Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que los personajes más relevantes del año 2010 merecen una mención especial. -Premio «Manos arriba (de oro)» a los mercados financieros. -Premio «Esto no es lo que parece» a José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, por su traición a los españoles al haberle puesto los […]
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que los personajes más relevantes del año 2010 merecen una mención especial.
-Premio «Manos arriba (de oro)» a los mercados financieros.
-Premio «Esto no es lo que parece» a José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, por su traición a los españoles al haberle puesto los cuernos a las políticas sociales con su amante, las políticas neoliberales.
-Premio «Brotes verdes» a José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, por su reiterada manipulación de la realidad sobre la economía española, de la que acaba de explicar que le quedan aún 5 años para empezar a ver la luz.
-Premio «Si es por tu bien» a Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, por haber rebasado él mismo la edad de jubilación con que recomienda que se joda a los españoles y seguir trabajando en el diseño de nuevas recomendaciones que nos jodan aún más.
-Premio «Hilillos de plata» a Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular y perdedor de dos elecciones generales, porque a pesar de su denodada lucha contra la corrupción entre los dirigentes de su partido, todavía fluyen incontables hilillos de plata que van desde los distintos erarios públicos hasta los bolsillos de sus dirigentes sin que su barbado líder los ponga en la picota.
-Premio «El hombre invisible» a Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular y perdedor de dos elecciones generales, por su inexistente capacidad de trascender en la vida política nacional.
-Premio «Perro ladrador poco mordedor» a Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del Partido Popular.
-Premio «Verde que te quiero verde» a José María Aznar, vergonzante ex-presidente del gobierno español, por su amor al color verde de los billetes de dólar, aunque para ello tenga que reconocer que siempre fue ecologista.
-Premio «Belén Esteban» a Esteban González Pons, vicesecretario de comunicación del Partido Popular, porque cada circo necesita su payaso.
-Premio «Transparencias» a María Dolores de Cospedal, Sectaria general del Partido Popular, por insinuar sin mostrar, por sugerir sin declarar, por no querer presumir de todos los bienes de su propiedad.
-Premio «Alí Babá» ex-aequo a los cuarenta dirigentes del PP más proclives a quedarse con lo que no es suyo.
-Premio «Ya es casualidad» a Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, por haber demostrado que la estadística en la lotería no es una ciencia exacta.
-Premio «Insolvente de honor» a Gerardo Díaz Ferrán, ex-presidente de la confederación de empresarios, por sus repetidas demostraciones de falta de honor y honestidad.
-Premio «Y tu más» al Partido Popular, por su única y martilleante réplica parlamentaria.
-Premio «Dogma de fe» al Partido Popular, por su inexistente programa electoral.
-Premio «Con pólvora del rey bien se tira» a Alberto Ruiz Gallardón, Alcalde de Madrid, por la condena a deuda perpetua que le ha caído a los madrileños con su pésima e interesada gestión del gasto.
-Premio «¡A que te meto!» a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, por que florece lo peor de su barrio en cada aparición pública o declaración que hace.
-Premio «Si es que las visten como putas» ex aequo a Sánchez Drágo y a Salvador Sostres, ambos de profesión impresentable, por su encendida e impune defensa del sexo pederasta.
-Premio «Memoria viva de Atapuerca» ex-aequo a Alfonso Ussía, escritor y periodista, y Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, por facilitar a la Arqueología el estudio en seres vivos de especies sub-humanas que se creían desaparecidas hace milenios por su bajísimo nivel social.
-Premio «Quijote» a Baltasar Garzón, juez ex de la Audiencia Nacional en exilio político forzoso, por su lucha contra los molinos franquistas.
-Premio «Tú a Palma y yo a Baqueira» a los reyes de España, por su inestimable (?) contribución para acabar con la crisis.
-Premio «Quien parte y reparte« a Emilio Botín, presidente del Banco Santander, por hacer honor un año más a su apellido.
-Premio «Hipertrola» a las compañías eléctricas, porque a pesar de la liberalización del mercado, los precios de la luz no han dejado de subir y comenzarán el 2.011 con nuevas subidas.
-Premio «Manos arriba (de plata)» a la Organización Mundial de la Salud por su complicidad en la promoción del miedo en la sociedad para facilitar el saqueo de las cuentas públicas por parte de las farmacéuticas fabricantes de remedios para la inexistente Gripe A.
-Premio «Dejad que los niños se acerquen a nosotros» a Joseph Ratzinger, papa de la Iglesia Católica, por esconder y preservar de la justicia civil a los curas pederastas, convirtiéndose en su mejor cómplice.
-Premio «Machista retrógrado» a Joseph Ratzinger, por su defensa de una mujer en la cocina y «con la pata quebrá»
-Premio «Torquemada» a Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, por las hogueras que intentó prender para quemar a tanto y tanto laico beligerante.
-Premio «Póntelo, pónselo (de oro)» a André-Joseph Leonard, arzobispo de Bruselas, por calificar de «justicia divina» el SIDA.
-Premio «La Iglesia tal cual» a José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián, por la claridad con que expresa con palabras el verdadero sentir de la iglesia católica, más preocupada por la pobre situación espiritual en España que por los cientos de miles de muertos en Haití.
-Premio «Nobel de la Guerra» a Barack Obama, presidente de Estados Unidos, por crear, mantener y fomentar focos de conflictos bélicos a lo largo y ancho del mundo.
-Premio «Pacificador sanguinario» al ejército estadounidense, por pacificar y democratizar a los pueblos derramando su sangre (la de los pueblos)
-Premio «Aquí te pillo, aquí te expolio» al gobierno estadounidense por su política de captación de recursos naturales allende sus fronteras.
-Premio «Alianza de civilizaciones (de oro)» a Israel, por su constante esfuerzo para construir muros de odio entorno a los pueblos, y por su constante y sangrante represión para con el pueblo palestino.
-Premio «Alianza de civilizaciones (de plata)» al gobierno de Marruecos, por su represión asesina contra el pueblo saharaui.
-Premio «Alianza de civilizaciones (de bronce)» a Nicolas Sarkozy, presidente de la República de Francia, por sus esfuerzos para integrar al pueblo gitano en la sociedad francesa.
-Premio «Moro de mierda (de oro)» a Josep Anglada, político de ultraderecha, por la hospitalidad con que recibe y la comprensión que dispensa a los inmigrantes.
-Premio «Joseph Goebbels» a los grandes medios de desinformación masiva, por tergiversar incansablemente la realidad sobre Cuba, Venezuela, Irán o Corea del Norte.
-Premio «¡Qué grande es ser judío!» a los grandes medios de desinformación masiva, por insistir en contarnos que los israelíes son siempre los buenos y todos los demás son siempre los malos.
-Premio «Si lo han dicho en la tele será verdad» a la legión de ciudadanos que aún creen a pie juntillas lo que los grandes medios de desinformación masiva les cuentan sobre Cuba, Venezuela, Irán o Corea del Norte.
-Premios «Miente que algo queda» y «Libertad de opresión» a la aplastante mayoría de la ultraderecha en la parrilla televisiva española.
-Premio «Todo por la pasta» a la disidencia cubana.
-Premio «Póntelo, pónselo (de plata)» a la Interpol, por su esforzada tarea de que Julian Assange no vaya por ahí contagiando el SIDA
-Premio «Stop Secrets» a Julian Assange, fundador de Wikileaks, por desvelar los secretos más sórdidos de la diplomacia estadounidense.
PÓSTUMOS
-Premio «Cuando un amigo se va» a José Antonio Labordeta, político, cantautor y sobre todo humano.
-Premio «Vivir para luchar, luchar para vivir» a Marcelino Camacho, hombre bueno, sufridor del franquismo y luchador de injusticias sociales.
-Premio «Censuras a mí» a Luis García Berlanga, director de cine que disfrutó de la vida y nos enseñó a disfrutar de ella.
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