Otro caso escandaloso de asesino y torturador latinoamericano refugiado en Estados Unidos donde prosperó gracias a sus conexiones con la inteligencia norteamericana. Un brigadier retirado del Ejército chileno, Jaime García Covarrubias, que fue Jefe de Contrainteligencia en la DINA, la policia secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, trabaja en Washington desde el 2001, como […]
Otro caso escandaloso de asesino y torturador latinoamericano refugiado en Estados Unidos donde prosperó gracias a sus conexiones con la inteligencia norteamericana. Un brigadier retirado del Ejército chileno, Jaime García Covarrubias, que fue Jefe de Contrainteligencia en la DINA, la policia secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, trabaja en Washington desde el 2001, como profesor de Asuntos de Seguridad Nacional en el Centro de Estudios Hemisféricos para la Defensa de Estados Unidos adscrito al Pentágono.
Como colmo, se acaba de revelar en Chile, que este torturador de la dictadura pinochetista está ahora acusado de haber sido un torturador que obligaba a sus víctimas a cometer aberraciones sexuales. En septiembre, García Covarrubias tuvo que viajar a Chile por orden de un tribunal investigando casos relacionados a los horrores del régimen pinochetista y ex prisioneros como ex militares que fueron sus subalternos lo acusaron formalmente de haber actuado con «crueldad y tratos inhumanos» no solo contra los detenidos sino hacia los propios soldados del regimiento «Tucapel», en la sureña ciudad de Temuco.
Según el sitio web chileno memoriaviva.com, Jaime García Covarrubias fue miembro del Estado Mayor de la DINA como jefe de Contrainteligencia.
También dirigió la Sociedad Pedro Diet Lobos, «pantalla comercial de la DINA para encubrir actividades tanto en Chile como en el exterior del pais».
En noviembre de 1988, asume la Subsecretaria General de Gobierno. Fue durante 3 años asesor del Ministerio Secretaria General de la Presidencia.
«Se comentaba que era una de las personas que le escribía o le asesoraba los discursos a Pinochet», señala memoriaviva.com.
«SE DESTACABA POR SU CRUELDAD Y TRATOS INHUMANOS»
Durante los procedimientos judiciales, una de las víctimas del «profesor» reclutado por el Pentagono, lo acusó de haberlo torturado «junto a otros prisioneros».
«El oficial Jaime García Covarrubias comenzó a golpearnos y desnudos nos obligó a efectuar actos sodomíticos, sin éxito», declaró el ex detenido Herman Carrasco Carrasco. Otro ex detenido, Víctor Maturana, afirma que «de mis torturadores pude identificar al capitán Nelson Ubilla, y a los tenientes Manuel Vásquez Chahuán y Jaime García Covarrubias».
Por su parte, el ex soldado Héctor Barra Reyes, declaró judicialmente que «me consta que el capitán Nelson Ubilla y los hermanos Jaime y Raimundo García Covarrubias interrogaban a los detenidos en el lugar donde los torturaban»
Agrega el testigo que los abusos eran cometidos «principalmente por el de nombre Jaime».
Según el ex militar Oscar Inostroza, «el teniente Jaime García Covarrubias se destacaba por su crueldad y tratos inhumanos hacia los detenidos y los propios conscriptos (reclutas)».
Igual cargo le formuló el ex soldado Enrique Moreno: «del teniente Jaime García recuerdo su crueldad con los prisioneros».
El actual profesor de una «respetada instituci{on» del Pentagono es adem{as sospechado de la muerte de seis militantes comunistas fríamente ejecutados por Jaime García Covarrubias y otros oficilaes de inteligencia.
En sus declaraciones judiciales, el actual profesor del Centro de Estudios del Pentágono reconoció que perteneció a la DINA, la Gestapo de Pinochet, como instructor de agentes en técnicas de interrogatorio y contrainteligencia, por lo que en su hoja de vida, dice, obtuvo «varias felicitaciones».
UN HECHO «DE EXTREMA GRAVEDAD»
«Es de una extrema gravedad que un ex agente de la DINA (policía secreta de la dictadura) que permanece acusado en un proceso de torturar prisioneros y luego convertirse en instructor para técnicas de represión, permanezca en una institución dependiente del Pentágono de Estados Unidos», comenta Hugo Gutiérrez, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de Chile.
«Este señor no puede seguir desempeñándose en Estados Unidos en un Centro de Estudios del Pentágono, las acusaciones en su contra son muchas y muy graves», añadió el parlamentario, perteneciente al Partido Comunista y abogado especialista en derechos humanos.
Gutiérrez se reunira, junto al diputado socialdemócrata Tucapel Jiménez, también miembro de la Comisión y el ex prisionero político Herman Carrasco, uno de los acusadores de García Covarrubias, con el embajador de Estados Unidos en Chile, Alejandro D. Wolff.
Las relaciones entre la inteligencia norteamericana y la policia secreta del dictador chileno Pinochet fueron abundantes.
Entre otros testimonios, el ex Jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA), general en retiro Manuel Contreras, contó en un informe redactado en la cárcel, cómo viajó a Estados Unidos, en agosto de 1975, y que sostuvo entonces varias «reuniones de trabajo» con el general Vernon Walters, el subdirector de la CIA, brazo derecho de George Bush.
En el curso de estas consultas, Walters se dijo «muy interesado» en que Contreras visitara la Dirección de Seguridad e Inteligencia Pública (DISIP) en Caracas, donde los siete más altos comisarios eran cubanos y pertenecían a la CIA, uno de ellos siendo Luis Posada Carriles, entonces Jefe de la División General de Seguridad.
Unos meses m{as tarde se creaba, en Bonao, Republica Dominicana, la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), bajo orientación de la CIA. Esta reagrupación de organizaciones terroristas cubanoamericanas, pronto dirigida por Orlando Bosch, colaboró con fervor con la policía pinochetista.
Bosch y Posada viven hoy libres en Miami, en la Florida, donde celebran abiertamente sus crímenes terroristas.