¿Qué lleva a las Farc a negociar? Se pregunta el centenario general Valencia Tovar, este 21 de septiemblre de 2012 en el diario El Tiempo, y con su amiloide cerebral que solo percibe dicotomías tácticas y nada más (porque así se lo enseñaron profundamente sus entrenadores del US Army en Corea en 1952) se responde […]
¿Qué lleva a las Farc a negociar? Se pregunta el centenario general Valencia Tovar, este 21 de septiemblre de 2012 en el diario El Tiempo, y con su amiloide cerebral que solo percibe dicotomías tácticas y nada más (porque así se lo enseñaron profundamente sus entrenadores del US Army en Corea en 1952) se responde con dos hipótesis simplistas, despreciativas de un análisis complejo de un problema aún más complejo, como el conflicto social y armado de Colombia.
Escribe así el general:
..»Primera: un nuevo engaño de las Farc en busca de aliento para reiniciar la lucha armada mediante una tregua salvadora. Segunda: los golpes devastadores de las Fuerzas Militares y su debilitamiento comparativo con el creciente poder del Estado llevan a los jerarcas de las Farc a la necesidad de negociar cuando aún conservan capacidades de ejecutar actos de terrorismo selectivo contra blancos sensibles del Estado, como la infraestructura energética y vial.»
En contradicción a esta mirada de pescado (binaria, plana y descolorida) que solo ve la victoria estratégica anunciada por el Estado hace 50 años «en los golpes demoledores» y el numero de muertos de la guerrilla, porque el desgaste estatal y los muertos de la fuerza pública no existen ; son muchas las causas que han llevado tanto al Estado como a la insurgencia a sentarse a dialogar y a firmar en la Habana un acuerdo para terminar el conflicto colombiano, que cualquier analista si es honesto y mira a ambas partes enfrentadas, pude fácilmente aislar de la compleja realidad, tanto internacional como nacional y regional , que han incidido en abrir una nueva situación en Colombia. Realidad contundente, desde la cual hay que partir actualmente.
Fuera de la situación desastrosa en la que quedó la sociedad colombiana después de la ofensiva geoestratégica del Plan Colombia iniciado en 1997, antes de los diálogos del Caguán del cuatrienio de Pastrana y continuado con toda su máxima potencia tecnológica-militar y financiera durante el «octienio de Opinión» de Uribe Vélez. Cuyas cifras millonarias en verdaderos desaparecidos y fusilados, desplazados, hectáreas despojadas, gasto público militar y avance neoliberal, prisioneros políticos, narco- para-senadores- encarcelados, narco-paramilitares-extraditados; nos bastaría enunciar algunos de los tantos hechos protuberantes que resulta necio ignorar:
1-La crisis económica y financiera Global y sus repercusiones no solo en Estados Unidos con sus recortes financieros, que ya no permiten contener con armas y drones la mancha aceitosa sobre el agua, del odio antiimperialista que ha sembrado durante años de agresiones en todo el mundo especialmente el mundo musulmán; como también las repercusiones económicas y sociales de esta crisis global en el reino de España, segundo inversor del Imperialismo colectivo en nuestro país, donde viven 500 mil colombianos remitentes de millones euros a Colombia, y que actualmente después del fracaso del «Estado de las autonomías» , ha iniciado el proceso social que muy probablemente la llevara a su postración como potencia y a su desmembración multinacional.
2. La necesidad imperiosa de encontrar otros negocios estratégicos, tanto o igual de rentables al Narcotráfico y su derivado la venta de armas, como son las rentas de la tierra y del subsuelo minero-energético, el agua, los bosques y los genes de la vida; abundantes en la amazonía.
3-Los diversos procesos de cambio democrático, progresistas e integradores, junto con el auge de masas en la mayoría de países de Nuestramérica, llamado despectivamente por los imperialistas «nuestro patio trasero» , cuya realidad económica y política, actualmente es muy difícil tapar con un dedo.
4- El proceso de «colombianización de México» (para eso está el general Naranjo) que plantea otro serio problema estratégico, ya no en las selvas andino-amazónicas, sino en la propia frontera viva de los EEUU.
Así pues que, las continuas amenazas y exhibición de dientes del «Body- Maker» o fisicoculturista ministro de Defensa de Santos, que más parece un ministro de Uribe Vélez destinado a sabotear el acuerdo para finalizar el conflicto colombiano firmado en la Habana, diciendo que no aceptará ninguna tregua bilateral en Colombia, obedece simplemente a que si la fuerza pública bajo su gestión detiene actividades; inmediatamente el Plan Colombia se paraliza y no hay más envío de dólares de los EEUU al ministerio de defensa que él dirige.
¿Tolerará la cúpula militar colombiana este recorte a la leche y la miel gringas? Esta es la respuesta que está esperando el pueblo colombiano y que debe exigirle masivamente en calles y carreteras al gobierno Santos para avanzar en las reformas hacia la búsqueda política de la paz en Colombia
Definitivamente como lo dice la conocida frase de cajón: la guerra es un asunto tan serio y complicado que no se le puede dejar a los generales. Y menos digo yo, si tienen la natural infiltración amiloidea neuronal, causada por tan prolongada edad.
(*) Alberto Pinzón Sánchez es médico y antropólogo colombiano.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.