El plan de gobierno del imperialismo occidental contiene estrategias y políticas públicas destinadas al logro de objetivos que responden a sus líneas de dominación geopolíticas a nivel global. Para cada uno de los cinco continentes se han diseñado estrategias orientadas a garantizar el poder hegemónico de los grandes capitales occidentales de Estados Unidos, Alemania, Suiza, […]
El plan de gobierno del imperialismo occidental contiene estrategias y políticas públicas destinadas al logro de objetivos que responden a sus líneas de dominación geopolíticas a nivel global. Para cada uno de los cinco continentes se han diseñado estrategias orientadas a garantizar el poder hegemónico de los grandes capitales occidentales de Estados Unidos, Alemania, Suiza, Inglaterra, Francia, Italia y donde incluimos a Japón como parte del imperio occidental, por su relación de vasallaje frente a dicho capital. En cada una de dichas estrategias se persigue el dominio político y económico sobre las burguesías y cúpulas gubernamentales de cada Estado y de cada región. En consecuencia se persigue el derecho de beneficiarse de la explotación de la clase obrera del mundo, así como, del usufructo de sus riquezas naturales. Sin temor a exagerar, estas estrategias contienen los elementos propios de una tercera guerra mundial, en virtud de la magnitud de los intereses y conflicto inter-burgueses e inter-imperiales en juego.
Pero al imperio Occidental se llega, como resultado de la guerra fría, luego que la avanzada imperial de los capitales y de los aparatos Estatales de Estados Unidos y Europa incorporan, integran y coordinan al resto de sus burguesías occidentales más importantes. Construida la unidad básica imperial de occidente la línea de dominación geo-estratégica a nivel mundial fija como uno de los objetivos de guerra profundizar las relaciones de dominio sobre el resto de las burguesías nacionales y sobre los políticos de turno de los países (o mercados) conquistados. En esta estrategia no es necesario destrozar los activos y la clase obrera de los países dominados. Sin embargo, la excepción a esta regla se produce cuando el bajo nivel de desarrollo de la estructura económica capitalista de los países dominados requiere una mayor consolidación de sus burguesías esclavas y/o una acelerada integración de burguesías en los nuevos mercados proyectados por occidente. Otra excepción se da cuando la destrucción de activos y de clase obrera y campesina sirve para presionar el reparto o integración de mercados y riquezas naturales entre el imperio occidental y los imperios orientales.
El objetivo central de esta nueva fase del desarrollo imperial va dirigido a integrar los capitales imperiales de todo el mundo (tanto de occidente como de oriente) en un solo imperio cuya sociedad les permitan dominar política y económicamente la explotación de la mano de obra y de las riquezas naturales del mundo. De allí que en esta etapa de desarrollo del capitalismo los «enemigos» imperiales en lugar de acabar con los activos y clases trabajadoras y campesinas del otro, para establecer su dominación, ahora impongan situaciones de estrangulamiento o extorsión económica, política y militar que les permita convertirlos en «socios». Unos «socios» que acojan de buena voluntad el porcentaje o reparto del mercado mundial que les acuerda el vencedor, según su tamaño y nivel de peligrosidad para occidente.
En esta etapa, los instrumentos de lucha imperial, tanto de occidente como de oriente, pasan por el sistema financiero, el aparato bélico y comunicacional, el nivel de desarrollo económico (productividad) de su economía, su dominio sobre el negocio de las drogas (y todo tipo de adicciones); así como, su dominio sobre la energía y la delincuencia. El grado de hegemonía sobre estos instrumentos de lucha definirán para cada imperio la jerarquía (o porcentaje accionario) que ocuparan en la estructura mercantil, política y militar que ofrece el imperio occidental para negociar con los imperios orientales. Ello, evidentemente, define los porcentajes de lucro (o concentración de capital) de cada burguesía que integra el imperialismo occidental en cuento a los beneficios (o robo) sobre el valor que crea el trabajo de los obreros y las riquezas del mundo.
En esta estrategia la clase obrera y campesina de los distintos países constituyen una barrera a vencer en el marco de la lucha de clases. En este sentido, la estrategia imperial occidental parte por incorporar a las burguesías, aristocracias y políticos de turno que manejan el Estado (y sus empresas públicas) a las tácticas de acumulación. Una vez integradas se implementan políticas públicas mancomunadas (paquete de medidas económicas neoliberales) entre el imperialismo occidental y las burguesías nacionales que les permita asumir la lucha de clases contra los trabajadores y campesinos de ese país o región en forma planificada. En esa lucha de clase el imperialismo occidental con sus burguesías y sus políticos nativos atacan a la clase trabajadora con la división, el miedo y el terror que provocan el sistema financiero (con la deuda externa y la liberación del tipo de cambio), los medios comunicación, la delincuencia, la escases de alimentos, la importación de mercancías, la especulación, la droga y la parálisis de su economía productiva.
La traición de los políticos, la burguesía nacional y parte de la clase trabajadora (en particular la denominada clase media) pone en manos del imperialismo occidental la calidad de vida del resto de los trabajadores y campesinos de cada país. Traición que trabaja con los bajos niveles de organización y bajo nivel de consciencia de los trabajadores. En particular, trabajan con la falta de una economía socialista que se constituya una alternativa al capitalismo imperial. El juego de la lucha de clase presentado en términos de reivindicación o redistribución de beneficios del capital son la delicia del imperialismo que entiende que esta le garantiza su hegemonía tarde o temprano, porque en ella nunca se cuestiona el modo de producción capitalista sino la forma de re-distribuir la riqueza entre la clase trabajadora y el imperialismo en un sistema dominado por ellos.
Blog del autor: nestoraponte.blogspot.com
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.