Veo a diario el programa «DOSSIER» de Venezolana de Televisión (VTV) y Telesur, un programa de información, comentarios y análisis conducido por el veterano periodista Walter Martínez. Me parece muy bueno, con un punto de vista interesante y diferente, y muy útil para formarse una idea más amplia sobre los acontecimientos «en pleno desarrollo» que […]
Veo a diario el programa «DOSSIER» de Venezolana de Televisión (VTV) y Telesur, un programa de información, comentarios y análisis conducido por el veterano periodista Walter Martínez. Me parece muy bueno, con un punto de vista interesante y diferente, y muy útil para formarse una idea más amplia sobre los acontecimientos «en pleno desarrollo» que se producen en la «única nave» en la que navegamos todos, que es el planeta tierra. Especialmente en estos tiempos en que en esta parte del hemisferio existe un déficit clamoroso de medios alternativos, y estamos en manos de las transnacionales de la manipulación y el control mediático.
Sin embargo, como con todo, no tengo por qué compartir todas las opiniones, ni estar de acuerdo en absolutamente todo. Me parece, por ejemplo, que no son acertados algunos comentarios que hace de forma casi recurrente el gran Walter Martínez como el de «ustedes votaron a este gobierno (ahora, disfrutadlo)», o «¿no queríais neoliberalismo? ¡tomad neoliberalismo!», u otras similares, que en varias ocasiones ha empleado durante la exposición de los acontecimientos que se están produciendo en España, ante la brutal ofensiva del gobierno ultraderechista de Rajoy contra la inmensa mayoría de la sociedad, y particularmente contra la clase obrera, empleados y desempleados.
Con toda seguridad, el Sr. Martínez sabe que ese en lucha, ese pueblo que se manifiesta en las calles no votó al gobierno ultraconservador y ultraliberal del Partido Popular. Nosotros, el pueblo, sufrimos y combatimos esa política, no la hemos apoyado, ni la defendemos.
Y conocerá también Walter Martínez que el Partido Popular llegó al poder con mayoría absoluta, y que ejerce con total arrogancia esta forma moderna de absolutismo político, económico y mediático, pero que obtuvo más del 50% de los diputados con tan sólo el 33% del censo electoral, gracias a una ley electoral que perpetúa el bipartidismo liberal, promulgada por un partido falsamente socialista y falsamente obrero, el PSOE, y que es parte responsable de la actual crisis capitalista que está terminando con los pocos beneficios sociales y humanos que tiene este sistema.
No tengo dudas de que el Sr. Walter Martínez, sabe bien que no son correctos estos comentarios. Ahora bien, ¿por qué lo hace, y de forma recurrente? Puedo entender que Walter Martínez habla más para el público latinoamericano, y particularmente el venezolano, que se encuentra actualmente en período electoral, y que trata de ilustrar sobre las consecuencias que tendría un gobierno liberal en su país, lo cual me parece totalmente legítimo, excelente y hasta plausible. Pero no me parece justo que lo haga de esta forma, metiendo en el mismo saco a todo el mundo, como si todo el pueblo del estado español fuera responsable del gobierno. Es tan injusto como las afirmaciones de gobernantes y gurús neoliberales españoles según las cuales la sociedad es culpable de la crisis por haber «vivido por encima de sus posibilidades».
A mi juicio, esto crea una cierta confusión entre muchos de los que ven el programa, hasta el punto que ya me he encontrado en diferentes redes sociales y foros o blogs con muchos casos de ciudadanos, que ante las imágenes de la represión brutal de los antidisturbios contra la población que se manifiesta, comentan cosas como esta: « Ellos votaron por Rajoy. Ahí tienen a Rajoy. Quizás son tan tontos que hasta lo reeligen. Igual en Grecia. A nadie debe dolerles lo que les pase. Ellos mismos eligieron a sus verdugos» . Es decir, nadie debe sentir nada frente al sufrimiento de otro pueblo… Pero entonces, por ejemplo ¿qué pasaría con el pueblo colombiano, sometido a la dictadura permanente de un estado terrorista? ¿Y el mexicano, en permanente estado de violencia entre las fuerzas de seguridad del estado y las mafias y carteles de la droga, así como a una corrupción totalmente institucionalizada y una creciente pobreza? Porque el pueblo mexicano «votó» a un partido del mismo sistema, nada menos que al PRI, y aunque ahora se pone en cuestión la legalidad de ese proceso electoral, el propio Hugo Chávez, Daniel Ortega y otros dirigentes del ALBA se apresuraron a dar por buenas las elecciones y felicitar a Peña Nieto, al poco tiempo de cerrarse los primeros conteos. ¿Y qué pasa con los estudiantes chilenos? ¿Debemos darles la espalda porque en las elecciones burguesas haya salido elegido el ultra fascista Piñera? ¿Y la población indígena de Panamá, abandonada y marginada, reprimida por el gobierno conservador de la patronal empresarial Ricardo Martinelli? ¿Y en Honduras, que después de un golpe de estado militar abrió elecciones y ganó la opción más próxima al golpista Micheletti? ¿Debemos renunciar a la solidaridad internacional y de clase en todos estos y otros muchos casos, porque supuestamente cada pueblo «tiene el gobierno que se merece»?
Esta actitud, que se empieza a extender resulta preocupante, nada tiene que ver con aquel pensamiento del Che, expresado en respuesta a una carta que le enviaron desde Marruecos, sobre el posible parentesco de Ernesto Guevara: «…de verdad que no sé bien de que parte de España es mi familia (.) No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante».
Estos comentarios del veterano y genial periodista Walter Martínez en su programa, además de la recurrente mención a la lamentable frase «por qué no te callas» del rey español a Hugo Chávez, o a la insistente expresión «sudacas» haciendo referencia al trato que algunos españoles dan a ciudadanos latinoamericanos, me decepcionan un poco, lo confieso, ya que siempre he tenido prácticamente en un altar político a este periodista. Seguro que no necesito explicar a nadie que la población bienpensante del estado español, jamás se han identificado en absoluto con el rey Borbón, que lo ha combatido y lo combate; y que la inmensa mayoría de la población del estado español combate también con fuerza los casos de xenofobia y racismo, que por otra parte también se producen en todos los países de Latinoamérica, por desgracia.
Como no es la primera vez que expongo esta queja o comentario, no espero que el Sr. Martínez corrija esta cuestión. Al fin y al cabo, está en su derecho. Por mi parte, yo no dejaré de ver el programa, a pesar de la molestia que me producen esos comentarios.
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