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Discurso en la Cámara de Diputados en homenaje al poeta a los 37 años de su muerte

«Neruda canta al amor, pero también es intérprete de los reclamos y luchas del pueblo»

Fuentes: Rebelión

Señora Presidenta: A 106 años de su natalicio y 37 de su partida, la Cámara de Diputados rinde homenaje al gran poeta Pablo Neruda. Ese día diste la voz de partida y como siempre encabezaste la primera manifestación de protesta de tu pueblo. Se confirma lo que anunciaste: «Yo no voy a morirme. Salgo ahora […]

Señora Presidenta:

A 106 años de su natalicio y 37 de su partida, la Cámara de Diputados rinde homenaje al gran poeta Pablo Neruda.

Ese día diste la voz de partida y como siempre encabezaste la primera manifestación de protesta de tu pueblo.

Se confirma lo que anunciaste:

«Yo no voy a morirme. Salgo ahora en este día lleno de volcanes, hacia la multitud, hacia la vida».

Neruda de Chile, rico en artistas y creadores como Violeta, Víctor Jara, Sergio Ortega, Patricio Bunster, Santos Chávez, como Gabriela Mistral, a quien Neruda conociera en Temuco.

Creador universal reconocido, Premio Nobel de Literatura.

Neruda de amistades. Poeta del amor, de los pájaros, de la naturaleza. Amigo de la buena mesa. Amante de la vida y que convirtiera sus Memorias en un «Confieso que he vivido».

Ciudadano de Chile y del mundo comprometido con las aspiraciones y demandas de los trabajadores y del pueblo, las de ayer y las de hoy.

Neruda hombre completo: poeta, militante, representante del pueblo.

Neruda canta al amor, pero también es poeta intransigente, intérprete de los reclamos y luchas del pueblo.

De las luchas centenarias de los mapuche, a quienes admira y conoce bien de su residencia en la Araucanía. Neruda estaría hoy apoyando la huelga de hambre de los comuneros mapuches.

Cuando conmocionan a Chile y al mundo el entierro en vida de los 33 mineros de la mina San José como resultado de la codicia empresarial amparada por la legislación y la institucionalidad oficial, resuenan las palabras de su Testamento del Canto General: «Dejo a los sindicatos del cobre, del carbón y del salitre mi casa junto al mar de Isla Negra. Quiero que allí reposen los maltratados hijos de mi patria…»

Gran amigo del poeta español Federico García Lorca, asesinado por la dictadura franquista. Tomando posición durante la Guerra Civil española, establece su definición poética:

«Preguntareis por qué su poesía no nos habla del sueño, de las hojas, de los gr andes volcanes de su país natal. Venid a ver la sangre por las calles,…» Y como anticipándose, también acusa: «Generales traidores, mirad mi casa muerta, mirad España rota, venid a ver la sangre por las calle…»

El gobierno del Frente Popular encabezado por Pedro Aguirre Cerda lo instal ó, en 1939, en París con el cargo de cónsul para la inmigración española , donde organizó el más humanitario viaje organizando por Chile con más de 2000 refugiados en el Winnipeg.

En marzo de 1945, Neruda es electo como senador del Partido Comunista por las provincias de Antofagasta y de Tarapacá. En esa calidad, rechazó y rompió con el gobierno de González Videla, a raíz de una violenta represión contra los mineros del carbón de Lota, en octubre de 1947.

Producto de ello es que al Neruda escribe el 6 de enero de 19 48, su histórico discurso «Yo acuso», en el Parlamento, en que denuncia la antidemocracia. Lo destituyen de su cargo en septiembre de 1948 en el marco de la llamada Ley de Defensa de la Democracia, que proscribe al Partido Comunista, elimina a 26.000 personas de los registros electorales. Neruda fue perseguido y debió ocultarse durante los trece meses siguientes. En 1949, salió al exilio cruzando clandestinamente la cordillera.

Retornó a Chile en 1952, aclamado por la gente en la Alameda, y se suma con entusiasmo a la primera candidatura a la Presidencia de Salvador Allende.

El Partido Comunista de Chile lo nominó como su precandidato a la Presidencia de la República en 1969 y cuando triunfó Salvador Allende y asumió como Presidente de la República, fue designa do embajador en Francia.

Cuando fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, nuestro pueblo se volcó a las calles y lo saludó en un memorable acto de masas en el Estadio Nacional, presidido por el Presidente Allende.

En el discurso pronunciado en ocasión de recibir el Premio Nobel habla con pasión de Chile, de su naturaleza, de su gente, y de los deberes del poeta: «Comprendí, metido en el escenario de las luchas de América, que mi misión humana no era otra sino agregarme a la extensa fuerza del pueblo organizado…Porque creo que mis deberes de poeta no solo me indicaban la fraternidad con la rosa y la simetría, con el exaltado amor y con la nostalgia infinita, sino también con las ásperas tareas humanas que incorporé a mi poesía».

Neruda fue parte del pueblo, tomó parte en la larga columna de lo s pobres y oprimidos para convocar a la felicidad colectiva, luchó y sostuvo en sus hombros una porción del dolor de todos los hombres. Porque la cultura es estéril, opaca y vacía, si no la compartimos, haciéndola pan de todas las mesas de la tierra.

Gran genio poético, Neruda tuvo la grandeza de saberse parte de un colectivo. En el poema A mi Partido, deja un verdadero legado a la política como quehacer colectivo en beneficio del pueblo: «…Me has hecho indestructible porque contigo no termino en mí mismo».

Al morir el 23 de Septiembre de 1973, cuando imperaba el terrorismo de estado, las detenciones, saqueos y asesinatos, fue el pueblo de Chile quien se hizo cargo de los homenajes y reconocimientos y t omó su nombre transformándolo en bandera.

Permítanme compartir con ustedes un regalo que nos hizo a los jóvenes comunistas en ocasión de nuestro Séptimo Congreso en 1972: «Dedico este trébol a la Juventud Comunista de mi patria. La primera hoja es la de la alegría; porque pueda ser compartida y repartida en toda la tierra. La segunda hoja es la d e la conciencia; la de una sociedad que debemos elevar a la dignidad del hombre. La tercera hoja es la de la seguridad; la historia se mueve hacia adelante, dejando a tras a los retardatarios y a los impacientes. La cuarta hoja es la del partido; hombres anónimos que me dieron las mayores lecciones de mi vida.

Tu sensibilidad y conciencia por las causas de justicia social, se representa también en la por el derecho al pan:

«Sentémonos pronto a comer
con todos los que no han comido,
pongamos los largos manteles,
la sal en los lagos del mundo,
panaderías planetarias,
mesas con fresas en la nieve,
y un plato como la luna
en donde todos almorcemos.
Por ahora no pido más
que la justicia del almuerzo».

Pablo Neruda sigue siendo gran embajador de Chile en el mundo, a través de él muchos llegan a conocer nuestro país. Es una prestigiosa tarjeta de presentación. En justicia alguna vez su nombre será llevado por el principal Aeropuerto de nuestro país.