Todo intento de producir una nueva Constitución mediante mecanismos que excluyan la voluntad soberana del pueblo, es una inmoralidad. Hace pocos días, las direcciones políticas de los partidos PDC – PR – PS – PPD – PC redactaron un borrador de Programa para la candidata Michelle Bachelet en la que se aboga por un cambio […]
Todo intento de producir una nueva Constitución mediante mecanismos que excluyan la voluntad soberana del pueblo, es una inmoralidad. Hace pocos días, las direcciones políticas de los partidos PDC – PR – PS – PPD – PC redactaron un borrador de Programa para la candidata Michelle Bachelet en la que se aboga por un cambio de la Constitución omitiendo, más bien dicho, negándose implícitamente a una Asamblea Constituyente. Esto es una inmoralidad, por varias razones: Primera , porque proponen el mismo camino que utilizó la JUNTA DE GOBIERNO en 1980, la que promulgó la Constitución pinochetista actuando como Poder Legislativo, «en uso de su potestad constituyente» que, como sabemos, es una potestad escamoteada al pueblo mediante la violencia terrorista del Estado desde el 11 de septiembre de 1973. La propuesta de las cúpulas CONCERTACIÓN+PC implica que el actual Parlamento se auto-atribuye una potestad SOBERANA que no le es reconocida ni siquiera por la propia Constitución de Pinochet y menos por el pueblo chileno. Segunda , porque es la misma inmoralidad en que incurrieron los 19 senadores de la Concertación y de RN que, en enero de 2012, presentaron un proyecto de ley para que 10 senadores y 10 diputados redactaran, entre gallos y medianoche, una nueva Constitución, la que sería sancionada, en definitiva por el actual parlamento binominal. Como vemos, tanto los 4 generales integrantes de la Junta de Gobierno en 1980 como las actuales cúpulas de la CONCERTACION, PC INCLUIDO, temen al pueblo. Hablan de «algún otro mecanismo» para soslayar y no afrontar una Asamblea Constituyente, único escenario legítimo en que la ciudadanía puede intervenir con conocimiento de causa, informada, organizada y unida en la base social. Tercero , porque la negativa a reconocer su total claudicación ante los poderes fácticos, que les ayudaron a llegar al gobierno en 1990, se refleja también en que el liderazgo concertacionista + PC, en su programa, promete que su futuro gobierno realizaría reformas redistributivas y de beneficio social, sabiendo que para ello es necesario cambiar la constitución, cuestión inviable con el actual duopolio parlamentario. Es decir, miente. Es decir, engaña al pueblo haciéndole creer que puede progresar su situación de menoscabo y exclusión, SIN NECESIDAD DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, en el marco del mismo capitalismo salvaje impuesto por la dictadura que ha convertido a nuestro país en una nueva colonia de poderes transnacionales.- Y ellos saben que eso no fue posible en España, en Grecia, en Italia, en Portugal, en Argentina, en Ecuador e incluso, en Estados Unidos. Cuarto; porque los líderes de esos 5 partidos saben perfectamente que, por esta vía, están pisoteando los acuerdos adoptados desde hace tiempo por sus Congresos y otros eventos representativos de sus bases. En el caso del PDC, le dan la espalda al propio Eduardo Frei Montalva que anunció una Asamblea Constituyente en el Acto Masivo realizado en el Teatro Caupolicán en agosto de 1980, contra la dictadura. Recordando que «por sus hechos los conoceréis» podemos afirmar, además: «por sus silencios los conoceréis». Gustavo Ruz Zañartu, Coordinador Nacional del Movimiento por una Asamblea Constituyente |