Con retraso y escondiendo información que al parecer le comprometía, El Nuevo Herald de Miami se decidió a tratar abiertamente un escándalo político que apareció en el Miami New Times por lo menos desde el 15 de octubre del 2012, cuando el periodista Francisco Alvarado publicó un artículo titulado «Carlos Giménez, Rebeca Sosa and David […]
Con retraso y escondiendo información que al parecer le comprometía, El Nuevo Herald de Miami se decidió a tratar abiertamente un escándalo político que apareció en el Miami New Times por lo menos desde el 15 de octubre del 2012, cuando el periodista Francisco Alvarado publicó un artículo titulado «Carlos Giménez, Rebeca Sosa and David Rivera Shower Favors On Ex-Cocaine Trafficker» (Carlos Giménez, Rebeca Sosa y David Rivera favorecen a ex traficante de cocaína). Antes de seguir adelante déjenme decirles que el Miami New Times es un semanario en inglés de bastante independencia, que se dedica a reseñar espectáculos culturales principalmente de la zona de Miami Beach, pero tiene reporteros, columnistas y articulistas de gran valor y profesionalidad periodística. En el artículo de octubre del 2012 Francisco Alvarado informaba que el Alcalde de Hialeah Carlos Hernández y un grupo de políticos locales, habían participado en una ceremonia para oficializar el nombramiento de una parte de la 10th Avenida del S.E. de Hialeah como «Banah Sweet Way», frente a un negocio del celebrado ex convicto Alexander I. Pérez, conocido como Alex, presidente de la compañía «Banah Sugar». Este circo de corrupción administrativa y complacencia política justifica realmente que el semanario Miami New Times tenga archivado el artículo de Francisco Alvarado en la categoría «Banana Republican» (República Platanera).
Recientemente, el pasado martes 26 de febrero el propio Francisco Alvarado ha vuelto a tratar la historia en el Miami New Times con el artículo «Banah Sugar, Hialeah Firm Promised Big Tax Breaks, Files for Bankruptcy» (Banah Sugar, la empresa de Hialeah con favores impositivos se declara en bancarrota). Como les decía, esta vez El Nuevo Herald reaccionó rápidamente y el propio día 26 de febrero sacaba un artículo de Enrique Flor titulado «Polémica empresa de Hialeah se declara en bancarrota». Las dos publicaciones decían casi lo mismo, aunque El Herald se callaba algo importante: los nexos del ex convicto con la plana más alta de la política local. Alex Pérez, aparentemente un modelo de empresario responsable, se ha ido a pique con su Banah Sugar International Group Inc que se ha declarado en bancarrota con una deuda de entre $ 1 millón y $ 10 millones; perjudicando a una lista de 232 personas y empresas con las que tenía relación. Los estafados están realmente muy molestos y alguno ha declarado que hasta le enviaban cheques sin fondos en las transacciones. Todo este desastre económico y financiero sobrevino a pesar de las ventajas otorgadas por sus protectores políticos; como el logro de rebajas de impuestos por unos 400 mil dólares gracias a la mediación de Rebeca Sosa, hoy Presidenta de la Comisión de Miami Dade, y Carlos Giménez, actual Alcalde del Condado. Este es otro explote que muestra la crisis del complejo político-empresarial cubanoamericano de Miami.
Alexander I. Pérez, convicto por 4 años en una prisión federal por cargos ligados al narcotráfico reconocidos por él mismo, obtuvo una condecoración del Congreso Federal de los Estados Unidos para figuras ejemplares de la nación. Se trata del «Certificate of Special Congressional Recognition» (Certificado de Reconocimiento Especial del Congreso), que en este caso se otorgó por «outstanding and invaluable service to the community» (Incalculables y excepcionales servicios a la comunidad). Pero hay otro dato interesante: ¿Quiénes promovieron, materializaron y oficiaron la ceremonia de entrega de este reconocimiento al ex convicto Alexander I. Pérez en Washington DC? Pues ni más ni menos que los tres congresistas Republicanos del sur de la Florida en aquel momento, Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y David Rivera; porque este señor Alex Pérez era un buen patrocinador en época de campañas políticas. Los congresistas pisaron una trampa parecida a la que pisó el Senador Bob Menéndez con el ya famoso Doctor Salomon Melgen, otro gran «laureado» e investigado empresario. Pero estas cosas no las sabemos por El Nuevo Herald, que copia casi todo de Miami New Times pero esconde a sus lectores lo principal.
En Miami es ya un motivo de chiste la respuesta que dio el Congresista Mario Díaz-Balart, a través de una integrante de su equipo, cuando la pregunta obligada llegó a su oficina: ¿Cómo es posible que el Representante condecore en el mismo Congreso de los Estados Unidos a un miamense ex convicto por vínculos con el narcotráfico? La respuesta de la asistente Katrina Valdés no tiene desperdicio; dijo más o menos que a Mario lo embarcaron y que la trastada era cosa de David Rivera: «(My) boss only attended the event as a professional courtesy to Rivera, who asked him to meet…». Los del equipo de Ileana fueron todavía más resbalosos y dijeron no tener comentarios
Por una razón o por otra David Rivera aparece siempre como el instigador y el hombre del trabajo sucio; Rivera no puede ver un delincuente parado en una esquina porque se le pega. Este escándalo, como otros que vienen en camino, estaba cantado y hemos hablado mucho de ello en La Tarde se Mueve. Se advirtió del pasado de Rivera, se alertó de todo el bochorno que podría representar su elección como congresista; pero él los mató tirando a la médula anticubana de ese sector de Miami que ha dejado de querer a la Cuba real, lo eligieron porque les tomó la baja, les prometió que iba a parar los viajes y acabar con el intercambio cultural. El historial de Rivera siempre se cuestionó en la prensa alternativa. El periodismo servil de Miami y políticos como Ileana Ros-Lehtinen que se lo llevó bajo su manto a su antiguo Comité de Relaciones Exteriores del Congreso y el Senador Marco Rubio le tiraron la toalla y ahí tienen donde ha llegado Rivera: a un paso de la cárcel.
Ante el hecho de que una calle de la ciudad de Hialeah lleve el nombre de la empresa de este Sr. Alexander I. Pérez, el alcalde Carlos Hernández se ha justificado diciendo que él no sabía nada de sus antecedentes delictivos. Pero el 4 de junio del 2011 el mismo Alcalde Hernández le entregó las llaves de la ciudad de Hialeah al terrorista Luis Posada Carriles y el pasado fin de semana lo invitó a la feria de arte de esa ciudad a vender cuadros domingueros para que financie sus maldades. ¿También desconoce el Alcalde Hernández que Posada Carriles es un asesino internacional? ¿Tampoco sabe que Posada Carriles fue convicto y sigue siendo buscado por terrorista por la justicia de Panamá y que Venezuela pide su extradición también por terrorista?
¿Realmente es este circo de corrupción lo que quieren implantar en una Cuba futura? Ni hablar de eso, el futuro de Cuba revolucionaria ya está decidido por los propios cubanos de la isla y de seguro no cuenta con este tipo de gente.