El Ministro de Educación, Harald Beyer dio el vamos a la política «lavado de cerebro» al avalar el cambio en los textos escolares del concepto Dictadura por el de Régimen Militar.
De ahora en adelante, los niños y niñas chilenos de entre los 7 y 12 años de edad deberán meterse en la cabeza que durante el período 1973 – 1990 no existió ninguna dictadura en Chile y, por ende, Pinochet no fue un dictador en este período donde se asesinó, encarceló, torturó y se hizo desparecer a miles de hombres y mujeres.
El mandamás de la cartera de Educación manifestó que «se usa la palabra más general que es régimen militar y agregó «que esto no tiene que ver con adherentes ni con detractores, tiene que con expresiones que se usan habitualmente en estos currículos en distintas partes del mundo».
Durante años, la derecha negó la existencia de una dictadura y de violaciones a los derechos humanos y repitió en forma sistemática, a través de sus medios de comunicación, que «los violentistas se mataban entre ellos».
Según cifras oficiales, durante la dictadura de Pinochet más de 3200 personas fueron asesinadas por agentes del Estado de las cuales 1.200 continúan desparecidas, 28.000 fueron torturadas y miles debieron exiliarse.
Es una falta a la ética que se quieran transmitir mentiras e historias distorsionadas, indicó la diputada, María Antonieta Saa (PPD) quien como miembro de la comisión de Educación pedirá que se revierta la medida tomada por el Consejo Nacional de Educación.
La Directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH, Lorena Fries, se mostró «sorprendida» y calificó de «lamentable» una decisión que contribuye a ocultar la verdad.
«Probablemente hay sectores en el Gobierno que les es incómodo el concepto de dictadura, pero es la verdad y se usa en todas partes del mundo donde hubo gobiernos totalitarios que violaron de manera grave y sistemática los derechos humanos».
«Esta medida no contribuye al proceso de promoción de memoria histórica, que incluye una dictadura que duró 17 años y que así debiese mostrarse».
«El problema aquí es que las dictaduras no se nombran así porque hayan entregado o no el poder, sino porque tienen poder total y deciden sobre incluso la vida y la muerte de las personas. No hay que minimizar: el nombre del régimen de Pinochet es dictadura».
Fries estimó que es preocupante el modo en que estas decisiones se llevan a cabo. «Me preocupa la poca publicidad de todo este proceso de las reformas curriculares, ya que esta propuesta se aprueba en el Consejo y los ciudadanos no tienen mucho acceso para ver en qué y cómo se está cambiando la educación en materias de formación de ciudadanos y ciudadanas».