Recomiendo:
0

La crisis colombiana

Fuentes: Rebelión

Todavía hay en Colombia quienes insisten en negar la realidad. No porque carezcan del principio de Realidad descrito por Freud para los enfermos psicóticos, sino por intereses concretos y reales de su clase social ¿Cual crisis? Se preguntan cínicamente al ver la locomotora neoliberal para la impunidad del gobierno Santos, descarrillada en el piso quieta […]

Todavía hay en Colombia quienes insisten en negar la realidad. No porque carezcan del principio de Realidad descrito por Freud para los enfermos psicóticos, sino por intereses concretos y reales de su clase social ¿Cual crisis? Se preguntan cínicamente al ver la locomotora neoliberal para la impunidad del gobierno Santos, descarrillada en el piso quieta y resoplando aire caliente y humo denso, en medio de un estruendo (obviamente mediático) insoportable .

Una de las recomendaciones de esos manuales para la administración y liderazgo yupi publicados en EEUU, dice que «cuando alguien va en caída lo mejor es alejarse de él», y así parecen estar actuando los amigos de JM Santos, el otrora todopoderoso ministro de defensa de Uribe Vélez, a quien engañó (también) para que lo pusiera de presidente de Colombia con el cuento hipócrita de ser el mejor cuidandero los sus tres huevitos.

¿A que horas sucedió todo esto? se preguntan rasgándose las vestiduras algunos socios de Santos, mientras otros un poco más serios, como el oráculo de la clase dominante Caballero Argáez (El Tiempo 29. 06.12) reduce su análisis a una crisis de gobernabilidad y a «la tristeza de ver que después de haber tenido tanto Poder político, el fin de la gobernabilidad hubiera llegado tan rápido» o, según el decir popular colombiano «los hubiera cogido la tarde tan temprano». Solución: Cambio de los mascarones de proa que fungen como ministros.

También el exministro de economía y profesor de la universidad de Columbia José Antonio Ocampo (Semana30.06.12) circunscribe su análisis a una simple crisis económica diciendo que, «Colombia (con o) está sufriendo ya la llamada enfermedad holandesa por los efectos de la locomotora minero-energético y el estancamiento en el agro y la industria. Solución: Medidas y reformas macro-económicas urgentes.

Y el propio presidente JM Santos, en una amplia entrevista (El Tiempo.03.07.12) banaliza la situación critica a la que ha conducido, exhibiendo las cifras mentirosas de su populismo neoliberal, y recomendando con su soberbia habitual a sus contradictores del bloque de clases dominantes, la lectura de tres libros de la política estadounidense (en inglés) que constituyen su máxima guía intelectual de colonizado: 1 «The president club» de N. Gibb-M.Duffy. 2 «Traitor of his class» de H.W.Brands .3 «Team of rival» de D.K Goodwin. Solución: correcciones, pero recomendadas en inglés para otras realidades políticas, en otros tiempos históricos y sobre todo, con otros personajes.

Sin embargo, entre todo ese humo y vapor mediático carrilero, llama la atención el análisis más amplio y detallado que hace Juan Gabriel Uribe, el editorialista del diario conservador el Nuevo Siglo (03.07.12) quien contextualiza un poco más la realidad del país y plantea desde su perspectiva como un miembro más de las clases dominantes que, en Colombia se ha llegado al estallido de una verdadera Crisis de Estado, larvada durante muchos años de dominación, así:

…» La erosión, sin embargo, no sólo viene de la corrupción, las dificultades de articular las políticas del Estado y pasar con fluidez y tino de la teoría a la práctica, y la desconfianza en los datos estatales fruto de maquillajes continuos, sino ciertamente de la guerra endémica, o conflicto armado interno, que desde hace décadas se ha enquistado de modus vivendi y sigue amenazando con prolongarse indefinidamente.

El reproche máximo está en un Estado que no ha resuelto el problema ni por vía militar, ni por vía concertada. En las encuestas, la desorientación salta a la vista cuando por un lado se quiere el diálogo y por el otro apresurar la salida militar. Es el mismo «pulso firme y mano tendida» de décadas atrás, con lo que ello conlleva de todo y nada. En todo caso, percepción o realidad, los sondeos demuestran una profunda preocupación en la opinión pública por el tema de seguridad. Y más allá, lo que en el fondo palpita es la impotencia ciudadana ante la razón de ser del Estado»….

Lo que en grosso modo coincide con lo que hemos venido sosteniendo desde hace más de una década, cuando participamos en la comisión de personalidades o notable en el proceso de diálogos de paz en el Caguán 2001; que Colombia atraviesa por una profunda Crisis histórica-social – política-moral de dominación oligárquica e imperialista, expresada en un largo, cruento y degradado conflicto social armado, también histórico, el que no se ha podido resolver ni por la vía militar a pesar del militarismo dominante y las armas y millones de dólares de todos los Planes Colombia implementados con ayuda de los EEUU, pero tampoco por la vía política que es la vía menos dolorosa y costosa para resolver este tipo de contradicciones político-militares.

Pero lo que hace más dramática la situación actual en Colombia, es la postración política de la figura presidencial de Santos, resultante de este episodio de la llamada reforma de la Justicia; que indudablemente dificultará (aún más) las posibilidades de Santos de convocar a un proceso de Salida Política al conflicto interno colombiano, a pesar de ser (contradictoriamente) lo más necesario en este momento, para la solución integral de la Crisis colombiana. ¿Con cual fuerza cuenta Santos para convocar tal solución, empeñado como está en pegar con babas uno a uno, los añicos del plan neoliberal populista de su gobierno?

Y como conclusión, una cosa si debe quedar clara para quienes impulsamos esta Salida Política: sin la sabia utilización de la grieta abierta en las alturas del Poder entre Uribe Vélez y su ministro de defensa JM Santos, mediante la persistente movilización amplia y unitaria, democrática y consiente de la Gente del Común hacia la segunda independencia, no se hubiera llegado al «desgaste» del régimen de dominación oligárquico e imperialista de doscientos años, que estamos presenciando actualmente.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.