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Valparaíso y la corrupción

Fuentes: Rebelión

Las autoridades debieran promover medidas preventivas que eduquen a los funcionarios públicos en códigos de ética y comportamiento y organizar campañas públicas que resalten la honestidad. Según datos de una encuesta publicada recientemente (Por el IST y el Duoc-UC) la percepción de los ciudadanos de la V región de Valparaíso, respecto de la corrupción es […]

Las autoridades debieran promover medidas preventivas que eduquen a los funcionarios públicos en códigos de ética y comportamiento y organizar campañas públicas que resalten la honestidad.

Según datos de una encuesta publicada recientemente (Por el IST y el Duoc-UC) la percepción de los ciudadanos de la V región de Valparaíso, respecto de la corrupción es tajante. Un 65 % considera que la región es corrupta o medianamente corrupta. Un 78 % cree que la corrupción daña la imagen de la región. Pero eso no es todo. Más de un 64 %, dice sentir vergüenza o indignación.

La imagen deteriorada de la región, debido a los escándalos de corrupción en la administración pública, debe llamar la atención de las autoridades quienes deben enviar señales concretas a los ciudadanos que dichas prácticas disminuirán considerablemente.

Un primer aspecto, tiene relación con la ley de Transparencia. En la medida que las autoridades colaboren activamente con informar públicamente sobre los asuntos financieros de sus instituciones, la corrupción rondará menos entre las arcas fiscales.

Otro aspecto importante son las medidas preventivas que eduquen a los funcionarios públicos en códigos de ética y comportamiento, que debieran ir acompañados con campañas públicas que promuevan la honestidad, y el compromiso por aquello que pertenece al común de los chilenos. Se requiere un cambio de actitud, frente a todo lo que implique perdida del matrimonio publico.

Ello implica poner en debate un conjunto de conductas frente al delito económico y perdida de patrimonio. Vale decir, repudiar el fraude millonario y el desvío de fondos públicos, como también el robo de una señalética de transito, que finalmente sirve de trofeo y termina por adornar la pieza de una persona. Aunque parecen actos completamente asimétricos, tiene un eje común: ambos generan dañan la propiedad pública, cuestión que no se debe tolerar.

Un tercer aspecto tiene relación con promover el control ciudadanos sobre los bienes comunes, mediante el apoyo material a la creación de organizaciones independientes y de la sociedad civil, que promuevan la educación basada en la honestidad.

* El autor es docente de la Universidad ARCIS, Valparaíso.