Estas instituciones tienen el propósito de garantizar el acceso a la cultura de ese sector de la población
Jesús Risquet Bueno – Trabajadores.- Esas instituciones tienen el propósito de garantizar el acceso a la cultura de ese sector de la población.
Ya suman 117 el número de áreas especiales de lectura para ciegos en toda la Isla, hecho dado a conocer en un acto realizado por el aniversario 30 de la Biblioteca Pública José María Martínez de Bejucal, al noroeste de la occidental provincia de Mayabeque.
La Biblioteca Pública de Bejucal la cual se encuentra envuelta en un proceso de inventario y actualización de sus fondos, cuenta desde su inauguración con uno de esos locales que figuran entre los más antiguos que se conservan en Cuba.
La miembro del Consejo Nacional de la Asociación Nacional del Ciego y activa trabajadora de la sala especial que brinda servicios a todos los ciegos y débiles visuales, Rosa Amelia Moya, señaló que el fondo bibliográfico existente en esa institución, asciende a más de 300 títulos: libros y publicaciones seriadas en sistema Braille y cuenta también con obras grabadas en discos y casetes, los ya conocidos libros hablados, de uso muy frecuente por los usuarios.
Rosa Amelia destacó que entre las tareas encargadas a ese tipo de centros están la alfabetización en el sistema Braille, la organización de concursos auspiciados por la ANCI, el apoyo a la rehabilitación a los necesitados y el respaldo a usuarios con inquietudes literarias, entre otras actividades.
En el año 1980 se fundó la primera área especial de lectura para ciegos en Cuba, en la Biblioteca de Cienfuegos. Entonces el encargado de su creación fue el licenciado José Díaz Roque. Desde entonces la iniciativa se ha extendido por toda la isla y hoy podemos señalar que existen algunas provincias donde cuentan con centros de ese tipo en todos sus municipios.
La mayor de esas instituciones pertenece al centro cultural recreativo de la Asociación Nacional del Ciego, con más de cinco mil títulos en diversos soportes, entre ellos la biblioteca virtual mediante computadoras parlantes.
Sobresale también la sala Frank Emilio Flynn, de la Biblioteca Nacional José Martí, que cuenta con equipos que facilitan el acceso a los libros, entre estos la telelupa, para las personas de baja visión, y el lector automático denominado Galileo.