista vasca Nekane Jurado y del sociólogo y politólogo argentino Atilio Borón.