Ha transcurrido más de una semana desde que el Gobierno bolivariano, revolucionario y socialista de Venezuela entregara al Gobierno derechista, contrarrevolucionario y pro imperialista de Colombia, al periodista Joaquín Pérez Becerra, director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL, refugiado político en Suecia desde hace diecisiete años y ciudadano sueco desde hace diez. Ha […]
Ha transcurrido más de una semana desde que el Gobierno bolivariano, revolucionario y socialista de Venezuela entregara al Gobierno derechista, contrarrevolucionario y pro imperialista de Colombia, al periodista Joaquín Pérez Becerra, director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL, refugiado político en Suecia desde hace diecisiete años y ciudadano sueco desde hace diez.
Ha transcurrido más de una semana desde que Joaquín Pérez Becerra -uno de los más fieles defensores de la Revolución Bolivariana- fue deportado y entregado por la vía express a Colombia, para ser encarcelado precisamente en el país del cual logró escapar en 1994 para no morir a causa de la persecución política que cobró la vida de dos candidatos presidenciales, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y miles de militantes de su partido político (Unión Patriótica) a manos de grupos paramilitares y fuerzas de seguridad del Estado colombiano.
Ha transcurrido más de una semana desde que el Gobierno de Suecia intenta sin éxito indagar los fundamentos jurídicos en los que se basó la extradición a Colombia de un ciudadano sueco que viajaba con pasaporte sueco, mediante una alerta de INTERPOL que
fue activada sin aviso previo en el transcurso del trayecto Alemania – Venezuela del viaje de Joaquín Pérez Becerra.
Ha transcurrido más de una semana desde que en vano esperamos que la cadena TELESUR honre su compromiso con la integración de los pueblos de América Latina mediante una comunicación independiente que contrarreste la desinformación proveniente del Norte, y que en este espíritu, nos proporcione una cobertura completa y objetiva sobre los hechos relacionados con la extradición del director de uno de los pocos medios alternativos de información sobre la situación real de los derechos humanos en Colombia.
Ha transcurrido más de una semana desde que aguardamos que el Comandante Hugo Chávez admita su error en este caso de «falso positivo diplomático», ya sea porque reconozca que cayó víctima de una trampa urdida por el gobierno colombiano o porque
cayó víctima de la telaraña creada por la negociación política con el gobierno de Juan Manuel Santos.
Pero sobre todo y más preocupante, ha transcurrido más de una semana sin que los partidos de izquierda que gobiernan en América Latina manifiesten públicamente su rechazo a este hecho y/o exijan la rectificación de los errores cometidos.
Después de todo este tiempo, sin obtener respuestas ni rectificaciones, no se me ocurre más que preguntar: ¿Será que la ética deja de ser parte de la práctica política de la izquierda cuando llega al poder?
(*) Julia Evelyn Martínez es economista feminista y profesora de la UCA «José Simeón Cañas» de El Salvador.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.