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Comandante Alfonso Cano: la construcción de la Nueva Colombia no se detendrá

Fuentes: Rebelión

 Nos han propinado un duro golpe. Para la oligarquía colombiana y el imperialismo, se trata de una contundente victoria militar. Ellos miden sus éxitos así. Son sus trofeos de guerra y las y los revolucionarios muertos, sus presas que deben ser exhibidas sin ningún reparo. De verdad, son morbosos, cínicos, asquerosos. Sus sonrisas macabras, de […]

 Nos han propinado un duro golpe. Para la oligarquía colombiana y el imperialismo, se trata de una contundente victoria militar.

Ellos miden sus éxitos así. Son sus trofeos de guerra y las y los revolucionarios muertos, sus presas que deben ser exhibidas sin ningún reparo. De verdad, son morbosos, cínicos, asquerosos. Sus sonrisas macabras, de muñecos pervertidos, que se regocijan con la sangre del pueblo, atestigua la calaña humana que tienen.

Para nosotros, más allá de tratarse de un golpe y un revés militar muy duro, constituye, ante todo, un momento doloroso por la pérdida de un camarada, un hermano, un amigo, un conductor revolucionario. Realmente será muy difícil asimilar la realidad de no poder contar con tu presencia física, con tus ideas Comandante Alfonso Cano.

El hecho concreto de que Alfonso ya no esté entre nosotros, nos llena de rabia, de dolor. Sí, estamos ¡consternados!, ¡rabiosos!, el mismo sentimiento que invadió a Mario Benedetti cuando asesinaron al Che. «Eres nuestra conciencia acribillada», escribiría nuevamente el poeta uruguayo, sabedor de tu asesinato.

Es la guerra, la maldita guerra desatada por la oligarquía y el imperialismo la que se lleva a las mejores hijas y a los mejores hijos del pueblo. Sí, las y los mejores hijos del pueblo porque las y los que luchan por un mundo mejor, las y los que no esperan sentados a que algo les caiga del cielo, las y los que no están cómodamente sentados en sus cubículos haciendo divagaciones intelectuales, las y los que están cuando las papas queman, las y los que ponen su vida para construir una sociedad más justa y más humana, son las y los mejores.

Alfonso Cano ya ocupa ese sitial, aunque lo ocupó mucho antes de su asesinato como ferviente guerrillero empeñado en lograr la paz con justicia social. La fidelidad a Manuel lo caracterizó siempre, su dedicación a las FARC-EP fue evidente, su inteligencia para el análisis concreto de la realidad concreta incuestionable, su capacidad de constructor de un movimiento de masas impresionante, su liderazgo político y militar sobresaliente.

Una vez más, la oligarquía y el imperialismo yanqui están embriagados de felicidad por haber dado de baja a un combatiente revolucionario de las FARC-EP. Los sesudos analistas vuelven a clamar, como cuando asesinaron a Raúl Reyes o al Mono Jojoy, el fin del fin de la insurgencia revolucionaria. Los medios reproducen cada porquería que sueltan los representantes de la oligarquía santanderista. El ejército colombiano se envalentona y su moral de combate, que estaba de capa caída, momentáneamente se vuelve a levantar.

Y Santos nuevamente lanza la amenaza: «O se desmovilizan o les espera la cárcel o la tumba». Es su forma muy democrática de construir la paz. De los problemas sociales que vive la mayoría de colombianas y colombianos, ni una palabra. Allá, eso es lo de menos para su gobierno. En definitiva, goza del apoyo decidido de Obama, mientras el narcoparamilitar de Álvaro Uribe ya lo felicitó por su nuevo crimen.

Una vez más, nos dicen que las FARC-EP están derrotadas. Pese a este doloroso momento, la capacidad de adaptación dialéctica de las FARC-EP a los problemas por los que ha atravesado, le permitirá fortalecerse y pasar a una nueva etapa donde los golpes al ejército represor, a la oligarquía y al imperialismo serán contundentes.

Pero fundamentalmente, la lucha de masas a través del Partido Comunista Clandestino Colombiano y el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, permitirá movilizar al pueblo trabajador por la consecución de una Patria sin explotadores, sin fuerzas represivas, sin asesinatos selectivos o en masa, sin paramilitarismo.

Tu siembra Comandante Alfonso Cano será fructífera y la construcción de la Nueva Colombia no se detendrá con tu asesinato.

Recuerda, como dijo Nicolás Guillén al morir el Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara: «no porque hayas caído, tu luz es menos alta».

¡Hemos jurado vencer y venceremos!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.